C u a r e n t a y O c h o

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Como era de costumbre la habitación se encontraba en penumbra, solo los rayos del amanecer hacían que volviera en sí.

La vida seguía corriendo, sin embargo yo seguía en aquella fecha. Todos estaban avanzando, pero yo seguía pensándote, recordándote en cada maldito segundo de mi existencia.

El dolor del físico no podía sentirlo, estaba adormecido por tantos analgésicos. ¿No existe analgésico para borrarte de mí?

No, al parecer no lo hay.

Mi corazón sigue doliendo cada vez que veo tú imagen en mi mente, estás tan incrustada en mí. Que me duele soltarte.

Sigo sentado al pie de la cama observando como la luz del día inicia y al finalizar termina con aquel destello de luz anaranjado.

La habitación se llena de ruido de personas, pero de todas ellas tú no estás más.

¿Volveré a verte?

Quizás...

En otra vida puedas quedarte a mi lado.

Seis meses pasaron desde que te vi por última vez, pensé que esta vez podríamos ser los dos. Ahora entiendo, que nunca lo fuimos..

—¿Nuevamente insomnio? —Aquella tierna voz sonó en la habitación.

No respondió, se limitó a verla solamente.

Cada día, estaba presente en todo momento. Se sentía una jodida basura, mientras ella seguía cuidando de mí, yo seguía arrastrándome al pasado cada vez que podía.

Mi dulce Ary, cuidando siempre a todos. ¿Pero quién cuida de ella? Tú no, Min Yoongi. Siempre terminas rompiendo su corazón, por eso estás tan jodido.

Con el brazo sano cerré aquel diario que Hoseok me había regalado con la simple nota ''Si no puedes hablarlo, escríbelo... plasma todos aquellos sentimientos en este diario, será un secreto entre tú y él. Así, dolerá menos.''

Por supuesto que me reusaba a escribir en él, ni siquiera podía pensar en ella sin sentirme mal. Pero ahora, en cada insomnio escribía ahí, cada hoja, cada letra y cada estrofa eran de ella.

Había comenzado la semana pasada a escribir, y en cada recuerdo que tenía de Hyeon lo escribía ahí.

Tres hojas llevaba el jodido diario, la tinta aún estaba fresca... en cada detalle al recordarla las hojas estaban manchadas de tinta, se escabullían lagrimas sin mi permiso.

Era un secreto, sabía que en algún momento ese diario se llenaría de ella y podría soltarla.

No quería regresar a Corea, el simple hecho de volver era tener su recuerdo vivo en mí.

No podía.

Quería comenzar de nuevo.

De algo estaba seguro, el amor no volvería a su vida. Murió, aquella noche junto con ella.

Ary se acercó a la esquina de la cama. Se veía sumamente cansada. Pronto me darían de alta, mi plan seguía en pie.

Con el brazo sano, tomo la mano de ella. Acariciándola suavemente, ella lo observo sorprendida. No era de tener demasiado contacto físico, sin embargo. Para él, era especial.

—Ary...—Suspiró suavemente. La conocía, era terca. Pasaba la mayor parte del tiempo cambiándole el turno a Jung Kook, peleando por aquel sillón café de la habitación. —Vete a descansar, estoy bien... Estoy sanando.—Negó divertido.

Pero ella no respondía, mantenía la cabeza agachada observando las manos entrelazadas. Yoongi seguía haciendo pequeños círculos en su pequeña mano.

Oscuro Deseo|Min Yoongi «+18»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora