Llamar tu atención | Exequiel Zeballos

Lo unico que quiero, es llegar a casa...

-Pasame ese gordo- le pedí a Exe, estirando mi mano.

El agarro un pañal de la bolsita de tela rosita y me la paso.

-Listo, bien limpita- sonreí alzando a mi beba -hermosa de mami- la acerque a mi y le bese la carita.

Mi novio por su parte mi estaba estirando los brazos, esperando que le pase a nuestra hija.

Alce una ceja y lo mire divertida -no mi rey, son los cinco minutos del día donde sabri es mía, antes de que-

Solte un bufido cuando mi teléfono sonó, era mi jefe, ya lo sabía.

-Toma- dije dándole a la nena y lo agarre -en cinco voy, dale, chau -dios, si sabe que yo nunca llego tarde ¿es necesario llamarme todas las mañanas para preguntarme si voy a llegar?

Me queje frente a mi pareja.

Exequiel se acercó a mí y me rodeo con su brazo, beso mi cabeza y quedamos así por unos segundos.

-La puta que te pario- me aleje enojada de mi novio y agarre el celular -¿vez? otro puto mensaje, ya se donde trabajo, pajero.

Guarde molesta mi teléfono en mi bolso y agarre este también, bese el cachete de mi hija y los labios de su padre y salí de la casa.

Hacia ya varios meses que las cosas venían así.

Bueno, en realidad, desde que volví del trabajo luego de que naciera Sabri.

Era mi jefe el que me complicaba la vida prácticamente, me llamaba o enviaba mensajes fuera de mi horario de trabajo, me hacía trabajar horas extras.

Era como si estuviese enojado conmigo por algo.

Hasta donde yo sé, siempre traté de ser una buena empleada, siempre me asegure de llegar a tiempo, cumplir todas las normas y ser responsable.

-Hola Zo, ¿todo bien?

-Mirame a la cara Caro ¿me veo como que esta todo bien?- frunci el ceño y ella soltó una risa.

-Bienvenida a la maternidad- me guiño un ojo y me dio una taza de café.

-Te amo- le dije inconscientemente.

Ella sonrió y agarre mi teléfono, ya que había empezado a sonar.

-Hola amor- le dije a Exequiel.

-¿A quien le dijiste te amo?

Solte una risa y corte la llamada, mire divertida a mi compañera de trabajo, ella había escuchado y me miro con el ceño fruncido.

-¿pero como?

-Solo lo sabe- me encogí de hombros.

Mi compañera de trabajo me miro con los ojos abiertos, pero luego se río.

Continuamos con nuestro trabajo, yo por suerte hoy solo tenia que acomodar algunos papeles importantes, es bueno, hay días que no tengo ni un minuto de descanso.

‐¿tomamos un café al salir?- apareció Caro atrás mio.

Yo la mire e hice una mueca -Me encantaría, pero lo único que quiero es llegar a casa y tirarme en la cama con mi hija y mi marido, perdón Caro.

Ella negó con la cabeza, me hizo una seña de que no me preocupe.

-¿Te llevo a tu casa?- le pregunte cuando estábamos saliendo.

-No quiero ser molestia Zo, tomo el bondi, no hay problema- dijo tranquila, yo negue -no importa.

-Si me importa, quiero asegurarme que llegue bien a casa- le dije y ella asintió.