❀ Side story: 1 - 5 ❀

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Nadie debía enterarse sobre aquel escándalo. La aterrada princesa Yasodhara sabía bien que si el pueblo se enteraba acerca del desliz amoroso del príncipe Siddhartha no podrian volver a creer en la estabilidad de su matrimonio y por ende del reino.

-Los seguí como me ordenó ni señora -uno de los guardias, el que le era más leal, se encontraba arrodillado frente a ella dando su informe- sus sospechas son ciertas, nuestro príncipe se encuentra con una plebeya cerca de una cascada fuera del reino.

-Es lo que me temía -su instinto se lo había dicho y confirmarlo le causaba un gran pesar.

-¿Qué debemos hacer? Esta situación es inaceptable.

-Tienes razón -se levantó de su lugar con rumbo a la salida- aprovecharemos la ausencia del príncipe Siddhartha para darle un pequeño aviso a su querida.

"Mi amor, no importa que tan lejos estemos, siempre veremos la misma luna."

Era evidente lo enamorada que estaba, se notaba en la forma en la que le sonreía a todos y lo dulce y cálida que podía ser. La alegría la había encontrado y daba gracias porque su amor fuera igual de correspondido.

Mientras su padre se encontraba trabajando, Nisa se encargaba de que la casa estuviera impecable, de alguna forma se encontraba practicando para su vida de casada, eso hasta que un llamado a la puerta cambió sus ideas.

-¿Qué es lo que la guardia real necesita de este hogar? -tan pronto abrió la puerta se encontró de frente con un grupo de guardias armados.

-Esta visita debe quedarse entre nosotras querida -la princesa se abrió paso hasta que las dos pudieron cruzar miradas- al fin te conozco.

-Princesa -asustada, Nisa hizo una reverencia invitandola a entrar el resto esperaría fuera por sí algo llegaba a ocurrir- no esperaba su visita.

-Créeme que no se trata de ningún asunto caritativo -iría directo al asunto que vino a tratar- Seré directa vine porque quiero que te alejes de mi esposo.

-¿De qué habla? -en su mente creía que todo era una confusión, ella no estaba de novia con el próximo gobernante del reino.

-No te hagas la tonta -esperaba al menos confrontarse, pero al notar la confusión en la castaña la princesa supo que también era otra víctima- ya entiendo, entonces también te engañó... te hizo creer que era alguien más, dime ¿Quién te dijo que era?

-Yo... Shaka -no podía articular una sola palabra, toda la información que había recibido la sobrepasaba.

-Shaka, lindo -cerró los ojos resignada mientras que con una mano acariciaba su vientre donde crecía su hijo - mira se eres una buena niña y no quisieras dejar a un niño sin su padre además, no quiero quedar como la mala del cuento así que te daré una sola oportunidad, deja de buscarlo y haré que tu vida cambie para bien.

Tras un chasquido de sus dedos un par de guardias entraron con bolsas llenas de monedas de oro que colocaron frente a la plebeya.

-Todo este dinero además que comprometerme a casarte con alguien de gran nivel seria suficiente para arreglar tu vida y evitar la humillación pública -si eso no sonaba como amenaza, no había otra forma de describirlo- solo un tonto rechazaría esta oferta.

Nisa no dijo una sola palabra lo que la princesa lo tomó como un acuerdo, después de todo, el que calla otorga.

La joven estaba desecha, su corazón se había quebrado y la desilusión que sentía hacia que lágrimas desbordasen de sus ojos. Su llanto era tal que cualquier vecino o persona que la escuchaba sentían su dolor como propio.

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