Sin noticias del encuentro de Shaka el desilusionado padre veía como con cada minuto su hija estaba más débil y pálida. A diferencia de las mejillas rosadas que solía tener, ahora parecía un cadáver, solo su pausada respiración le decía que seguía con vida.
Por la ventana se escuchó el galopar de varios caballos que seguían al más veloz llegar hasta la puerta del hogar.
Buddha había sido guiado por aquellos que fueron a buscarlo y tan pronto bajó del animal, fue recibido por un rostro alegre.
—Qué bueno que está aquí —lágrimas de felicidad hacían retumbar de emoción su corazón— Nisa lo espera.
—Llegué a tiempo —susurraba para sí mismo a mismo tiempo en que subía las escaleras al segundo piso y tras una cortina encontraba a la castaña descansando— Nisa...
—¿Shaka? —abrió los ojos lentamente no quería pensar que a quien veía parado frente a ella era una ilusión.
—Aquí estoy mi amor —se acercó a su lado, tomó su mano y la sostuvo— ¿Qué ocurrió? —volteó a ver al anciano que con impotencia apretaba los puños.
—Es mi culpa, yo debí revisar lo que enviaba la princesa —el rubio no podía creerlo— no era normal que enviara regalos cada mes después de su partida, era cuestión de tiempo para que cumpliera sus amenazas.
Aquel miembro de la realeza que abandonó a todo y todos para seguir el camino de la soledad buscando la iluminación comprendió el daño que la mala voluntad y los malos sentimientos hacia los demás le podía hacer a una persona.
Nisa era prueba de ello porque alguien había depositado en ella todo el dolor, frustración, resentimiento y odio que albergaba y, de alguna forma, se sentía responsable de ello.
—Estoy aquí, me quedaré a tu lado —la joven ya no respondía, estaba tan cansada que pasaba el día durmiendo— desde que la conocí lo único que quería era estar a su lado para siempre.
—Seguro que las cosas pudieron salir de otra forma —ambos se quedaron viéndola y son apartar su vista dijo.
—Deje que me case con ella —estaba firme en su decisión y esa seguridad fue transmitida al anciano.
—¿Qué clase de padre sería para negarme?
La celebración se llevaría a cabo la mañana siguiente. Mientras Shaka se quedaba al lado de Nisa velando su sueño, le recitaba bellos poemas dejando que su corazón hablase por él, pero el cansancio nublaba su vista y sin darse cuenta se había quedado dormido.
Cuando despertó era tarde para arrepentirse por quedarse dormido, volvió a tomar su mano, no había pulso. Su corazón dolía, sus fuerzas se habían ido quedando frente a ella en el piso.
—No puede ser —el anciano había llegado y al notar el mal semblante del novio cayó de rodillas llorando la partida de su hija.
"Amor mio,
ni los mismos rayos del sol iluminan mi vida más que tu sonrisa.
Oh, hermosa flor de loto, ¿Qué haré ahora que ni estás a mi lado?
El resto de mis días serán una condena hasta el momento de mi muerte donde mi alma renazca junto a la tuya y podamos vernos nuevamente."
Al anochecer se realizó la ceremonia de cremación, el mismo Buddha prendió fuego al cuerpo de quien había amado tanto.
En ningún momento apartó su vista del ataúd donde ella se encontraba y mientras que algunos presentes retornaban a casa, el se quedó hasta que el fuego consumió todo lo que quedaba de la castaña.
Al haberse quedado casi al amanecer recién sentía el dolor en su cuerpo por la posición en la que se quedó y las bajas temperaturas de la noche que llegaban a sus huesos.
De pronto sintió una voz que lo llamaba, una que conocía perfectamente.
—Nisa —se levantó y la abrazó con todas sus fuerzas.
—No estés triste, estoy bien —su rostro sonrojado había vuelto y su dulce mirada demostraba que no mentía.
—Mi alma arde, eres mi único amor —ella recorría con un dedo el rostro de Shaka memorizando sus rasgos— ¿Este es nuestro destino?
—¿Soy tu único amor?
—Lo eres... por favor no te vayas llévame contigo —rogaba, porque sabía que cada día que pase sin ella lo mataría.
—Debes seguir tu camino, mi corazón siempre estará contigo, donde quiera que te encuentres mi alma estará ahí.
Ahora fue ella quien besó su mano y de un momento a otro desapareció de la vista del rubio en el momento en que los rayos del sol le daban la bienvenida a un nuevo día.
A partir de aquel suceso pasó sus días viviendo la vida que su único amor hubiera querido que tenga.
En tan solo seis años había logrado alcanzar la divinidad y con ello renunció a una muerte mortal llevando la vida de un dios.
Para despedirse de esa tierra donde había pasado toda su historia decidió visitar a que hacía años se creía responsable de la muerte de un inocente.
Como conocía el palacio de arriba hacia abajo fue fácil escabullirse hasta encontrarla en sus aposentos.
—Los años te cambiaron —asustando a la princesa saludó con una mano.
—¿Cómo entraste aquí? —las puertas estaban cerradas y el balcón detrás de él era la única forma de llegar hasta ahí.
—¿Se te olvida que viví aquí? aunque bueno, eso fue hace mucho tiempo —tomó asiento cerca del balcón admirando la luna llena.
—¿Por qué volviste justo ahora?
—En realidad planeaba dejar este lugar pero había algo que necesitaba saber —al tener su mirada justo en la suya, la princesa temió de quien fue su esposo— ¿Tu fuiste la que mandó la comida a la casa del joyero con una serpiente dentro de una canasta?
—No se de que hablas —quiso defenderse agarrando una daga que su hijo le había regalado— aléjate, no tuve nada que ver con eso.
—Te hago memoria —se acercó poco a poco sin importar sus amenazas— esa serpiente era una cobra, mordió a mí Nisa —hizo énfasis en las últimas palabras— y la mató lentamente hasta que dejó de respirar frente a mí.
—Ella se lo buscó, desde que la conociste te alejaste de mí —había dejado caer la daga, no era rival para él.
—Ella fue mi único amor —suspiró recordándola— espero que te quede claro.
Habiendo enfrentado al responsable pudo dejar aquel reino en paz y emprender su caminó fuera de los límites de esas tierras.
"A veces dos personas tienen que separarse para entender cuanto necesitan estar juntos."
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Selenofilia
FanfictionUn viaje de miles de años llega a su fin al encontrar un amor perdido. Ambos se embarcan en un viaje para garantizar que su amor no sea olvidado en el tiempo. Al mismo tiempo una batalla que busca ayudar a la humanidad a seguir con vida por los próx...