Estaba cansado, corría como si la vida se le fuera en ello, de tener un carruaje ya hubiera llegado a su destino. Lo que importaba ahora era que el joven Sirius supiera el momento en que aquel hombre vendría a su negocio, tal y como lo había prometido.
Tocaron la puerta temprano ese día, la servidumbre incluso quedó sorprendida por el escándalo que estaban presenciando. Con el poco aliento recuperado el señor Riley pedía ver al hijo de la familia ya que tenía algo importante que hablar con él.
Una de las sirvientas corrió al segundo piso donde se encontraba la familia durmiendo en sus habitaciones. Tocó la puerta con la suficiente fuerza como para ser escuchada y al no recibir respuesta entró a la habitación encontrando al castaño completamente dormido.
—Joven Sirius —lo movía lentamente para que despertara— el señor Riley vino a verlo, dice que es urgente.
—Que vuelva otro día —respondió adormilado volviendo a acomodarse entre la calidez de su cama.
—Dijo que es importante, que usted le pidió que fuera a verlo en cuanto tenga noticias —entonces abrió los ojos y recordó la platica del día anterior.
Como pudo se levantó de la cama y salio corriendo antes de que su padre o alguien más atendiera al fotógrafo. Llegó todo despeinado a la entrada de la casa y preguntó.
—¿Ya sabe cuando vendrá a su negocio? —habló tan rápido que apenas le dio tiempo al otro de procesar lo que decía.
—Si, vendrá hoy por la tarde, supongo que a la misma hora... estará a las 6.
—De acuerdo, estaré a esa hora y haga lo que haga no permita que se valla sin que yo lo vea.
Extendió la mano a uno de los mayordomos, él le entregó una bolsa con monedas de oro, el pago por su ayuda.
—Espero sea de su agrado, puede retirarse.
—Muchas gracias.
Con eso había logrado cumplir parte de la promesa que le hizo a su hermana, aunque todavía no quería exponerla a aquel sujeto sin antes hablar con él primero y conocer sus intenciones.
Nuevamente acabó por consentirla y mimarla cuando supo que estaba despierta. Ella no lo sabía, pero era Sirius el que preparaba sus alimentos día a día, cuidando siempre que todo se encuentre en buen estado. Además, se encargaba de protegerla de todo mal que podía asecharla.
Por eso, había caído en lo que otros llamarían malos pasos. En este momento él podía estar llevando la bandeja de desayuno de Quinn al comedor, pero muchas otras veces se la pasaba en los barrios bajos encargándose de realizar actividades nada dignas de un "noble" junto a un grupo llamado "Mamá Oca"
—¿Como dormiste? espero que mejor que ayer —dejó frente a ella un plato de huevos revueltos que miró con desagrado.
—¿Huevos? —no solía ser quisquillosa con la comida, pero los huevos eran la excepción.
—Tienes que alimentarte bien, cómelos con un poco de pan y tu taza de té —se sentó a su lado, pero su desayuno era diferente, una taza de té y galletas.
—Al menos dame una —lo miraba con esperanza en los ojos esperando recibir una galleta con mermelada.
—Tu eres la única que sabe como hacer que acceda a todo lo que piden —le dio un par de galletas que con toda alegría su hermana comió— te tengo buenas noticias.
—Van dos días seguidos —sonrió para él, entendía a lo que se refería— dime que lo encontraste.
—Si, de hecho me reuniré con él por la tarde, pero no me pidas que te lleve, no por el momento.
—Confío en ti, no te preocupes, sabré esperar.
El resto del día Quinn lo pasó pensativa y en las nubes, no le importó que a su al rededor se estuvieran organizando los preparativos para asistir a la fiesta de la hermana de su prometido. Al contrario, dejaba que la llevaran de un lado al otro como si de una muñequita se tratase.
Las horas pasaron y era momento de recoger su pedido. El rubio llegaba al negocio impaciente por ver su cuadro sin percatarse de la otra persona en el lugar.
—Aquí está señor, como se lo prometí —nervioso y a punto de echar a perder el plan, le entregaba el retrato pintado.
—Sabia que había un buen trabajo —guardó la pieza en su bolsillo y al momento en que quiso retirarse fue detenido por una mano en su hombro.
—Valla, me esperaba todo menos alguien como tu —Sirius fue de frente captando la atención del ojiazul— señor Riley, ¿Por qué no noes deja solos un momento?
—Dime, ¿Qué quiere de mi Sirius Creswell? —aquella persona lo dejó sorprendido y contento por quien estaba frente a él.
—Hasta sabes quien soy, hiciste bien tu trabajo... pero a lo que vine, y perdona si soy directo, ¿Qué es lo que quieres de mi hermana? —le señaló el bolsillo donde había guardado su retrato.
—Ella es la mujer que amo —sin miedo declaró lo que sentía.
—Interesante, estuve toda mi vida a su lado y no recuerdo haberte visto antes... ¿Me contarás más de su historia?... tranquilo puedes confiar en mi... solo quiero lo mejor para ella.
"Dejaría fluir tu vida como el agua, pero construyeron presas que no me permiten dejarte ser libre"
El lugar al que fueron no era nada mas que la propia mansión Cresswel, ahí Buddha buscó con la mirada y por todos los lugares por los que pasaba a su querida Bella, más no encontraba rastro alguno, únicamente dio con su silueta cortando algunas flores del jardin.
—No es el momento —le dijo al extraño al notar sus intenciones— primero tienes que hablar conmigo, luego veré si es adecuado que se conozcan.
—¿Y cómo sabrás si soy el correcto? —a cualquier cosa que mencionara, quería probar que era digno de ella.
—Pasa —ingresaron a una sala con vista al jardín, lo que colocaba a ambos al pendiente de los movimientos del otro— quiero que sepas que ella es lo más valioso de esta familia —pronto llegó un mayordomo con dos tazas de té, uno de té de azahar, bueno para calmar los dolores musculares y, el otro, un simple té negro— es lo más importante que tengo en esta pútrida vida —le dio un sorbo a su bebida caliente a la que ya estaba acostumbrado— y no dejaré que cualquiera se presente ante ella.
—Si eso es cierto, ¿Por qué está comprometida con aquel conde? —respondió a sus amenazas, ahora era su turno— dices cuidarla y quererla, pero él no es el correcto.
—¿Y tú si lo eres?
—Lo soy, aunque no me creas ella ha sido mi más grande amor desde la primera vida en que la perdí, solo quiero estar a su lado y no perderla nuevamente.
—Ya que tocas ese tema, estamos aquí para que lo expliques mejor, te escucho.
El rubio le contó todo sin esconder la verdad o disfrazarla, fue honesto hasta que dio por terminada su historia. ¿Qué es lo que pensaba Sirius? Que era lo más extraño que había escuchado y a pesar de ello, lo más sincero. Fue tal su interés que en aquella mirada llena de determinación vio el alma de un hombre enamorado.
"La vida nunca será tan hermosa como la poesía,
El amor nunca será tan perfecto como lo soñamos,
Incluso si no soy capaz de arreglarte y tu no seas capaz de completarme,
Aún nos necesitamos para mantenernos calientes en este frio y oscuro mundo.”
![](https://img.wattpad.com/cover/335888911-288-k278803.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Selenofilia
Fiksi PenggemarUn viaje de miles de años llega a su fin al encontrar un amor perdido. Ambos se embarcan en un viaje para garantizar que su amor no sea olvidado en el tiempo. Al mismo tiempo una batalla que busca ayudar a la humanidad a seguir con vida por los próx...