❀ Side Story 4 - 2 ❀

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Arthur Connan Doyle. Aunque al inicio había abierto un consultorio de oftalmología, los pacientes escaseaban y al no tenerlos prefería ocupar sus tardes escribiendo historias, algo que le apasionaba aunque había notado, le consumía su tiempo de vida y no se encontraba muy contento con el rumbo de sus libros.

A su vez, era el compañero que algún día Buddha conoció mientras se encontraba en Inglaterra siguiendo el rastro de su alma flama, algo le decía que podría encontrarla ahí y cuando se enteró que vivía cerca de Arthur supo que debía estar presente por aquellos rumbos.

El cómo la había encontrado era otra historia ya que mientras caminaba por las calles de Londres pasó casualmente por un estudio fotográfico, ahí se encontraba el dueño enmarcando su más reciente obra y la mirada de la más joven del retrato se le hacía sumamente conocida.

—Buenas tardes —saludaba mientras entraba torpemente al establecimiento— tengo una duda, ¿Podría decirme el nombre de la joven en la fotografía?

—Ah, se refiere a la señorita Arabella Cresswell, su familia es un cliente recurrente vienen cada par de meses a tomarse unas fotografías, esta por ejemplo —tomó un pequeño marco en sus manos con una foto de la joven— la encargaron para su prometido el Conde Thornburry.

—¿Su prometido? —en su mente repetía aquel nombre para buscar información al respecto.

—Así es, todos esperan su boda con gran alegría —colocó el marco en una mesa admirando su trabajo— esperó que su matrimonio sea duradero.

—De casarse con el hombre correcto estoy seguro que lo será —hablaba de él por supuesto— hágame un favor y véndame esa fotografía.

—Lo siento, ya me pagaron por adelantado.

—Entonces pinte un retrato en base a esta fotografía —tendría su imagen por cualquier medio.

—Bueno, no creo que eso sea….

—Descuide sabré compensar bien su trabajo —sacó de su abrigo una bolsa repleta de monedas de oro y de plata— espero que esto sea suficiente.

—Es muy generoso mi señor, tendré listo su pedido la próxima semana.

—Cuento contigo.

Dejó el lugar satisfecho por haber recolectado valiosa información, si su querida Arabella venía de una familia importante no tardaría mucho en encontrarla.

Habló con toda persona que pareciera conocer a la familia Cresswel y no tardó en encontrar su vivienda, actividades frecuentes, amistades e incluso a la persona que pretendía robar su lugar.

Lo había encontrado en un mercado local en una florería donde parecía no saber qué ramo escoger. Incluso se percató del comportamiento que tenía con la dueña del negocio aprovechándose de su buen ver para que le hicieran el trabajo más sencillo.

—Estoy segura que este arreglo le encantará a su prometida —al escuchar esa palabra el rubio apretaba los puños conteniendo su enojo— el color amarillo es muy popular entre las jovenes.

El color amarillo de las rosas simbolizaba la amistad e inocencia aunque para otros tenía un significado negativo, al ser entregadas como simbolo de arrepentimiento, traición, engaño o infidelidad. Pero eso él no lo sabía.

—Si usted armó el ramo estoy seguro que le encantará.

—Si me permiten —no aguantó más y se metió en la conversación— creo que lo mejor sería escoger las flores de acuerdo a los gustos de su prometida.

—No creo que sea necesario, además no conozco mucho de ella.

—¿Y así piensa casarse? —quería molestarlo porque él sabía todo sobre ella— un novio tendría que al menos conocer a su prometida y ver en las flores características similares a ella —mientras decía aquellas palabras admiraba el manto de flores que tenía frente a él— por ejemplo yo llevaría rosas moradas blancas y rosadas.

SelenofiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora