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El ultimo acto... Todos piensan que debe tratarse de la cumbre de la pelea que vieron hasta ese momento. Quizás debe ser el fin del juego del gato y ratón que, aunque infantil, en este contexto les dio mucho que pensar.

Todo lo que Jack podía tocar sería ahora convertido en un arma que dañaría a Hércules. Ese dejo amargo de lo que podía significar el fin de otro dios griego no le hace gracia a ningún miembro del panteón, aunque tenían la fe puesta en que a pesar de los daños, él saldría victorioso del encuentro.

-Por favor, no te esfuerces tanto, esa técnica que usaste somete tu cuerpo a una gran presión...

-No te preocupes por eso -el orgullo que su alma irradiaba era una nueva luz para Jack.

-Increible, ese orgullo mezclado con un toque de ure, y aun asi no ve rastro de temor.

-Tu puedes ver emociones con ese ojo...

-Si, este es el don que los dioses quisieron darme, ver el color de las almas y convertirlas en una magnífica obra de arte.

-Ya veo, tu perdiste a alguien ¿No es cierto? -la pregunta tomó desprevenido al peliblanco.

-¿Que dices?, ¿Que perdí a alguien?

-Sucumbiste al mal ante la intensa pobreza en la que vivías... ¿O por qué una traición te hirió en lo más profundo? ... No, la causa es irrelevante, caíste en desesperación y te entregaste al hedonismo.

El representante humano no estaba prestando atención a lo que decía, al contrario, estaba más pendiente del color del alma de su adversario, una mezcla de ira, fortaleza, repulsión, duda, era algo que había presenciado antes.

-Sé que la humanidad es tonta, celosa, agresiva, discriminatoria, sin embargo, a pesar de todo eso yo amo a la humanidad.

El color que observaba era igual al de su madre, un color que había anhelado encontrar hace mucho tiempo.

-Jack el destripador, te liberaré de tu sufrimiento.

"Y ahí estoy yo, esperando siempre por tí."

En la mente de Buddha era difícil creer que la noticia no le había sido transmitida por su propia esposa. De tanto pensarlo había llegado a la conclusión de que algo malo estaba ocurriendo. Por ello quizo encargarse de saber de primera fuente que era lo que pasaba.

Era imprudente pensar que aparecer en el palco de los dioses era correcto, aún no tenían permitido aparecer en público juntos y menos que otro dios que no fuera invitado se uniera a ellos.

Tocó la puerta y esperó una respuesta... nuevamente tocó, esta vez con mayor insistencia, su no atendían, entraría sin pensarlo.

-Ya era hora, pensé que no me escuchaban.

-¿Que es lo que quieres?

-No me hables de esa forma, pensé que ya eramos familia -le sorprendió la forma en que Hermes lo habia saludado, si es que a eso se le llamaba saludo.

-Lo siento, no estoy en mi mejor momento -era cierto estaba ocupado intentando ayudar a su hermana muy aparte de sus obligaciónes con su padre.

-Βυeno, todos tenemos esos dias... a lo que venía, quisiera hablar con mi esposa.

-No creo que lo indicado sea entrar a verla o que ella salga a que hablen, cualquiera puede verlos aqui afuera.

-No entiendo, esto es algo importante más ala de lo que pueda importarme lo que otros iensen -estaba decidido a que lo dejaran entrar.

-Solo hay algo tan importante para que actues asi -suspiró pensando en cómo se habia enterado de aquella noticia- antes que nada, permiteme felicitarte, estoy contento por ambos.

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