Capítulo 5

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Mis ojos se van abriendo poco a poco, una luz cegadora me hace cerrarlos nuevamente pero enseguida trato de abrirlos otra vez.

Tardo unos cuantos segundos en ubicarme.

No recuerdo que en mi cuarto entre tanta luz, no recuerdo que mi colchón sea tan suave ni que las sábanas tengan un tan exquisito olor a flores.

Y entonces me doy cuenta que no estoy en mi cuarto ni en mi casa.

Me siento en la cama analizando el panorama de todo lo que hay a mi alrededor.

Estoy en el Penthouse de Nicolas, sin embargo...

Me doy vuelta pero a mí lado la cama está completamente vacía.

Nicolas no está aquí.

No noté cuando se fue, lo último que recuerdo es estar abrazado a el, con el rostro escondido en su pecho.

Dios... no puedo creer que lo halla abrazado.

No puedo creer que le halla contado todo, a el, un desconocido. Aunque pensándolo bien ya no es tan desconocido, llevamos un par de días hablándonos y... se varias cosas de el pero aún así se me hace extraño y creo que me dejé llevar. No sé si halla sido una buena idea contarle todo.

Sin embargo su reacción no fue para nada la que esperaba, ayer cuando le estaba contando lo estaba haciendo esperando que me heche, que me mire con asco y desprecio, que me diga que no quiere volverme a ver.

No creí por nada del mundo que me diría todas las cosas lindas que me dijo.

Y yo...

Carajo le dije que me gusta.

El me lo dijo primero, eso no me lo esperaba para nada de nada, ¡le gusto a Nicolas!

Dios...

El decirle ayer que me gustaba también fue una especie de impulso, simplemente lo solté sin pensarlo pero ahora me doy cuenta que es verdad y aunque lo dije inconcientemente no dije nada que no fuera cierto. Porque la verdad es que Nicolas me parece atractivo desde la primera vez que lo vi. Pero después de conocerlo algo cambió, me parece atractivo pero además de eso me gusta, me parece la persona más interesante que he conocido y con la que más cómodo me he llegado a sentir.

Siento un sonido de platos y de inmediato me paro de la cama para asomarme por la barandilla y mirar hacia el piso de abajo.

Ahí es donde está la sala de estar pero no hay nadie, entonces veo que hay otra puerta que lleva a otra habitación. Me dirijo a las escaleras y comienzo a bajar despacio, tratando de no hacer mucho ruido.

A medida que me voy acercando empiezo a percibir un tremendo olor a quemado que me provoca una mueca de disgusto.

Me asomo por la puerta y me encuentro con una cocina y... con alguien de espaldas a mi, veo humo salir de alguna parte y escucho una maldición apenas audible.

Es Nicolas.

- esta mierda...

Lo oigo murmurar.

- ¿N—nicolas?

Apenas hablo el mencionado se gira de inmediato, tiene una sartén de la mano y de esta sale un humo bastante negro.

- !Ey! - me mira y luego mira la sartén en su mano. - yo... estaba haciendo, bueno, tratando de hacer el desayuno pero... - una sonrisa se forma en mi rostro al verlo tan nervioso, al ver mi sonrisa el también suelta una carcajada. - como te dije, cocinar no es lo mío.

- no, creo que lo he notado.

Digo entre risas.

- pero no hay problema porque... - lo veo abrir un armario y rebuscar dentro de este.  - tengo cereal y leche.

Sálvame (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora