Capítulo 27

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No sé cuánto tiempo llevamos viajando.

Lo único que sé es que me duele horriblemente la espalda y el cuello por la posición.

En algún punto me he quedado dormido, no sé si han pasado horas o solo algunos minutos pero mi cuerpo me dice que ha sido bastante tiempo.

Mis ojos viajan al conductor que se ve concentrado en el camino, Grif está en la misma posición que antes, durmiendo profundamente. Giro la cabeza y levanto la mirada para ver a Nicolas. Se encuentra mirando para fuera pero al parecer se da cuenta de que lo estoy mirando porque enseguida se dirige a mí.

Una pequeña sonrisa se forma en su rostro, se ve bastante tranquilo y eso me hace sentir más tranquilo a mí también.

- ¿Falta mucho?

Pregunto con voz algo ronca.

- no, ya casi llegamos. Hemos tardado un poco más porque paramos en la estación un momento.

Valla, ni me dí cuenta.

- quédate tranquilo, la parte más peligrosa del camino ya pasó.

Lleva su mano a mi cabello para acariciarlo, suelto un suspiro de alivio liberando toda la tensión y el miedo que he estado sintiendo durante el viaje e incluso desde hace días atrás al saber que íbamos a salir.

Me reincorporo poco a poco hasta quedar sentado y ahí me permito mirar por la ventanilla, a nuestro alrededor lo único que puedo ver son árboles y más árboles que rodean la carretera, se ve todo muy bonito y natural, la mayoría de estos son pinos.

- ¿puedo abrir la ventanilla?

Pregunto mirando a Nicolas que al parecer estaba observando mis acciones. Asiente de inmediato.

presiono el botón que hace que el vidrio se baje haciendo que el aire frío choque contra mi rostro al instante, cierro los ojos disfrutando la sensación.

El olor a la naturaleza invade mis fosas nasales haciéndome disfrutar aún más la sensación.

Pasan unos cuantos minutos más hasta que salimos de la carretera para meternos por un camino diferente, todavía se pueden ver los montes a lo lejos, pero ahora nos encontramos en un pueblo, uno muy distinto al que he vivido toda mi vida.

Puedo ver algunas tiendas y locales, todo se ve muy rustico y bonito, sin embargo cuando empiezo a ver que hay gente vuelvo a meter la cabeza y cierro la ventanilla algo asustado, siento la mano de Nicolas sobre mi cabeza dando unas suaves caricias.

- no te preocupes Jay, aquí estamos seguros, este pueblo está bastante alejado de todo así que no tienes de que preocuparte.

Asiento aunque no muy seguro.

- ¿tu mamá vive aquí?

- bueno, no muy lejos pero no vive en el pueblo, a ella le agrada el silencio y la tranquilidad así que vive en una parte más lejos de todo, ya verás.

No tardamos mucho en salir del pueblo y de inmediato cruzamos por un campo, cuando siento el coche detenerse miro hacia adelante. Estamos delante de un enorme portón negro, este se empieza a abrir automáticamente  un momento después y así seguimos avanzando. 

Del otro lado parece ser un mundo aparte.

Lo primero que veo es un enorme jardín repleto de flores y plantas, entonces recuerdo que Nicolas me dijo que a su mamá le encantan las flores. 

A lo lejos puedo ver una especie de corrales y en estos puedo ver caballos, me quedo mirándolos un momento hasta que los pasamos y entonces quedamos frente a una casa, una mansión mejor dicho.

Sálvame (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora