Capítulo 11

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Todo mi cuerpo se paraliza al escuchar aquello.

Por unos cuantos segundos me quedo analizando la informaciones y hay algo dentro de mí que se niega a creer que eso es cierto.

Una pequeña parte se aferra a que Eder miente aunque eso ni siquiera tenga sentido.

Por eso me giro lentamente hacia atrás para quedar frente a Dylan.

Deseo con todas mis fuerzas que me diga que es mentira, que justifique lo que dijo Eder y lo niegue pero al ver su rostro siento como todas mis esperanzas se van al carajo.

Está serio, en cierta forma sorprendido y a la vez asustado. Lo peor de todo, no me mira a los ojos sinó que evita mi mirada a toda costa, eso me lo dice todo pero aún así no me quiero quedar con la duda.

- ¿E—eso es cierto?

Me suelto del agarre que tiene Eder sobre mi para acercarme a Dylan, en no retrocede en ningún momento pero se sigue negando a mirarme.

- y—yo...

-¡Dime la verdad!

Siento como el enojo y la descripción comienza a apoderarse de mi, haciendo que no pueda tener control sobre mis acciones.

- Jay... yo no quería...

- ahora vas a decir que no querías mentirme - lo corto y veo como aprieta los labios frustrado. - eres un maldito mentiroso, por eso no me hablabas de tu hermano. No querías que me enterara de que es la persona que me arruinó la vida ¿no es así?

- Jay...

- no me llames así. - niego volviéndole a negar la oportunidad de hablar. - me contaste todos tus problemas y te escuché, no te juzgué, quería que confiaras en mi porque te veía solo, porque cuando te veía tan perdido me veía a mi mismo y pensé que quizás juntos podríamos ayudarnos el uno al otro. Que podríamos ser buenos amigos pero eres un mentiroso. Valla a saber si todo lo que me dijiste es verdad o solo querías que te creyera porque...

- ¡Claro que era verdad! - esta vez sí levanta la mirada y se acerca aún más a mi. - yo nunca mentiría con algo así.

- no me sorprendería que fuera mentira. Al final eres el hermanito del dueño de esta mierda, del que me ha estado obligando a trabajar para el de la manera más sucia posible todo este tiempo.

- Jay te juro que si pudiera...

- ¡No me importa! - siento como la familiar presión en mi pecho comienza a dificultarme el poder respirar y las palabras se me cortan. - no quiero que me vuelvas a hablar, no quiero volver a verte nunca más cerca de mi.

Sin más me doy vuelta y salgo corriendo, cruzo a Eder de largo que por suerte no trata de detenerme.

Bajo las escaleras a toda velocidad tratando de llegar al baño con desesperación porque no quiero romperme aquí en el medio del pasillo para que todos me vean y dar más lástima de la que ya doy.

Cuando por fin alcanzo la puerta del baño entro y cierro la puerta con seguro detrás de mí.

Voy hasta el espejo y me sostengo del lavamanos tratando de no caer pues me está temblando todo el cuerpo.

Empiezo a hiperventilar tratando de hacer llegar aire a mis pulmones. Me llevo la mano al pecho desesperado y siento como las lágrimas empiezan a descender.

En ese momento levantó la mirada. Grave error.

Al momento de ver mi reflejo algo se rompe dentro de mí.

Sin pensarlo levanto mi puño y lo estampo contra el espejo. El dolor llega de inmediato pero no me detengo y vuelvo a repetir la acción.

La segunda vez que lo hago veo como los chorros de sangre comienzan a derramarse desde la parte golpeada al resto del espejo, mi puño también comienza a desangrarse sin parar pero eso no me detiene. Vuelvo a hacerlo. Más sangre y más dolor que de alguna manera se siente reconfortante.

Sálvame (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora