Odio despertar mal, lo saben, sin embargo, despertar con los malditos gritos de Brenda es peor que despertar por mi alarma o celular. Abro los ojos para encontrar a la loca maniática, abriendo la puerta de par en par.
—¡Agh, sabías que estabas con la zorra esta! —chilla, señalándonos. Veo a un lado donde Ryan apenas está despertando.
Brenda entra a la habitación con el señor Rafael y Cili detrás de ella. Apenas Ryan se levanta que nota cómo está vestido y queda en evidencia la camisa suya que yo llevo puesta, los ojos de Brenda se desorbitan.
—¡Pero ¿cómo pudiste, joder?! —grita en un reclamo. Suspiro.
—¿Qué diablos haces aquí, Brenda? —pregunta Ryan con la voz ronca recién levantado. Me siento en la cama, sacando los pies por fuera de ella. Cili enseguida llega hasta mí.
—¡¿Qué hago aquí?! ¡Ver con qué zorra durmió mi novio! —chilla. Su voz ya me tiene harta, la verdad.
—Deja de gritar y deja de llamar zorra a Dulce, maldita sea —sisea Ryan con voz amenazante. Brenda hace un puchero en el que asiente, secando una lágrima. Suspiro.
—Venga, Brenda, tranquila, no me follé a tu novio. Eso sí, acostúmbrate a la idea de que siempre preferirá dormir con esta zorra sin sexo de por medio, que quedarse contigo después de follarte —aclaro y me levanto, cogiendo mi vestido del suelo. Cili me ayuda con los tacones.
—Eres una zorra, Dulce. Sabes que es mío y te metes en su cama. Apuesto a que también te has follado a su padre —escupe cuando paso por su lado, sonrío con prepotencia.
Disfrutaré esto con todo mi ser.
— Al señor Rafael no he tenido el gusto de follarlo, a su primo y tío sí, ¿verdad, amorcito? —pregunto. Ryan me mira mal, muy mal. Odia que le recalque que antes de estar con él, le comí la polla a su tío y primo la misma noche.
Luego conocí a Ryan y bueno, él se llevó más que una mamada. Se llevó mi primera vez...
—¡Eres una zorra descarada! —grita Brenda, indignada. Rio con ganas, caminando a la salida.
—¿Qué se siente ser la nena buena y que él prefiera a esta zorra descarada, Brenda? —reviro, viéndola por encima de mi hombro—. ¿Ves esa foto? —pregunto, señalando nuestra foto junto a su cama con la barbilla. Sigue el recorrido—. Es la que mira luego de follarte porque para poder follarte, debe pensar en que es una venganza contra mí.—zanjo y salgo sin mirar atrás.
Escucho su grito frustrado, pero solo sé sonreír.
—No aprendes —dice Cili, entrando a su habitación.
—No me lo follé, Cili, solo pasamos la noche juntos —aclaro. Suspira.
—Sé que fue más que eso, pero no importa si follaron o no, Dulce. ¿Te das cuenta que has retrocedido dos semanas de avance en una sola noche? —revira. Masacro mi labio inferior con mis dientes, pensando en sus palabras.
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La Reputa-ción de Dulce
Lãng mạnLa reputación de Dulce se resume a las primeras seis letras de esa palabra. Desde que baila en un tubo cada fin de semana y se lo disfruta, todos en su universidad la tachan de zorra. Para Dulce eso no es problema. Al contrario, se disfruta su títu...