33: ¿Y ahora que? 📽️

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Alejandra
Abrí de nuevo mis ojos, un doctor revisaba mis pupilas, la luz de su lámpara me encandilaba demasiado y escuchaba a mi madre lamentarse a un lado de mi, ya basta de tanto dolor, si nomás para eso desperté no lo hubiera echo.

—Despertó, ya despertó— Suspiro Víctor.

—Que ocurrió— Toque mi cabeza.

—Tu presión se bajó Alejandra, necesito que empieces a cuidarte bien, en la tarde que te revise todo estaba perfecto, por favor no te estreses y trata de llevar las cosas de una buena forma—

—Lo haré, gracias doctor— Me acomode bien.

El médico se fue enseguida, mi madre aún seguía limpiando sus lágrimas mientras mi padre la abrazaba, no saben cuanto me duele verlos así.

—No llores mami, estaré bien, solo me puse mal por que me altere— Sonreí a medias.

—Te prometo que encontraremos a los niños pronto hermana— Me abrazo Víctor —Se han de morir de ganas por verte—

—Yo igual hermano— Me recargue en el sillón —Yo igual—

Me fui a mi habitación después de eso, estoy cansada de estar acostada en esta estupida cama pero ahorita creo que lo necesito. Me quede dormida luego de unos pocos segundos. Al día siguiente me levante bien temprano, mis hermanos dijeron que saldrían a ver si encontraban algo de los niños, decidí ir con ellos, no encontramos nada, ni el día siguiente, ni el día siguiente ni el día siguiente.

Tres semanas luego 🌪️
Han pasado algunas semanas ya, estoy harta de no saber nada de mis hijos, a donde chingados se los llevo Iván, que chingados pasó por su mente, porque hizo todo esto, pude darme cuenta al fin, se convenció de que yo no volvería a despertar y tomo una decisión, pero no me importa, encontraré a mis hijos y el se arrepentirá, de eso estoy segura. Mejore completamente, no hubo secuelas y el doctor dijo que tampoco las habrá luego, lo único que dijo fue que tendré que cuidar mucho mi salud mental y emocional de ahora en adelante, eso tal vez podría causarme estragos, leves pero podrían hacerse presentes.

—Hermana— Entró Luis Fernando a mi habitación —Ya nos vamos, los plebes dijeron que se toparon con unas frecuencias en los radios allá por la sierra de Badiraguato, les dije que no fueran, iremos nosotros—

—Quiero ir— Me levante de la cama.

—Vámonos pues—

Salí casi corriendo detrás de él, nos subimos a la camioneta y tomamos camino directo a Badiraguato, no estábamos muy lejos llegamos rápido.

—Ya hemos estado aquí— Se tercio el rifle Víctor.

—Es el rancho de Joaquín, según yo nadie vivía aquí, tal vez se vinieron cuando paso todo ese rollo— Contestó Luis Fernando.

La camioneta se estacionó frente a la entrada, las otras se quedaron un poco atrás, mie hermanos se bajaron y avanzaron.

—Que no te vas a bajar Ale— Me miro Luis Fernando.

—Amm... no, no lo sé— Conteste con miedo, mis manos temblaban.

—Espera ahí pues— Habló Victor.

—No, esperen ahí bajo— Tome mi arma, me la faje y luego baje de la camioneta, camine junto a mis hermanos para adentro de la propiedad después. Los escoltas los reconocieron y nos dejaron pasar, no miraba señal de mis hijos por ningún lado.

—Mijos— Salió Joaquín de adentro de la casa —Como han estado cabrones, porque no se habían aparecido por acá— Los saludo, luego me miro, se quedó quieto algunos segundos —¿Ale...Alejandrita?— Miro a mis hermanos.

" Si, si eres tú " / IAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora