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Alejandra
Agradezco tanto haber llegado con bien a mi casa, esa noticia me termino de quebrar, me sentía mal en todos los sentidos y cuando me pongo así no puedo controlarme, luego de salir del rancho de Ovidio tome camino a mi casa, mis manos temblaban, mi vista estaba nublada y no podía dejar de llorar, me tuve que detener a medio camino como veinte minutos para poder tranquilizarme, muy pero MUY en el fondo aún tenía la esperanza de que Iván viniera detrás de mi pero...no. Después de llegar a mi casa fui directo a dormir, no me importo el maquillaje ni el vestido, solo cerré la puerta de mi habitación y me aventé a la cama, quería olvidarme de todo y hacerle creer a mi mente que todo era un sueño pero no podía, mi cabeza no quería creerse eso, no pude dormir ni descansar, cerré mis ojos como dos horas pero no lo conseguí, decidí levantarme y entrar a la ducha, en cuanto el agua caliente recorrió mi cuerpo las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas, sentía que mi vida se estaba terminando, el dolor que sentí el día que me dispararon ni siquiera se le podía comparar un poquito con el dolor que sentía en estos momentos, nunca había llorado tanto, muchas veces lo hice, todas esas veces que nos dejamos, la vez en que supuestamente me engaño y todas las demás, nunca me sentí peor, saber que el unirá su vida a la de otra mujer que no soy yo me destroza completamente el alma. Salí del baño como a las seis de la mañana, ya estaba amaneciendo y yo seguía sin poder descansar. Me puse unos pants negros, una blusita blanca y unos tenis igual negros y luego baje a la cocina, pensé en desayunar algo pero no me entraba nada, traía el estómago demasiado revuelto, tal vez por no haber comido nada ayer en todo el día, decidí mejor salir de la casa e ir por mis niños. Cuando llegue al rancho de mis padres mis hijos aún seguían dormidos.

—Si quieres ve y aprovecha para que hagas tus vueltas de hoy hija— Me senté a un lado de mi madre.

—No quiero ser una carga ma ya sabes— Reí.

—Tu sabes que no lo eres, amo pasar tiempo con mis nietos y a ellos les gusta estar mucho aquí, ándale ve y haz todo lo que tengas que hacer ya en la noche vienes por ellos, o si es muy tarde, ya te los llevo hasta mañana— Me abrazo por los hombros.

—Bueno, te tomaré la palabra— Suspire —La verdad es que si tengo muchas cosas que hacer hoy— Tome el sobre que estaba sobre la mesa de centro, desde que llegue lo mire ahí —Ya los invitaron—

—Hija... de igual manera no iremos— Me sonrió.

—No tiene nada de malo que vayan ama, es una boda como cualquier otra— Solo que es la boda de el amor de tu vida, pensé —Yo tal vez vaya—

—¿De verdad?— Pregunto asombrada.

—Si— Sonreí a medias.

—Estas comiendo bien— Pregunto.

—Si mami—

—Te lo digo porque estás más gordita— Me sonrió —No quiero que te vayas a mal pasar Alejandrita—

—No ma, claro que no, pero cual gorda si yo me miro bien flaca— Solté una carcajada.

—Amor tus cachetes están mas gorditos—

—Ya pues, ya no me sigas criticando— Me levante del sillón —Ya me voy, nos vemos mañana mami— La abrace.

—Te amo hija, cuídate por favor— Me abrazo más fuerte.

—Yo te amo más, salúdame a mi padre, tiene días que no puedo verlo— Hice un puchero.

—Si amor, yo hablo con el—

Me despedí de nuevo y luego salí de la casa, di un largo suspiro antes de subirme a mi carro y tomar camino de regreso a Culiacán. Anduve toda la mañana y parte de la tarde ocupada con vueltas del antro, cuando acabe con eso fui a comer algo, esta vez la comida si me entró, tenía demasiadas ganas de comer con las plebes pero supuse que andarían muy ocupadas buscando que se pondrían para la boda de su hermano, hablé sarcásticamente, ni siquiera a la Yuri he visto, se desapareció desde hace semanas. Cuando salí del restaurante pase a comprar unas cosas que hacían falta en la casa y a mi, toda la chingada tarde anduve con la espinita y no me iba a quedar así, ya que las compre volví a mi humilde hogar, guarde todo y luego subí a mi habitación, me di un baño calientisimo y luego me acosté, pensé en no hacerlas, de que serviría, las posibilidades eran muy ¿bajas? Y ademas ya que importa, Iván ya debe estar pensando en tener plebes con esa mujer; pasó media hora y mejor me levante y entre al baño, salí rápido traía un montón de ganas.

" Si, si eres tú " / IAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora