" Si, si eres tú " / IAGS

30: Ya paso mucho 🌪️

Dos años después 🌪️
Ivan
—Tu que piensas sobre esto carnal?—Mire a Edgar.

—Yo creo que eres un pendejo— Se levanto molesto del sillón —Que chingados te pasa por la cabeza Ivan, no mames cabron— Alzo la voz.

—¿Cual es el puto problema?— Me levante.

—Cual es el puto problema— Se acerco molesto tomándome del cuello de la camisa —El puto problema es que tu mujer sigue sin despertar y tu ya estas pensando en casarte con otra—Me empujo.

—Tranquilo wey— Se puso en medio Alfredo.

—Como chingados quieres que me tranquilice, que no escuchaste Alfredo—

—Se que esta mal wey, esta muy mal, pero que hacemos, diciéndole sabes que no ganamos nada este cabron hace lo que le da la gana— Me miro.

—Es neta que lo harás— Pregunto Edgar.

—Tengo derecho a hacer mi vida otra vez— Agache la mirada —Saben que estos dos años han sido los más difíciles de toda mi pinché vida, necesito distraerme, quiero estar bien pa mis hijos—

—Ella no se murió Ivan, no mames wey— Volvió a gritar Edgar.

—Yo ya les dije que es lo que hare, necesito hacer esto— Levante la mirada —Mis hijos necesitan una madre, yo no se cuando despertara Alejandra, ni siquiera se si va a despertar mis plebes aún están morrillos, necesitan una madre—

—Hay Ivan— Bufo Alfredo.

—Yo solo quiero lo mejor pa mis plebes— Trate de aguantar el pinche nudo que sentía en la garganta.

Me dieron una mirada de decepción y luego se fueron. Luego de unas horas aproveche que los niños estaban dormidos y salí de la casa rumbo a Culiacán, quería despedirme y hablarle sobre algo a mi chula.  Luego de esa noche todo cambio, al llegar al hospital dijeron que estaba muy grave, yo ni siquiera me había dado cuenta de que una de las balas rozó su cabeza al verla así no podía ni moverme, había muy pocas posibilidades de salvarla y no se cómo chingados le hicieron pero salvaron la vida de mi Alejandra, solo que... no despertó, pasaron horas, días, semanas y ella no abríos sus ojos entró en estado de coma, mi chula estaba viva pero no me miraba con esos ojitos que me volvían loco, pasaba y pasaba el tiempo y los doctores decían que lo mejor era desconectarla, nadie estuvo de acuerdo, ni su familia ni yo, seguimos esperando a que despierte. Al llegar a Culiacán fui directo a su casa, su madre quiso quedarse aquí y que a Alejandra la trasladaran tambien, cuando llegue mi suegra estaba afuera.

—Mijo— Me dio la mano.

—Me da gusto verla— Sonreí.

—A mi también me da gusto verte Iván, te encargo a la Ale, voy a salir a unas vueltas con el Víctor—

—No se preocupe, me estaré un buen rato aquí—

Me despedí de la mamá de Alejandra y después entre a la casa, subí directo a su habitación. He venido a verla todos los días desde qué pasó eso, nunca me había dolido tanto como hoy, sabía que esto era una despedida y me estaba doliendo con el alma entera.

—Mi amor— Me senté a un costado de ella —Estás tan hermosa como siempre— Acaricie su mejilla y le di un corto beso en los labios —Todo ha sido tan duro mi reina, tanto para mi como para nuestros hijos, tu familia, mi familia, ha sido muy difícil para todos— Sentí mis ojos arder —Te necesito tanto— Las primeras lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas —Porque no me abres tus ojitos, porque no despiertas ya amor, no sabes cuanta falta me haces, nuestros hijos te necesitan— Limpie las lágrimas —No quiero hacer esto mi reina, créeme que no quiero estar con otra mujer, sabes que eres mi alma y mi vida entera nomás tu, pero nuestros hijos, nuestros plebes necesitan una madre— Hable desesperado —Sabes que yo siempre fui un inútil pa todo y se que eso no importa pero aún están morrillos, siento que no voy a poder— Di un largo suspiro —Es una decisión muy difícil pero... quiero lo mejor para ellos, sabes que siempre te amare, siempre mi chula, el día en que nos casamos, esas dos veces jure amarte para siempre y eso no cambiará, te amo Alejandra— Di otro corto beso en sus labios.