" Si, si eres tú " / IAGS

34: Con eso me basta 🩹

Alejandra
Después de haber tenido el día más largo de todos me senté en la sala y me puse a pensar, ya se termino el tiempo, quise esperar y ver si el venía, si venía a ver cómo estaba, si aún me quería. Les pedí a mis hermanos que no le dijeran nada e hice lo mismo con su padre, supuse que me había apoyado, no vino, no vino y me canse. Necesito ir por ellos y si no era hoy, era mañana. Ya no podía esperar más tiempo, tuvo que pasar todo esto para darme cuenta de la clase de hombre que es Iván, nunca lo conocí, nunca lo hice. Decidí volver al trabajo, al antro aún no, primero quería resolver toda esta situación y luego regresar, le he estado ayudando a mi padre con unas cuentas, con unos socios etc, el caso es que prefiero mantener mi mente ocupada que seguir pensando en el. Luego de haberme tomado un pequeño descanso encendí la laptop y la puse sobre la mesa de centro, aún necesitaba checar unas cosas, ya era algo tarde pero no lo quería dejar para mañana, se que será un día lleno de acontecimientos, buenos para algunos y malos para otros pero lo será.

—Ya regrese— Escuché la voz de Víctor, dijo que iría a comer a Culiacán con su esposa, regresó pronto.

—Que bueno hermano— Me levante —Me trajiste al...go— Mi corazón se detuvo, ahora si sentí que estaba soñando pero no, por fin mis niños, estaban frente a mi.

—Mami— Corrió María hacia mi, no podía creerlo, me abrazo con unas ganas enormes.

—Mi niña, mi princesa— La abrace lo más fuerte que pude mientras besaba toda su carita —Mi princesita— Limpie mis lágrimas.

—Por fin despertaste mamita— Me abrazo nuevamente.

—Tu no me abrazaras mi niño— Mire a Fernando.

—Ma...mamá— Corrió hacia mi —Te extrañe— Me abrazo —Te extrañe mucho mamita, ya no te vayas porfavor— Comenzó a llorar —No quiero que nos dejes solos de nuevo, no quiero— Me abrazo con tantas fuerzas que su manitas se quedaron marcadas en mis brazos, no me importo, lo único que quería era que este momento durara para siempre, sentí una dicha enorme al saber que no me olvidaron, que aun me recuerdan y me siguen queriendo, había apresurado un poco las cosas al pensar todo eso.

—Me da tanto gusto verlos mis bebes, están bien grandes ya—

Los abrace a los dos ahora mientras trataba de contener las lágrimas que querían salir y salir, no podía detenerlas pero tampoco quería que mis hijos me miraran así, ellos estaban igual, no dejaban de abrazarme y de limpiar sus mejillas. Después de tranquilizarme y tranquilizarlos un poco los senté frente a mi en la sala y me puse a su altura, no quería dejar de verlos, quería ver cada detalle, han cambiado demasiado, mi niña está hermosa y ahora se parece más a mi, Fernando, Fernando está igual a que Iván, siempre ha sido una copia. No me preguntaron nada acerca de lo qué pasó, se que es mejor así, hay muchas cosas que ellos aún no pueden entender porque están muy pequeños pero es lo mejor, con el paso del tiempo se los explicaré.

—Mis niños— Tome sus manos —Cuéntenme, como les ha ido, ya están yendo a la escuela— Pregunté.

—Si mami, yo ya voy a la primaria y mi hermana entró al Kinder— Miro a Maria.

—¿Te gusta mi niña?—

—Si mami, tengo amigas— Me sonrió.

—Como esta tu abuelita Alejandrina hijo— Me senté en medio de los dos.

—Hace poquito la vimos mami, fuimos a comer a su casa, le grito a mi papá porque no veníamos a verte— Sus ojitos se pusieron tristes —Pero es que...—

—No hablemos de eso amor— Lo interrumpi —Celebraron sus cumpleaños?—

—Si mami, mi papi me hizo una fiesta de princesas mi cumpleaños pasado y venimos a traerte pastel— El dolor en mi pecho se hizo tan presente, lo odio.