41: Jamas lo haria 🔗

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Maratón 2/3
Alejandra
Después de despedirnos trescientas veces de los niños ahora si nos fuimos, íbamos en una camioneta todos, bueno los que íbamos que nada mas eran el Alfredo, la Eloísa , Iván y yo, no se porque sus otros hermanos no iban, se supone que iríamos todos, pero igual no tenía mucha lógica, a mi se me hace que esto era plan con maña; Me iba a subir atrás y el Alfredo no me dejó, se puso frente a la puerta y me hizo señas para que me subiera adelante, no me quedo de otra y tuve que subirme. El camino se puso muy incómodo, no se porque mi padre no quiso que nos fuéramos en la avioneta, pero bueno, el Alfredo y la Eloísa se quedaron dormidos casi en cuanto tomamos camino, yo me puse mis audífonos y me volteé para la ventana, cerré mis ojos tratando de quedarme dormida pero no pude, porque chingados dormí ahorita, me movía y me movía pero no, nomás no podía dormirme.

—Quieres manejar— Escuché a Iván, lo ignoré y continué volteada —Pa que te distraigas, yo tengo sueño, tu no— Abrí mis ojos y lo mire.

—Bueno— Me senté bien.

Detuvo la camioneta y luego se bajó, yo hice lo mismo.

—Y si nos escapamos— Tomo mi mano antes de que me subiera —Los plebes están dormidos, hay que regresar por los niños y luego nos vamos lejos— Me miro a los ojos.

Ivan
—Estás loco— Sonrió —Ya déjate cosas, vámonos—

—Es neta Alejandra, ya pa acabar de una vez con todo este rollo— La tome de la cintura.

—Ivan— Suspiro —Ya hablamos y hablamos de lo mismo, ya estoy cansada, ya entendí y acepte que ahora las cosas son distintas, deja de insistir si las cosas no van a cambiar—

—Las cosas cambiaran de ahora en adelante— La apreté mas fuerte —Solo prométeme que no te enamoraras de alguien mas—

—No tengo porque prometer nada, tu sabes bien cual es la respuesta— Se soltó de mi y subió a la camioneta.

Claro que se cual es la chingada respuesta, bufe y luego me subí. El resto del camino ninguno de los dos dijo nada, cuando quise agarrar de nuevo el volante no quiso prestármelo, tuve que dejar que ella manejara, y luego que eran un chingo de horas. Cuando llegamos la Alejandra le dio directo para el rancho de su papa, muy a toda madre que estaba, hacia años que no venia pa aca, desde que paso aquello.

—Esta bien chilo aquí wey— La abrazo por los hombros Alfredo —No me acordaba que estaba así de perro—

—La verdad esta muy bonito, te hubiera echo caso todas esas veces que me invitabas amiga— Hablo la Eloísa.

—Les hacia falta venir plebes— Sonrió.

—Vamos pues, a lo que venimos— Hablé.

—Que amárguetas Ivan, pero es cierto, donde está el cargamento ese— Contestó Alfredo.

—Por acá—

Alejandra camino hasta el otro lado del rancho, nosotros íbamos como perritos detrás de ella, no recordaba exactamente cómo era aquí, solo pequeños detalles que quisiera mejor no recordar.

—Vitaminas— Abrazo a aquel plebe, tenía años sin mirarlo.

—Señorita como ha estado, tanto tiempo— La abrazo de nuevo.

—Me da mucho gusto verte Vitas, estoy muy bien gracias—

—Iván— Me dio la mano —Como andas—

—Que gusto verte wey— Lo abrace —El es mi carnal Alfredo— Mire a mi hermano.

—Un gusto Alfredo— Lo saludó.

" Si, si eres tú " / IAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora