𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽𝓸𝓼 𝓓𝓮𝓼𝓿𝓮𝓵𝓪𝓭𝓸𝓼

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Narra Emily

- Tiene que haber más en este vestido - se quejó Rebekah desde su probador, haciendo que pusiera los ojos en blanco desde el camerino que ocupaba a su lado. Después de salir del almacén, la rubia insistió en que necesitaba ropa, ya que todo lo que llevaba era el vestido de falda con el que se despertó. Desafortunadamente para mí, esto significó que mi nueva amiga rubia me forzó a probarme ropa también; ella afirmaba que mi atuendo se parecía al de una persona sin hogar.

- No hay - murmuró Klaus exhausto, mientras yo me miraba en el espejo, inclinando la cabeza mientras examinaba el vestido negro de encaje que llevaba puesto. Rebekah me había proporcionado varias opciones para probarme cuando entramos en la tienda, y una de ellas era el vestido negro que llevaba. Sonriendo frente al espejo, salí del probador al mismo tiempo que la rubia original salía del suyo.

Miré a Rebekah, quien lucía un vestido negro corto con un escote pronunciado, exponiendo la mayor parte de su pecho.

- Te queda bien, Bekah - reí al notar el ceño fruncido en la cara de la rubia que causó que el vampiro me mirara fijamente.

- ¿Así que las mujeres del siglo XXI se visten como prostitutas? - cuestionó Rebekah.

- ¡Eh! - exclame con una mirada ofendida, causando que Rebekah sonriera.

- No me refería a ti, te ves muy guapa. ¿No crees, Nik? - la rubia se burló de su hermano mientras mirábamos a los dos vampiros que estaban delante de nosotras.

-Yo...uh - tosió Klaus, incapaz de articular las palabras correctas, quedándose sin palabras. Un rubor profundo cubrió mis mejillas mientras miraba hacia abajo.

- Sabes, me veía feo cuando usaba pantalones - Rebekah dijo.

- Tú los usaste para que en la actualidad no llevaran nada, Bex - reí, aliviada de que alguien hubiera cambiado el tema, aunque aún podía sentir la mirada ardiente del híbrido sobre mí. Rebekah se burló, mirando con asco a los altavoces del techo - ¿Y qué es esta música? Suena como un accidente de teleférico - se preguntó, no acostumbrada a la sociedad moderna después de pasar los últimos 90 años dormida en un ataúd.

- Es música de baile - dijo Stefan, causando que la mirada original se dirigiera hacia él.

- ¿La gente baila con esto? - preguntó con incredulidad, mientras Stefan asentía con la cabeza desde su lugar en el sofá.

- ¿Hemos terminado aquí? - preguntó Klaus, irritado porque sus respuestas sobre por qué no podía crear más híbridos se estaban retrasando.

- ¿Y por qué estás tan gruñón? - preguntó la vampira rubia mientras se acercaba hacia él, tomando las dos copas de champán de la bandeja que estaba a su lado antes de darse la vuelta y entregarme una.

- Necesitaba una cosa de ti para que mi bruja averiguara por qué mis híbridos están muriendo, una cosa. Tu collar, y lo perdiste - respondió con una sonrisa sarcástica, haciendo que Rebekah pusiera los ojos en blanco.

- No lo perdió, Nik - dije después de tomar un sorbo de mi bebida - Simplemente ha estado desaparecido durante los últimos 90 años - dije haciendo reír ligeramente al híbrido.

- Entonces, ¿qué piensas? - preguntó Rebekah mientras miraba a su antiguo amante, girando 90 grados para permitirle ver mejor su traje.

- Me gusta - dijo, haciendo que me estremeciera mientras Rebekah le miraba sin avergonzarse.

- ¿Qué? - preguntó confundido, aunque aun sonriendo - Dije que me gusta - repitió una vez más haciendo que me estremeciera mientras Rebekah lo miraba fijamente con una mirada penetrante.

𝓤𝓷 𝓵𝓪𝓽𝓲𝓻 𝓮𝓷 𝓶𝓲 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓲𝓸𝓻 ~ 𝓝𝓲𝓴𝓵𝓪𝓾𝓼 𝓜𝓲𝓴𝓪𝓮𝓵𝓼𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora