-Sigo creyendo que esto es una locura-Insistió Anya mientras seguía inspeccionando el escaparate de la nueva pastelería.
Mi pastelería.
-No sé porque lo dices-Informé sin dejar de sonreír.
-Porque-Dijo con un tono impaciente que me recordó escalofriantemente al de Alden-, estás abriendo una pastelería mientras estás embarazada de cinco meses, Siara.
Parpadeé antes de mirarla. Anya me estaba viendo con algo más que escepticismo e inconscientemente bajé mi mirada hacia mi estómago que apenas estaba empezando a ser notorio.
Técnicamente hablando supongo que podía entender su punto de vista, pero por otra parte el embarazo iba mucho más fácil de lo que Dian o yo hubiéramos podido pronosticar...y eso era bastante considerando que teníamos una revisión semanal gracias a mi mamá que estaba como una maniaca por su primera nieta y estaba buscando cualquier misero peligro.
Ella tampoco estaba demasiado feliz con que empezara con esto ahora que estaba embarazada, pero supongo que papá había sido bueno en eso de calmarla...al menos más que yo.
-Dian tiene que dejar de darte en el gusto en todo-Sentenció Anya.
Sí, dudaba que eso fuera a ocurrir, si antes era permisivo y consentidor ahora con el embarazo era sobreprotector con mi entorno, pero cuando era algo que yo quería hacer tendía a aceptar todo sin cuestionar.
Su tapadera de escritor que había hecho para conocer a mis padres le daba también una excelente razón para poder quedarse cuidando de mí e incluso de ayudar en la pastelería...además sería un maravilloso atractivo inicial para atraer clientes.
-Estamos bien como estamos-Declaré mientras colocaba descuidadamente una mano sobre mi estómago para acariciarlo.
Anya negó con la cabeza antes de volver a entrar en el local para reunirse con Danna, Alden, Mason y Sabas.
Continué sonriendo mientras la veía hacerlo, veinticuatro años y Anya aun tenía un pequeño don para lo dramático, probablemente no se le quitaría nunca y probablemente tampoco sabría nunca que eso le venía de parte de Alden...o tal vez no, pero eso dependería de cómo se sintieran Elene y Alden al respecto...y también sobre como saber esa verdad podía afectar la vida de Anya.
Fue mi turno de negar con la cabeza y miré una última vez el escaparate de la tienda antes de empezar a dirigirme al interior, aún había muchas cosas por hacer y, como había dicho Goethe: "Qué insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente".
***
Dian
Vi a mis ojos dulces entrar en la pastelería por la que había estado insistiendo durante el último año y traté de contener la sonrisa que parecía no haber abandonado mi boca durante el último par de años.
Sabía que Anya probablemente tenía razón en eso de que Siara se estaba esforzando en este momento, pero la niña en su interior la había llenado con una energía inesperada...y a mí de verdad me estaba costando decirle que no y otra cosa que había conseguido el embarazo es que fuera aún más irritable cuando recibía esa respuesta, por lo que de cierta forma también estaba cuidando mi propio cuello aquí.
Era una mujer algo problemática, pero jodidamente la amaba.
Y hablando de gente problemática.
-¿Exactamente cuánto tiempo más planeas quedarte allí escondido?-Pregunté.
Pasó un largo minuto en el que de verdad creí que iba a dejarme hablando sólo cuando Adriel finalmente se dignó a honrarme con su presencia.
-Nunca entendí ese fetiche tuyo de vigilarla desde las alturas-Dijo a modo de saludo.
Me crucé de brazos, en primer lugar, sólo estábamos en la azotea de un edificio a un par de cuadras de distancia, y, en segundo lugar, técnicamente no era el único que la estaba viendo desde aquí.
-¿Sí sabes que no te arrojara un florero por la cabeza si vas a verla, verdad?-Cuestioné.
Adriel guardó silencio, como si ambos no supiéramos que había estado viniendo regularmente a ver como seguía Siara desde hace unos tres años.
¿Qué había estado haciendo el tiempo antes de eso? No tenía idea, pero suponía que él mismo había tenido muchas cosas con las que lidiar por su cuenta.
-¿No se suponía que me odiabas?-Preguntó finalmente, creo que tratando de no contestar a mi pregunta anterior.
Me encogí de hombros. En términos técnicos no podía decir que lo hubiera odiado a él, sino más bien odiaba lo que habíamos tenido que pasar por sus estúpidas acciones, no era como si eso lo volviera mejor...pero dado que la mujer de mi vida seguía en este mundo gracias a que había tenido un lapso de cordura al ultimo minuto supongo que podía darle el privilegio de la duda.
-Quiere saber dónde estás-Informé.
-Es Siara, siempre quiere saberlo todo... ¿no deberías estar avisándole a tus jefes?
-Han pasado seis años, Adriel-Le recordé-, sabes que pasan tantas cosas todo el tiempo que lo tuyo ya está básicamente archivado.
Burocracias. Supongo que ni el cielo ni el infierno se libraban de ellas.
Lo vi negar con la cabeza antes de volver a mirar en la dirección donde ojos dulces había desaparecido.
-No le digas-Dijo con una voz tan suave que para otras personas hubiera sido difícil de escuchar.
Contuve un suspiro.
¿Ven? Problemático.
-Adriel...
-Aún no puedo, Dian-Admitió.
Y no estaba seguro de a qué se refería con eso, ¿aun no podía reunir el valor para enfrentarla? ¿aun no podía superar lo que había pasado en ese bosque? ¿aun no podía seguir adelante?... la lista de opciones sólo se hacía más y más larga.
Permanecimos en silencio hasta que él volvió a hablar.
-¿Qué ocurrirá con ella cuando ese cuerpo muera?-Preguntó.
-Su alma será traspasada a su forma angelical nuevamente-Expliqué-, dado que no pasó nada de lo que se suponía iba a pasar eso será más bien un trámite solamente.
Él hizo un sonido de disgusto con su garganta.
-Aún no puedo creer que la dejaras hacer eso-Señaló, irónicamente, con un tono acusador.
-Créeme, yo no la dejé hacer nada, y fue tu culpa para empezar.
Tuvo el descaro de bufar antes de dar media vuelta. En serio esperaba que mi hija no heredara esta parte de los genes familiares.
-Estaré alrededor en caso de cualquier cosa-Informó-, pero...
-Lo sé-Interrumpí-, no quieres que se entere, ya lo dijiste.
Adriel me dirigió una última mirada antes de voltearse por completo y desaparecer de mi vista.
Miré el lugar donde había estado y luego volví a ver el edificio donde estaba Siara.
¿Sinceramente? Ella iba a estar cabreada cuando se enterara que sabía que Adriel había estado alrededor todo este tiempo y no le dije, especialmente considerando que desde que habíamos decidido tener un bebé (o dos) había estado más sensible respecto al tema de la familia, lo que seguía incluyéndolo a él, aunque ninguno de ellos estuviera aun preparado para admitirlo en voz alta... ¿pero a nuestro favor? Teníamos toda la eternidad para ver como arreglar ese desastre en particular.
Sonreí una vez más.
Toda una maldita eternidad.
Con mis ojos dulces eso nunca podría sonar mal.
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La Sombra del Ángel
FantasySiara está acostumbrada a los fantasmas, ha sido capaz de verlos desde antes de poder recordar...aún así, ¿qué son esas sombras que la acechan? y ¿qué ocurre con Dian, su ángel de la muerte particular?