Capitulo 27

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Día número cuatro: creo que ya estaba empezando a volverme paranoica.

No había vuelto a ver nada fuera de lo normal, por lo que había aceptado que:

a) Todo había sido realmente un producto de mi imaginación.

b) No había sido mi imaginación pero Dian se había encargado de ello.

Fuera como fuera en verdad supongo que no debería estar preocupándome tanto, pero mi reciente...aceptación por mis sentimientos por Dian habían hecho que mi mente de adolescente no pudiera llevar muy bien todos los acontecimientos de los últimos días, especialmente porque podía sentir la mirada de Dian sobre mí cada noche, pero como Anya estaba en la misma habitación no podía hablar con él.

Por lo que en realidad no habíamos cruzado ni media palabra durante todo lo que llevábamos de semana.

Mi humor no era el mejor. No era que le anduviera gruñendo y lanzando fuego a todo el mundo, pero tampoco era la niña saltando con la canasta de flores. Por suerte el resto de mis acompañantes parecían tener un alto nivel de inteligencia emocional, porque cuando dije que no a acompañarlos de compras porque me dolía la cabeza no insistieron en nada.

Por esa misma razón podía estar recostada en el sofá en paz y silencio porque el estúpido de Dian seguía vagando en algún lado cerca de la cabaña. Para empezar ni siquiera podía entender qué demonios hacía tanto en el bosque, además de evitarme, claro.

Era increíble lo ridículamente bueno que era en dar vueltas las cosas. ¡Y sí! Sé que yo había sido quien le había dicho que fingiera que no estaba aquí, pero nunca se tomaba mis palabras en serio, ¿y ahora había decidido hacerlo? Era verdaderamente oportuno.

Suspiré y coloqué uno de mis brazos sobre mis ojos. Esto era un verdadero asco. Que me gustara Dian en un sentido no fantasioso también era un asco...especialmente porque después de pensar por casi dos días completos me había dado cuenta de que ese "me gusta" se acercaba terroríficamente mucho a "estoy enamorada de él".

Y no podía estar enamorada de Dian.

Simplemente no era algo que pudiera suceder, ¿qué futuro tendría eso? Y en todo caso ni siquiera sabía si él sentía algo como para empezar a pensar en estas cosas. Además, no creía poder estar con alguien que tenía que ver con el no tan insignificante hecho de mi memoria selectiva involuntaria.

Esa era una parte importante en este dilema.

Pensaba y pensaba pero sólo no lograba encontrar una razón válida. Ni lógica.

No lograba terminar de entender qué podría tener en mis recuerdos para que necesitaran ser borrados, sellados o lo que sea que hayan hecho con ellos.

Las imágenes que había visto en el centro comercial estallaron en mi mente antes de que pudiera evitarlo.

Infierno.

Había tratado tan duro como podía de no pensar en eso, principalmente porque si ese también era un recuerdo...eliminado, realmente iba a matarlo. Me ponía nerviosa siquiera la posibilidad de besarlo, hacer todo lo que había visto en esa...esa...ni siquiera sabía cómo llamarla, ¿visión? ¿Flash? Ugh, no podía seguir así.

Por esa misma razón me levanté del sofá y me coloqué mi chaqueta mientras me aseguraba de que mi celular estaba en el bolsillo trasero de mis jeans antes de salir por la puerta. No creía que Dian estuviera muy lejos.

***

No me pregunten cómo demonios sabía hacia donde me dirigía, era como si mis pies supieran exactamente a dónde debía ir y por alguna razón mi cabeza no se opuso a sus decisiones.

La Sombra del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora