Capitulo 9

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-No comprendo-Dije mientras miraba a Sabas y a Dian-, ¿qué tienen el uno contra el otro?

-¿Quién dice que no nos soportamos?-Bufó Dian.

Arqueé una de mis cejas y le dediqué una mirada escéptica. En otro momento habría, tal vez, considerando sus palabras, pero en este preciso momento era algo difícil hacerlo, especialmente porque Dian le estaba dirigiendo serias miradas de desagrado al cachorro fantasma mientras avanzaba en mi dirección en la silla de mi escritorio y saltaba hasta acomodarse sobre mis piernas. Por otro lado estaba casi segura de que la mirada de triunfo en los ojos oscuros de Sabas.

-Es un cachorro-Señalé.

Dian no dijo nada, pero alcancé a escuchar el gruñido bajo que emitió.

Contuve un suspiro, al parecer no tenía intenciones de ser comunicativo (para variar). Me apoyé contra el respaldo del asiento y estudié a Dian sentado en el marco de la ventana.

No perdía nada por intentar, ¿verdad?

-Dian-Llamé con voz dulce-, ¿estás ocupado estos días?

-¿Por qué preguntas?-Preguntó con el ceño fruncido.

Guardé silencio y en lugar de hablar le dirigí una mirada inocente combinada con una sonrisa radiante.

No me extrañó que él me entendiera casi al instante.

-¡No! ¡Olvídalo! ¡De ninguna manera!-Y se negó casi instantáneamente también.

-Oh, por favor-Rogué.

-¡No!-Repitió.

-No te cuesta nada-Señalé.

Dian me dirigió una mirada, pero no retrocedí.

-Sólo tienes que vigilarlo de vez en cuando.

-Me estás pidiendo que espíe a un chico de dieciocho años que básicamente he visto crecer, ¿te das cuenta? Es de locos.

-Pero Mason no nos quiere decir nada-Me quejé.

-Anya casi le muerde la yugular cada vez que se acercan al tema-Me recordó.

-Por favor-Pedí nuevamente.

-Deja que el chico viva en paz.

-Es mi mejor amigo-Señalé-, y no me quiere decir nada porque cree que le diré todo a Anya.

-Pues sigue insistiendo hasta que hable-Me aconsejó-, siempre termina por hacerlo.

Esta vez fui yo quien le dirigió una mirada a él. Ángel de la muerte terco.

-Sólo una vez-Insistí-, ni siquiera sé cómo luce, sé que debe ser bonita, pero cuando pregunto Mason lo evita y Anya gruñe o sisea.

Dian rodó los ojos.

-Ojos dulces-Gimió.

-Sólo una vez, para asegurarme que no sea una perra sin corazón que vaya a lastimar a mi mejor amigo.

-Muchas chicas, incluida Anya, pensarían en ello como una clase de karma.

-Dian...

Ambos mantuvimos nuestras miradas por largos segundos hasta que él finalmente apartó sus ojos de mí al mismo tiempo que emitía un suspiro de cansancio.

-Sólo una vez-Aceptó finalmente.

Contuve mi sonrisa mientras dejaba suavemente a Sabas en el piso, entonces caminé los pasos que nos separaban y envolví mis brazos alrededor de su cuello.

La Sombra del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora