Capitulo 11

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El olor a desinfectante me advirtió que estaba en un hospital antes de que incluso abriera los ojos.

Odiaba los hospitales. No, corrección, no los odiaba, me aterraban, me daban pánico, demasiados fantasmas, por esa misma razón no quería abrir los ojos.

Sin embargo no tenía tanta suerte.

-Ojos dulces, sé que estás despierta-Dijo Dian con una voz suave que usaba normalmente cuando quería calmarme-. Abre los ojos.

Emití un gemido bajo y abrí mis ojos lenta y cuidadosamente. Mi cabeza dolía, y no por una jaqueca, sino por un golpe.

Oh, es cierto, me había desmayado cuando estaba con Mason.

Que desastre.

Fijé mi vista en el techo blanco sobre mi cabeza por un largo segundo antes de buscar a Dian.

Estaba sentado a los pies de mi cama.

-¿Qué pasó?-Pregunté en voz baja.

Todo lo que me separaba del resto de la gente en la sala de emergencia en donde probablemente me encontraba eran unas delgadas cortinas. No quería que el resto del mundo en el lugar pensara que estaba loca, aún si me había golpeado la cabeza en la caída.

-Te bajó la presión y te desmayaste en medio de la calle-Explicó Dian.

-Estaba con Mason, ¿Dónde está?

-Con tus padres.

-¿Mis padres?-Pregunté confundida.

-Estamos en el hospital donde trabajan-Informó.

Gemí nuevamente. Dios, de todos los lugares, ¿por qué me tuvieron que traer aquí? Mason, gran idiota, se las iba a ver conmigo cuando todo dejara de darme vueltas.

¿A qué chica de dieciocho le bajaba la presión y se desmayaba por ello? ¡Yo! ¡Por supuesto! Que irritante.

-Por favor dime que no han hecho un escándalo-Pedí.

Dian me dedicó una mirada de indulgencia. Ugh. Por supuesto.

-Creo que volveré a desmayarme-Declaré.

Dian me dedicó una leve sonrisa, pero esta no llegó a sus ojos.

Fruncí el ceño. Viendo esa expresión en su rostro...

-Dian-Llamé.

-¿Qué ocurre?

-¿Por qué siento que estoy olvidando algo importante?

***

-¿Cómo demonios conseguiste que tus padres te dejaran ir a la escuela?-Preguntó Mason apenas entré a su auto.

Suspiré.

-¿Qué puedo decir? El juramento hipocrático es útil de vez en cuando-Dije.

Mason negó con su cabeza y colocó el vehículo en marcha.

-¿Cómo te has sentido?-Preguntó.

-Me siento bien-Informé-. En realidad los doctores ni siquiera saben por qué me bajó la presión.

-Qué extraño-Murmuró él.

-¿Te asusté mucho?-Pregunté.

-¿Tú qué crees? ¡Sentí que me iba a dar un infarto!

Contuve una pequeña mueca. Me sentía extrañamente culpable.

-Lo lamento-Susurré.

Mason hizo un sonido para restarle importancia.

La Sombra del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora