Capitulo 26

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¿No les pasaba que les molestaba cuando las cosas no salían cómo querían? Pues a mí sí.

Era nuestro segundo día en la cabaña, y lo que debería haber sido un lindo día de paz y tranquilidad estaba siendo un día, en una palabra, frustrante.

¿Por qué demonios le costaba tanto confiar en mí? ¡Yo confiaba en él! Maldita sea, confiaba tanto en él que le estaba dando todo el tiempo que necesitaba para que intentara, por lo menos, encontrar una excusa convincente, pero al parecer Dian ni siquiera estaba dispuesto a ello.

Contuve un gruñido mientras cruzaba mis piernas sobre el gran sofá de cuero y concentraba toda mi atención en la chimenea encendida. Dian había estado dando vueltas alrededor de la cabaña desde que habíamos llegado, y el muy manipulador sólo aparecía cuando había alguien a mi alrededor, y sí, sé que no debería estar quejándome porque yo misma había sido quien le había pedido que no interviniera, pero al menos podría demostrar algo de interés, ¿no?

Detestaba que me hiciera sentir la mala de la historia, lo entendía, ¿de acuerdo?, era un ángel y blablablá, pero de verdad, habíamos pasado juntos los últimos dieciocho años, creo que al menos podría darse el lujo de explicarme porque demonios había estado a punto de besarme, es decir, no es como si ese fuera un secreto de estado ¿cierto?

-¿Por qué luces tan molesta?-Preguntó Mason.

Parpadeé y mi giré para encontrarme con mi mejor amigo mirándome confundido. Ugh, estaba tan enfadada con Dian que incluso olvidaba que había más personas en la cabaña.

-¿A qué te refieres?-Pregunté.

-Siara.

Suspiré.

-Es demasiado complicado de explicar-Murmuré.

-Si quieres puedo intentarlo.

Dudé un momento antes de asentir con mi cabeza. Tal vez Mason no podía ayudarme con todo el asunto de mis recuerdos perdidos o con el séquito de almas oscuras que vagaban por el mundo, pero creo que podía ayudarme con el asunto chico-chica, ¿verdad?

-Bien-Dijo mientras se sentaba junto a mí-, soy todo oídos.

Respiré profundamente antes de hablar.

-¿Por qué alguien querría besarte?-Pregunté.

-¿Eh?

-¡Mason!

-Lo siento, sólo... ¿por qué preguntas eso?

Le dirigí una mirada. Sí, sé que soy yo, la misma chica que ha ignorado a cualquiera que se acercaba con esas intenciones en particular (especialmente ahora que podía ver cómo dicha persona moriría si tocaba directamente su piel), ¿pero en serio tenía que lucir así de sorprendido?

-Sólo es un caso hipotético.

-¿Hipotético?-Repitió.

-¿Sabes qué? Olvídalo, esto es estúpido-Dije, levantándome.

-No, no, espera, lo lamento-Se disculpó-, me lo tomaré en serio, ¿de acuerdo?

Contuve un gemido y la vergüenza y me volví a sentar. Cuando estuviera a solas con Dian iba a golpearlo con algo por hacerme pasar por todo esto.

-Por favor, si Anya se entera que estoy preguntando acerca de esto va a hacer un escándalo.

Ahora me estaba salvando porque había ido de compras con su madre al mercado orgánico.

-Tranquila, mis labios están sellados...y volviendo a tu pregunta...en la mayoría de los casos sería porque esa persona siente alguna clase de atracción.

La Sombra del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora