Capítulo 13.

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Mini maratón 1/2.

||Cita en la Iglesia.⛪

Vale, no podía considerarse una primera cita porque como tal no era una salida.
Solo... Ambos querían volver a verse, y por alguna extraña razón, Danaé no podía evitar emocionarse.

Regina no podía ocultarlo, ella también estaba felíz de que finalmente conocería al afortunado que hacía volver a dar aquél brillo en los ojos de su mejor amiga, que en algún momento brillaban solamente cuando algo la entusiasmaba o le parecía interesante y emocionante.

Realmente no se sabe, Gina era algo...¿extraña?, según decía que cuando a Danáe le gustaba algo o alguien la mirada de ésta lo reflejaba. Y no sé qué razón tenía en eso, pero por los momentos... Para Danáe era una completa tontería.

En fin, volviendo al tema principal. Bueno.

Ese día domingo Danaé se despertó primero que Gina, quién aparte de seguir durmiendo se encontraba arropada de piés a cabeza con una sábana azúl con dibujitos de sirenitas.

Danaé, qué aún le costaba levantarse tenía que bañarse primero ya que era literalmente la que más se tardaba alistándose.

Con toda la flojera del mundo, como pudo se reincorporó y quedó sentada en la cama.
Aún con mucho sueño, levantó sus brazos y se estiró tanto como pudo para aligerar su pesadez en el cuerpo.

Dan volteó su cabeza hacía la dirección de Gina, quién bueno... parecía un bicho raro arropado.

Dibujó una sonrisa en su rostro y luego se dispuso a levantarse para ir a ducharse y después vestirse para bajar a desayunar.

Mientras buscaba sus pantuflas con los pies, al lado de la cama estaba una mesita de noche dónde se encontraba la lámpara de noche, unos auriculares de cable y el celular ya cargado.

Danaé cogió el cel y lo encendió para ver la hora, la cuál era 8:10am.

Cuando vió la hora se sorprendió porque había dormido un poquito demás y seguro se le haría tarde para llegar a la iglesia.
Se levantó de golpe, fué a su clóset, sacó su toalla y se metió casi que corriendo al baño, cerrando la puerta suavemente para no despertar a su mejor amiga amiga.

Luego de haberse bañado, se dirigió al lavamanos para cepillarse los dientes, mientras agarraba la crema dental y echaba en el cepillo se miró un momento en el espejo y no pudo evitar pensar en el reencuentro que tendría ese día con Anthony.

No pudo evitar sentirse algo... intranquila. Pero no estaba nerviosa, al menos... no por el momento.

Finalmente terminó de cepillarse los dientes y se giró hacía la puerta para poder abrirla y salir.

Cuando salió del baño, levantó la mirada hacía su cama únicamente para encontrar a Gina estirándose con total flojera mientras se encontraba sentada en la cama.

—Veo que finalmente te has despertado, bella durmiente.— comentó mientras se dirigía al clóset para sacar su ropa.

—No se me hizo fácil el poder conciliar el sueño anoche...— bostezó mientras decía la última palabra.

Danaé se quedó viendola un breve momento y le regaló una sonrisa bastante agradable y dulce antes de girarse y encontrarse abriendo su clóset para escoger su conjunto de ropa.

—Deberías irte a bañar.— sugirió mientras estiraba su mano para coger un bonito vestido de color verde manzana.

—Tal vez... sí. debería de hacerlo— dijo dudosa mientras se levantaba de la cama.

—¡Aaaa! ¡qué flojera Dios mío!— exclamó mientras se estiraba nuevamente—, Sé que hoy es un día para servir a Dios, pero aveces lo veo injusto ya que es día de descanso, jum— se giró y se colocó las pantuflas para dirigirse al baño.

Danaé la siguió con la mirada extrañada, pero luego soltó una sonrisa genuina y cerró las puertas de su clóset.
Con la misma se dirigió a su cama para colocar su vestido allí y dirigirse a su mesita para buscar en una de sus gavetas su ropa interior y en la otra una camisa negra.

Bien, luego de haberse vestido completamente, Danaé se dirigió hacía el frente del espejo de la peinadora, solo para ver cómo le lucía el atuendo escogido.

—Ya salí.

Dan se giró hacía la dirección de aquella voz que le había indicado que había salido, solo para ver a Regina alegremente sonriendo.

—¡Pensé que te quedarías viviendo en el baño!— ironizó.

—Seeh, perdón por eso. Me quedé 20 minutos reflexionando sobre la vida y por qué tengo que crecer— justificó mientras se acercó a un bolso que se encontraba al lado de la puerta de la habitación.

—Tranquila, no pasa nada. Yo también tengo mis momentos de reflexión— respondió  mientras se dirigía hacía varias cajas de zapatos al lado de la peinadora.

—Es bueno saber que alguien me entiende.

—Por algo soy tu mejor amiga, ¿no?

—Sí.

Silencio.

Ambas chicas se miraron fijamente extrañadas.

Luego se echaron a reír fuertemente.

—Bueno bueno, ¿qué opinas?— Danaé terminó de colocarse las sandalias y se puso en pié para dar un giro que levantó su hermoso vestido verde manzana.

—¡Te queda hermoso!— aseguró Gina. —Seguro que Anthony queda embobado con semejante belleza andante.— entonó orgullosa.

Dan no pudo evitar sonrojarse, y a éste comentario soltó una risa.

—Vístete ya. —Agarró su toalla y se la tiró a Gina, quién de inmediato la aquechó perfectamente y soltó una risa, a lo que también dispuso a vestirse.

Dan se giró y se sentó en el banquillo que estaba al frente de la peinadora, ahora después de haberse arreglado, debía peinarse su hermoso cabello rizado que ahora estaba húmedo.

Agarró su crema habitual y se untó crema en las manos para luego pasarse éstas por el cabello, haciendo así que se peinara con los dedos.

Luego de untarse la crema en el cabello, empezó hacer un pequeño puño de cabello, enrrollándolo y haciendo que sus risos quedaran definidos.

Luego de hacer el mismo procedimiento con todo su cabello, agarró su cajita de broches para el cabello y escogió un ganchito simple de color blanco perlado, y se lo colocó en un extremo de la cabeza.

Ella ya estaba lista, solo hacía falta esperar a por los demás.

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