Capítulo 33.

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Anthony: ¿Qué te parece... “Cuchurrumin”? ¿Original, no?

Danaé: ¡Claro! Si se lo colocas a un perro.

Anthony: Esto de poner apodos es complicado.

Danaé: Tú, lo haces complicado.

Danaé: Aún recuerdo el apodo que te puse cuando nos conocimos jsjs.

Anthony: ¿Ah sí? ¿Y cuál era?

Danaé: My bear.💗🐻

Anthony: Ah... Ya lo recordé. Original eh.

Danaé: Lo sé.

Anthony: Buenop.

Anthony: ¿Cuándo volveremos hablar en la madrugada? Extraño hablar contigo hasta tarde.

Era verdad que Anthony y Danaé se quedaban hasta tarde hablando por chat; pero no tarde a las 10, 11. No, se quedaban hasta tarde 12:00am o 1:00am.

Al leer ese mensaje, se sintió extraña.

Era verdad que aún tenía sentimientos por Anthony.

Pero no quería arruinar lo bonito que hasta ahora había logrado construir con Anthony como amigos. No, Danaé no estaba dispuesta a echar a perder lo que se estaba reconstruyendo poco a poco.

Y tal vez... De cierta forma, era lo más sano para los dos.

Así que se limitó a responder:

Danaé: No lo sé, Anthony. Tal vez... Algún día, no muy lejos.

Anthony: Entonces esperaré ese día.

Danaé: Sí, pero no te ilusiones, genio.

Anthony: ¿Contigo? Imposible no hacerlo.

Ese hombre tenía algo para hacernos reír de cualquier manera, sí que sí.

Anthony y Danaé supieron sobrellevar su amistad hasta cierto punto. Aunque habían momentos de momentos entre ellos que eran inevitables de no ser.

Seis de la tarde.

Se podría decir que esa hora se había vuelto la favorita de Danaé. Ya que era a esa hora que mayormente hablaba con Anthony por llamada.

Y esos momentos donde ambos podían oírse... Para ella eran increíbles. Y, aunque ella sabía que tarde o temprano, Anthony se iría, trataba de disfrutar los pequeños momentos lo más que pudiese.

Definitivamente no era lo mismo escuchar la voz de Anthony por audio que por llamada. Podría ser lo mismo, pero la verdad era que no lo era. Era totalmente distinto.

Al menos para ella.

Reían, lloraban, bromeaban entre sí, se enojaban con el otro y luego se arreglaban.

Típico de las parejas disparejas.

Y la verdad era que sí.

La conversación por llamada iba excelentemente bien hasta qué...

—¿Danaé? ¿Estás allí?— preguntó desde el otro lado de la pantalla.

—¿Eh? ¡Ah, sí! Aquí estoy, Anthony— respondió volviendo en sí.

—¿Distraída otra vez?— preguntó con un tono burlón.

—¿Qué ibas a decirme Anthony? Estabas por decirme algo ¿No?— evadió la pregunta.

—Quiero llegar a un acuerdo contigo.— comentó serio.

—¿Ah sí? ¿Y qué acuerdo sería ese?— preguntó intrigada.

Un Mundo Distinto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora