Un Mundo Distinto.

Capítulo 20.

Pasaron tres días exactamente.
Tres días demasiado pesados para Danaé.

Pensó que las tareas y actividades del colegio serían... una buena distracción para dejar de pensar en Anthony. Pero la verdad es que no fué así.

Ni siquiera podía concentrarse porque Anthony estaba en su mente. Y para ella, era algo molesto hasta cierto punto.

Es verdad, ambos habían quedado como amigos. Pero no podía ser únicamente amiga de alguien que le gustaba demasiado.
Y el sentimiento era nuevo para ella. Estaba consiente de que no podía ser solo una amiga.

Y la situación empezaba a ponerse peor.

...

Era de tarde, cuando Danaé se encontraba sola, haciendo tarea en casa.

Regina no se encontraba con ella debido a que su madre había enfermado y tenía que cuidarla.

Estaba jugando con su lápiz en la mano, y viendo un punto fijo cuando de repente...

—Bzzp.— vibró el celular.

Dejó el lápiz en la mesa y agarró inmediatamente su celular solamente para encontrarse un mensaje de Anthony.

Genial. El alma de la fiesta.

En efecto. Apenas lo bueno de la historia estaba por empezar.

Danaé: ¿Qué se te ofrece, Anthony?

Anthony: ¿Cómo estás?, ¿Y por qué me preguntas eso?

Danaé: Bien, gracias. Por nada.

Anthony: ¿Segura?

Danaé: Sí.

Anthony: Bueno...

Danaé: Ok.

Así es que es, chica.

A Danaé no le motivaba mucho el hablarle o escribirle de mala manera, pero si así era la única manera de colocar distancia entre lo que ella sentía y su amistad con él, bueno. Así sería.

Claro que... A cierto chico no le gustaba este trato. Pretendía que ella lo tratáse como alguien normal.

Pero seamos honestos, ¿A quién se le hubiera hecho fácil tratar de ocultar sus sentimientos simplemente por ser amigo de otra persona cuando era muy evidente lo contrario?

Danaé no. Eso era seguro. Ella no era de ese tipo de personas. No trataría normal o como alguien sin importancia a alguien que tenía demasiada importancia en ella.

Según... Solo se conformaba con ser solo su amiga y verlo felíz aunque no fuese con ella.

Pero seamos sinceros... Una cosa es pensarlo y decirlo. Y otra es muy distinta a ponerlo en práctica.

Porque... ¿cuando amas? El sentimiento es demasiado grande, amas tanto, pero tanto; que aveces te pones en discusión contigo mismo para saber quedarte o irte. Aveces tienes que hacer cosas inexplicables solo por amor.

Incluso nuestro Dios lo hizo con nosotros, mandó a su único hijo para morir por toda la humanidad cuando nisiquiera mereciamos tal sacrificio.