Capítulo 22.

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‼️¡Atención!‼️
¡Este es un capítulo corto, eh!
Sí. Bastante corto en realidad, jeje..

Es corto porque lo que sigue será reflejado en el siguiente capítulo y no quería adelantar la mejor parte del drama aquí.

Así que... Sin más que decir.¡Disfrutad del mini capitulo!✨.

Alessandra se separó de Danaé y le dió su espacio para que respirara y se tranquilizara.

Dana sorbía por la nariz y trataba de tranquilizarse, mientras que, con sus manos se la pasaba por sus ojos limpiándose las lágrimas y la humedad que tenía en sus mejillas.

—¿Estás mejor?— preguntó.

—S-sí...— respondió sorbiendo la naríz.— bueno— dudó— Eso creo.

Sonrió y Alessandra también le devolvió la sonrisa.

—Dana. Entiendo perfectamente por lo que estás pasando. No pasamos la misma situación pero se asemeja— hizo una pausa antes de continuar diciendo: —Mira. Ese chico no vale la pena. Al menos, no para tí. Y... Honestamente el chico que quiera estar contigo, sabrá esperarte, sabrá primeramente como enamorar a tus padres y luego sabrá enamorarte a tí.

»Eres muy buena, y habrá un momento en dónde Dios, te mandará a ese alguien que está reservado para tí. Así que no llores, ni siquiera te molestes en saber de ese tal Anthony.

»Mira Danaé, no te voy a pedir que lo olvides o que no llores por lo que te duele.

»Si quieres llorar hazlo, pero que no sea por alguien que no sabe lo que quiere o no supo quererte. Lo quieres, y es inevitable, pero, al final si ninguno era para el otro, tienes que saber dejarlo ir y cada quién por su lado.

»Al final de cuentas... Estamos concientes de que aquí, tú, no eres la que sale perdiendo. Sino, él.

»Solo...¡Mírate! Eres hermosa, buena e inteligente. Tienes un corazón y una bondad muy linda. En otras palabras, eres demasiado para él. Y... En el mundo habrán personas que no sabrán lidiar con tanto y deciden ir a por lo fácil porque así les gusta. Les encanta lo fácil. Y a lo que se les hace difícil lo rechazan; No te atormentes por él, ni por nadie.

Eres increíble.— finalizó.

Sorbió por la nariz una última vez.—Muchas gracias por las palabras de apoyo.

—Siempre que quieras, puedes contar conmigo— sonrió y se levantó para estirarse.

—Deberiamos irnos con los demás.— insinuó.

—¿Te sientes completamente bien?— preguntó.

—Sí. Ahora sí.— se levantó y enganchó su brazo con el de Alessandra.

—Pues... Perfecto, entonces.

Las dos se digirieron de regreso hacia el grupo de sus compañeros dónde los dos grupos que estaban jugando, se encontraban descansando.

—¡Alessandra! ¿Qué tenemos después de esta clase?— preguntó Lúis.

—No lo sé, no recuerdo. —hizo una pausa antes de dirigirse hacía Danaé y preguntar: —¿Tu... sábes que tenemos después?

Danaé se rió y respondió:

—Creo que química.

—Ah, ok. ¡Gracias!— respondió Lúis.

En el receso del medio día, Danaé se encontraba sola, comiendo. Pensando en lo que había acontecido en la mañana de ese día.

Se había desahogado con su "Mejor amigo" y ni siquiera fué capaz de decirle algo.

Y cuando vió perfectamente que se había alejado con Alessandra. Nisiquiera se molestó en ir a preguntar cómo seguía.

Genial. Tremendo mejor amigo que te gastas.

«¿Pero y si no había visto?»— se preguntó así misma internamente discutiendo con su conciencia.

Oh niña, claro que te ha visto perfectamente. Nadie es tan estúpido como para no darse cuenta del pequeño hilo de voz que sale de alguien que está apunto de llorar y luego se va a un lugar apartado para durar una hora tranquilizándose.

En efecto. Creo que hasta la persona más tonta se dá cuenta de ello.

Pero al parecer, Diego, no.

Y desde entonces... el título de: "mejor amigo." Le había quedado algo grande a nuestro Dieguito querido.

¿Y Diego? Bueno. Nuestro queridísimo Diego no se molestó en preguntar por Danaé.

Pero bueno, nada en esta vida es perfecto. ¿No?

Oh no, claro que no. Pero esto tendrá que terminar tarde o temprano, amiga.

Y sí... Eso terminaría tarde o temprano.

Pero... La idea era que terminara demasiado, temprano. Si no... En su debido tiempo.

Pero... ¿Quienes somos nosotros para cuestionar los planes de Dios en la vida de nosotros los seres humanos?

Y más, si las cosas que permite que pasen son para acercarnos a Él. Y tenerlo únicamente a Él como consuelo y amigo en nuestros peores momentos.

Danaé no era conciente de esto; al menos, no por el momento.

Pero ya le tocaría darse cuenta por sí misma de ello.

Por ahora... Solo debía seguir aprendiendo a conocer a las personas y ver hasta donde podía llegar su capacidad de malad.

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