Capítulo Treinta y Ocho

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Canción sugerida: Sanctuary - Joji.

"Sigue adelante y detente después del anochecer.
Estrella caída, soy tu llamada a distancia.
Pasillos de motel, muros de neón.
Cuando la noche cae soy tú escape...".

Archipiélago de Chiloé, Chile.
SemiLuna, playa de Castro.
8:15 A.M.

<<Te amo Aida>>.

Escuché, de un momento a otro, la voz de Lucia. Ya había despertado, tan solo observaba la luz del sol que entraba tímidamente por la ventana del cuarto.

"¿Qué ocurre?".

<<Espero verte pronto. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te amo con todo mi ser y gracias por darme dos hermosos seres que crecen en tu interior...>>.

"No te entiendo Lucia ¿Por qué dices eso?".

<<Solucionaré todo. Te amo...>>.

¡Oh por la Diosa! No.

"¡Espera...Espera no...!".

<<Bloqueo>>.

"¡LUCIA, ESPERA NO LO HAGAS, LUCIA..!".

_ ¡LUCIA, LUCIA NO LO HAGAS, NO...!.

Me levanté de un salto de la cama y, al abrir la puerta del cuarto para ir en búsqueda de mi novia, aparecieron Carmela y Williams.

_ ¡¿Por qué estás levantada Aida? ¿Qué fueron esos gritos?!.- Exclamó la madre de Lucia.

_ ¡Lu...ella...ella...Ah!.- Sentí una punzada o patada en mi abdomen, no lo se. Pero me dolió y bastante. _ ¡Joder!.

_ Debes relajarte Aida, recuerda que gestas a mis nietos.- Carmela me tomó de la mano y me obligó a volver a la cama mientras Williams me observaba con tristeza.

_ ¿Qué ocurre con Lu, señor?.- Le pregunté, conozco esa mirada. Mi amada heredó aquello. Algo le preocupa.

Carmela me acurrucó en las frazadas y besó mi frente. Es muy tierna.

_ No te preocupes de eso hija, tú tienes que velar por Ares y Lira, nadie más...

_ Ella es mi esposa por las leyes del mar y madre de mis pequeños Carmela, no puedo dejar de no estarlo. Menos cuando, hace unos minutos, se despidió de mí ¿Qué ocurre? Tengo todo el derecho de saberlo, yo...

_ Ella se fue al mar.- Me respondió sin más Williams. _ El mundo marino quiere aniquilar a los humanos porque creen que Escarlata fue asesinada por este plano. Lucia lo sabe, Kuyén incluso habló con ella en un sueño. Mi hija decidió ir a detenerlos....

_ ¡Oh por la Luna! No quiero perderla de nuevo.- Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y sentí patadas en mi abdomen.

Carmela me abrazó fuertemente y comenzó a darme varios besitos en la coronilla y cabeza.

_ Ella estará bien Aida, es fuerte, valiente...

_ Y no se acuerda de todo su poder.- Dije entre sollozos. _ No quiero que la maten, no soportaré perderla dos veces.

Ngen [AiLu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora