♡|CAPITULO 19 - DEJALO|♡

79 10 0
                                    

—Buenos días.

Norman camino hacia Ray cuando llego a la cocina, Ray estaba preparando algo para el desayuno de ambos.

La noche anterior habían dormido juntos como si fuera la primera vez que lo hacían, habían dejado salir sus miedos y ahora sentían una conexión un poco más grande que antes.

—¿Quieres ayuda?

—Solo con la mesa, por favor.

Ambos platos tenían comida en ellos, pero el de Norman estaba más lleno que el de Ray, como todos los dias.

—¿Hoy irás a trabajar?— Norman asintió mientras comía un pedazo de su carne —Supongo que volverás para la cena, ¿Que te gustaría cenar?— Ray tomo su cubierto pero al ver la reacción de Norman lo dejo nuevamente en la mesa —Bueno, me refería a... Volverás aquí después del trabajo ¿Verdad?

Norman solo pudo sonreír y tomo la mano de Ray delicadamente haciendo que se sintiera más tranquilo.

—Cualquier cosa que cocines será perfecta, cariño.

Ray se sonrojo al escucharlo, iba a alejar su mano de la de Norman, pero por alguna razón se sentía relajado y más a gusto de esa forma así que solo sonrió y la tomo más fuerte volviendo a tomar su cubierto y tomando un bocado de su comida.

«Esta delicioso» pensó Ray un momento viendo a Norman quien seguía comiendo «Hacia mucho que no disfrutaba de una comida asi»

Ambos continuaron con su rutina matutina. El desayuno termino, Norman iba hacia el trabajo y Ray se quedaba en casa. Por alguna razón se sentía un poco intranquilo cuando Norman se alejaba de el, pero poco a poco iba superando ese miedo y la mejor forma de hacerlo era saliendo solo por su cuenta.

Todas las veces que había salido habían sido con Norman. El camino de su casa hasta lograr llegar a la estación en la que se encontraron había sido un terror para el, la gente, el entorno, todo era desconocido y solo tenía un forma de aclarar su mente, de arrojar sus miedos al suelo y de ser valiente.

—Supongo que debo de comprar mas cosas...— estaba frente al refrigerador viendo que estaba semi vacío, no tenía idea de que cocinaría para la noche, pero estaba claro que debía ser algo delicioso para ambos, así que ahora debía salir, solo, al mundo exterior.

Después de pasar media hora recargado en el marco de la ventana que daba hacia la gran vista de la ciudad, Ray decidió que ya era hora de emprender marcha, debía salir y conseguir las cosas de la cena.

—Todo va a estar bien— cerro los ojos mientras tomaba sus llaves y abría la puerta lentamente. Se quedó mirando hacia los alrededores y después de dar un paso escucho un ruido detrás de él —¿Que rayos?— pero al voltear lo único sue vio fue a un gatito blanco frente a el.

El corazón de Ray latía fuertemente así que suspiro y se calmo, miro al gato y con toda la curiosidad y coraje que tenía se acercó a el de forma cautelosa.

—Tu puedes...— se susurro a si mismo mientras acercaba su mano a el y poco a poco conseguía acariciarlo —Yo...— sus ojos se cerraron y su mano logro sentir lo suave de su pelaje.

Al abrir los ojos el gato solo lo miraba y ronroneo mientras restregaba su cabeza en la mano de Ray, pero para el había sido demasiado así que alejo su mano por miedo, el gato solo lo miro y se fue corriendo.

Ray sin saber cómo reaccionar solo se quedó mirando al frente y después de unos segundos sonrió.

—Lo logré.

El camino hacia el supermercado era algo largo y con todo el ruido y gente de la ciudad solo se hacían más difíciles las cosas o al menos así lo sentía Ray.

Sus audífonos estaban a un volumen que cualquiera a tan solo menos de medio metro podría escuchar a la perfección, su mirada al frente y sus manos dentro de sus bolsillos para evitar abrazarse a mi mismo por el miedo.

«Calma... Falta poco para llegar»

Con cada paso que daba las ganas de volver a casa incrementaban y hubiera sido así de no ser por que mediante su camino se quedó admirando con lujo de detalle aquellos edificios gigantes que adornaban la gran ciudad de una forma espectacular para su vista.

Todas y cada una de las empresas le llamaban la atención, los grandes pisos, la gente que entraba y salía de ellas, el sol que reflejaba en las ventanas, todo. Pero algo en especial llamo su atención y es que justo afuera de una de esas maravillas gigantesca había no solo una, si no varias personas que mantenían su distancia o se iban rápido del lugar por algo que ocurría.

Su instinto le decía que lo dejara pasar y siguiera su camino hacia su destino, pero otra parte de el le decía que fuera y se acercara hasta allá, que el debía estar ahí.

Y sin importar que, cruzó la calle y paso por los lados de la gente que estaba ahí, no solo civiles si no también trabajadores del lugar.

—Aqui no hay nada que ver, sigan con su camino.

Los guardias del lugar estaban llegando a las puertas y alejando a la gente, Ray aún tenia la oportunidad de seguir su camino, pero se adentro más para evitar que lo sacarán y siguió mirando sin entender.

«Aun con mi música puedo escuchar sus gritos»

Detrás de varias personas, Ray tomo valor, suspiro y retiro sus audífonos para poder escuchar el exterior.

—¡No puedo creerlo! ¿Que has estado haciendo todo este tiempo? De seguro todo esto es culpa tuya, ¡Eres un tarado!

Los gritos se hacían cada vez más fuertes y Ray estaba lleno de curiosidad así que camino más la frente.

—¡Y tu! ¡No puedo creer que me hagas esto! ¡Eres un tonto!

El sonido de una fuerte cachetada sonó por todo el lugar, Ray solo se quedó viendo la escena totalmente en shock y al ver que la mano de la chica se volvía a levantar no lo dudo y fue al frente.

—¡Déjalo!

Y el recibió el segundo golpe.

—¡Ray!




EL TIEMPO A TU LADO - TPN • NORRAY •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora