♡|CAPITULO 33 - HABLEMOS|♡

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El reloj de su muñeca comenzó a sonar.

—Carajo, son las tres de la mañana— Norman estaba regresando a casa justo a esa hora. Todo se le había salido de control en tan solo un momento —Mierda... Me duele.

Sus feromonas salían, no podía controlarlas y por más que tomaba su abdomen para tratar de contener el dolor le era imposible.

—No puedo... No puedo dejar que me vea así.

Además de la cortada en el abdomen también llegaba con varias cortadas en la cara y brazos.

—Mierda... Es un bastardo.

Norman había conseguido salir a tiempo del trabajo, exactamente a las ocho de la noche había salido y si se apresuraba podría volver en tan solo cuarenta o treinta minutos a casa, junto a Ray que eso último era lo que más le interesaba.

Con las pocas fuerzas que tenía subía las escaleras hasta el departamento donde vivía con Ray, pero en medio de las escaleras su cuerpo cayó al suelo lastimando sus rodillas

—Carajo.

Se sentó un momento, recargo su cuerpo en los demás escalones para descansar y cerro los ojos recordando lo que le había pasado hace unas horas.

...{💮}...

—Veo que me has estado evitando.

Nuevamente, así como otros días, Norman se topaba con James quien no lo había dejado de acosar desde hace tiempo. Norman estaba llegando a su límite, estaba cansado de la misma situación, estaba cansado de tener miedo así que como la última vez está vez también enfrentaria a James para acabar con todo ese martirio de una vez por todas.

—¿No es obvio?— James solo suspiro, abrió la puerta de la camioneta detrás suya pero Norman solo sonrió, camino hasta el y tomo a James del cuello viéndolo cara a cara —Dejame vivir mi vida bastardo.

—Hacia mucho que tu cara no estaba tan cerca de la mía.

Ese comentario habia tomado por sorpresa a Norman quien trato de alejarse pero James tomo ventaja tomando a Norman del cuello y empujándolo hasta la camioneta donde quedaron dentro en la parte trasera.

—¡Quítate de encima!

La puerta se había cerrado y nadie había podido ver lo que ocurría, ahora solo eran Norman quien estaba recostado en los asientos y James quien estaba encima de Norman viendo su cara

—Tranquilo Norman. Hablemos— James sonrió —No grites tan fuerte cariño, recuerda que es un lugar público y no te gustaría que nos vieran en esta situación, ¿O si?— James se acercó más a la cara de Norman besando su frente, Norman estaba tan molesto que no dudo en golpear la cara de James con la palma de su mano haciendo que perdiera un poco el equilibrio y golpeándose con el asiento del frente

—¡No lo hagas! ¡Dejame en paz!

Norman trato de levantarse de los asientos para salir por la puerta del otro lado pero al tomar la manija su agarre inmediatamente se puso débil, sus ojos se quedaron en blanco mirando hacia afuera y después volteo la cara poco a poco viendo lo que ocurría.

—¿Pero que...?

—Lo siento, pero un perro necio necesita aprender a ser obediente, ¿O no? Hermanito.

James tomo la cabeza de Norman besando su frente nuevamente, Norman no podía hacer nada más que ver cómo aquella navaja con las letras grabadas "P.R" estaba incrustada en su abdomen.

—Calmate, te sentirás mejor en un rato.

—¡Eres un bastardo!— Norman golpeó nuevamente a James quien le regreso el golpe y por culpa de los anillos de su mano dejo la cara de Norman con rasguños y cortadas que goteaban —¡No eres más que...! ¡Ah!

Norman tomo de la manga de James quien no dejaba de apretar la navaja contra su piel para lastimarlo.

—Lo siento pero me obligaste a hacerlo, hermanito.

—Deja... Deja de llamarme así, ya no soy un Ratri.

Norman sentía tanto dolor que ni siquiera sus feromonas podían salir y esparcirse como quería, aún así sabía que el hacerlo podía hacer que lo lastimaran más.

«Mierda... Ray va a quedarse esperando hasta tarde de nuevo»

Norman sintió la otra mano de James deslizarse por su abdomen hasta llegar a la cremallera de su pantalón y poco a poco este fue quitado de su piel que se enfrió rápidamente.

—Entonces eso significa que ya no debes preocuparte de mucho.

—¡Aahh!

Norma grito al sentir el dolor en su cuerpo, sentía como se desgarraba y las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos.

—¿Que apellido tomaste ahora?— Norman no respondió hasta que James se movió y apretó más la navaja contra su abdomen —¿Y bien?

—¡Carajo! ¡Minerva! ¡Escogí el de Minerva!

Norman sentía tanto dolor y solo podía dedicarse a mirar hacia el techo del auto esperando por qué acabará.

—El apellido de mamá— Norman miro a James —Siempre creí que era un apellido encantador, así como tú.

James dio un pequeño beso en los labios de Norman y siguió con su rol hasta que la sangre que salía de Norman era demasiada, se veia pálido y ya no emitía los mismos gemidos de dolor de antes, ahora eran más débiles y se sincronizaban con los movimientos de James.

—¿Estás cansado? Solías disfrutarlo tanto antes, ¿Que hay de diferente ahora?

Con las pocas fuerzas que le quedaban, Norman alzó la cara viendo a James con odio.

—Vete al carajo.

La navaja se movió aún más causándole más dolor a Norman quien estaba por gritar, pero antes de poder emitir otro ruido la ventana del carro se escuchó, habían golpeado varía veces y por la fuerza y la silueta que se veía por fuera se podía adivinar de quién se trataba.

—Abre la puerta, bastardo, eso si no quieres que la derribe.

La voz de Anna se había escuchado por fuera. James solo suspiro saliendo de Norman causándole un dolor intenso.

—Silencio, no te gustaría que tú hermanita supiera que te cojo desde hace tiempo, ¿Verdad?— Norman tapo su boca para contener sus gritos y cuando James se alejo aprovecho para vestirse y alejarse de el —Saldré a arreglar todo, no importa si te vas, se en donde encontrarte.

Jamen suspiro, Norman se acercó hasta la puerta detrás de el lo más pegado a ella para que al salir Anna no lo viera y después de que James saliera Norman hizo lo mismo tratando de correr hacia un lugar alejado mientras veía a Anna gritarle a James, quien lo veía alejarse.

Sus ojos se abrieron, había estado en la escalera al rededor de veinte minutos, había detenido su hemorragia y la navaja ahora la tenía el, aquella con las iniciales de su hermano que había fallecido.

—Carajo Peter... Me encantaría estar muerto también.

EL TIEMPO A TU LADO - TPN • NORRAY •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora