♡|CAPITULO 44 - CONTARLE|♡

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El cielo se nublaba conforme Ray bajaba las escaleras de emergencia.

No prestaba bien atención pero si podía ver cómo alguien lo perseguía, había escuchado el ruido de la puerta al abrirse y el como azotaban las ventanas por dónde había salido.

Una vez en el suelo no miro hacia atrás y simplemente corrió hacia los grandes arbustos que habían detrás del edificio ocultándose.

Se quedó mirando por un pequeño hueco mientras su respiración era agitada y sentía su corazón a mil por hora.

—¡Agh!

Tomo su pecho y seguido de ahí tapo su boca con la otra mano para detener el ruido de su respiración. Un fuerte dolor en el pecho hizo que se doblegara, aún así no despegó la mirada de aquella persona que ya estaba abajo.

—¡Ray! ¡Sal ahora!

«Mierda... Si me atrapa ahora...»

Ray tomo más fuerte su cara y su camisa suspirando.

«Si me atrapa me llevará de vuelta y no volveré a ver a Norman»

Suspiro tres veces más y su respiración se callo, al igual que suprimió todo olor que pudiese delatar el lugar donde se escondía.

«No lo permitiré»

—¡Vamos, sal ahora! ¡Sabes que no te haré daño por nada del mundo!— aquel chico se quedó en el centro del patio mirando hacia todos los arbustos que rodeaban el lugar —Ya que después de todo me pidieron llevarte con vida.

Sus pisadas eran fuertes, y con cada paso las hojas del suelo tronaban junto a las varas de los árboles que estaban por dónde pisaba. Miraba hacia todas direcciones pero solo el ruido del viento lo confundía sin saber en dónde se encontraba Ray.

—Bien, ¿Que tal si te espero arriba? Cuando estés listo puedes volver, ¿De acuerdo?— se quedó mirando hacia un lado de los arbustos levantando el arma que estaba en su mano —Después de todo si no charlo contigo, va a ser con el, ¿O no? De todas formas el va a regresar, no te dejaría, así como yo.

Dio unos pasos más dando vueltas por el lugar agitando su pistola.

—Despues de todo, lo entiendo. Nadie puede resistirse a ti. Así que por favor, hablemos bien.

Ningún ruido se escuchó, Ray lo seguía mirando, seguía observando como el giraba la cabeza a todas direcciones para encontrar a Ray.

—Te esperaré arriba— dio unos pasos más llegando hasta la escalera donde había bajado —Lo prometo, jamás te haría daño y se que lo sabes.

Subio las escaleras sin dejar de mirar hacia abajo, pero Ray no salió en ningún momento y mucho menos hizo un movimiento.

Sin más, aquel chico se adentro en la casa y empezó a mirar a los alrededores reconociendo pocas, pero conocidas pertenencias de Ray.

—Dijiste que ya no querías nada que ver con nadie... Aún así se que ella ya te encontro— De entre uno de los cajones se encontraban aquellas fotos que una vez Ray juro destruir pero que no tuvo el valor —Pero yo no te dejare ir, no otra vez.

—¿Quien eres?

Cuando el chico admiraba las fotos, no se percató de que alguien más había entrado a la casa.

—¿Perdón?

—Pregunte, ¿Quien eres? ¿Y que haces en mi casa?

—¿Tu casa?— el chico sonrió y miro de arriba abajo —Mi nombre es Oliver, ¿Y el tuyo, linda?

—Eso no te incumbe— las fotos fueron arrebatadas de las manos de Oliver —¡Sal ahora!

—¿Disculpa?— Oliver escucho su voz fuerte —Perdoname pero no tengo nada que ver contigo así que solo dime qué relación tienes con Ray y con el patán que vive con el y yo...

—¿Patán?

La mano de Oliver fue tomada con fuerza y de un momento a otro ya se encontraba en el suelo.

—¿Que mierda te pasa?

—Deja de hablar quieres, me aturde tu voz— Oliver no sabía ni como había terminado en el suelo, había bajado la guardia —Y mi nombre es Anna y no se de quiénes me hablas así que sería bueno que te fueras de mi casa.

Anna tomo los brazos de Oliver y lo jalo por todo el cuarto sin darle oportunidad de ponerse de pie hasta que lo saco de la casa golpeando su cabeza con la barda que impedía que cayera por lo alto del edificio.

—¡Aléjate de aquí y no vuelvas!

—¿Que mierda pasa contigo?

La puerta fue cerrada con seguro.  Anna permanecía recargada en ella esperando a que ningún ruido más se escuchará.

—¡Maldita!

Oliver se quedó mirando a la puerta y después de unos segundos se dio cuenta de algo.

—Por eso tenías tanta fuerza, tu maldita...

Saco su arma apuntando a la puerta pero antes de poder disparar una vala salió de la nada golpeando en su mejilla haciendo que cayera al suelo.

—¡Mierda!— miro hacia todos lados pero no podía descifrar de dónde había salido —Asi que alguien te cuida— se levantó del suelo y miro nuevamente hacia la puerta —Por hoy lo dejaré así.

Los pasos en las escaleras se escucharon. Anna tenía los brazos recargados en la puerta mirando por el picaporte mientras su respiración era agitada.

—¿Anna?

Al escuchar la voz detrás de ella no dudo en voltear.

—¡Espera!— Pero solo estaba Ray con los brazos arriba ya que Anna le apuntaba con un arma —¡Soy yo!

Anna lo miro y bajo el arma limpiando el sudor de su cara.

—Lo lamento Ray, eso me asusto.

Ambos se quedaron callados un momento y después se miraron mutuamente.

—Norman llega más tarde, ¿O no?— Ray asintió —Supongo que tienes algo que contar, ¿O no?

—¿Y tú?

Anna suspiro, guardo su arma y fue hasta la salida de emergencia.

—¿Subimos?

El viento pegaba en sus caras mientras ambos veían el cielo nublado recostados en el techo de lo más alto de los edificios. Por el ruido del viento su conversación no se escuchaba a otros lados.

—Ya veo, ¿Ya se lo has contado a Norman?

—No tengo el valor de hacerlo aún.

—Bueno, tal vez sea tiempo, ese chico se veía peligroso.

Ray se quedó mirando al cielo, despues Anna hablo y Ray se quedó impresionado al escucharla

—¿Alguien lo sabe?

—¿Aparte de ti? Si, alguien más.

—¿Norman?

—No, no he tenido el valor de decirle.

Ambos se quedaron callados y después rieron.

—Supongo que ambos tenemos muchas cosas que contarle a Norman.

EL TIEMPO A TU LADO - TPN • NORRAY •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora