♡|CAPITULO 34 - TE ENCONTRÉ|♡

57 8 0
                                    

Poco a poco y con las pocas fuerzas que le quedaban a su cuerpo, Norman iba subiendo las escaleras a su ritmo. Sentía tanto dolor en todo su cuerpo y sentía que en cualquier momento sus piernas fallarían y lo dejaría caer nuevamente.

«Si Ray me ve en este estado... De seguro se preocupara»

Se quedó parado justo frente a la puerta por unos segundos, miro su herida que ya había dejado de sangrar por fortuna, pero su cara, brazos y piernas estaban completamente lastimados sin mencionar el dolor intenso de su cadera.

—Calmate— suspiro, golpeó su cara y con sus llaves abrió la puerta —Estoy...— para encontrar todo totalmente vacío —... En casa, ¿Ray?

Dejo las llaves en la mesa cerrando la puerta detrás de el. Estaban las luces pagadas, sin embargo no se escuchaba ni la respiración de Ray al dormir.

—¿Ray?

En la habitación, en la cocina, en el baño, en el estudio, en ningún lugar de la casa se encontraba.

—¡¿Ray?!

Su desesperación incrementado al ver sus cosas en la cama, solo estaban unas cuantas prendas de ropa.

—¿Y si se fue?— pero para Norman era el caos total —¿Y si James...?

El terror se reflejo en su cara, sus feromonas inundaban la habitación vacía y la ropa de la cama, comenzó a ver al rededor y solo pudo ver aquella foto que tanto detestaba.

—Bastarda...

Tomo la foto con ambas manos, estaba a punto de romperla pero se calmo, la dejo en su sitio y en su lugar volvió a tomar su abdomen que empezaba a doler por la presión que sentía en el cuerpo y en el corazón

—Si te lo llevaste yo...

Fue hasta la puerta principal, se quedó mirando hacia la ciudad y antes de poder bajar las escaleras se quedó quieto.

—Pero...— y una vez que se bajó un poco su enojo recapacito —¿En donde lo busco?— y se dio cuenta —No... No conozco casi nada de el... Ni siquiera su apellido, ¿Que le gusta...? ¿O que no le gusta?

Se quedó mirando a las escaleras, por la presión y el enojo su herida se había abierto nuevamente.

—Carajo...— volvió a la casa trato de llegar a la cocina para poder sanar su herida pero antes de poder si quiera llegar sintió sus ojos pesados, su cuerpo se volvía más ligero y se dejaba de mover y de un momento a otro todo se volvió oscuro.

Muy cerca del sofá se había derrumbado debido al dolor y el estrés del momento, poco a poco la sangre de su herida salía manchando el suelo.

—Vaya, vaya...— y la puerta se había quedado abierta dejándolo expuesto a cualquier cosa —¿Quién lo diría? Tu hermano es un bastardo ¿O no?

Justo en la entrada estaba aquella misma chica que hacía tiempo se había topado con Ray en el parque, aquella vez que se había hecho el dormido.

—¿Dónde está Ray?

Norman estaba totalmente noqueado en el suelo, aún así ella se acercó y tomo su cabeza mirándolo, en verdad estaba inconsciente.

—Carajo.

Dejó caer su cara y dio media vuelta, pero algo la detenía, algo le decia que si no era ella quien lo ayudaba ya nadie lo podría hacer.

—¡Me lleva la!— se quedó mirando hacia afuera golpeando la pared de a un lado de ella —¡Don! ¡Nat! Vengan en este instante y traigan herramienta para curar al bastardo de aquí.

—Pero Emma....

—Rapido que a esté ritmo esté tonto morirá pronto— Emma suspiro, peino su cabello hacia atrás y miro detenidamente la cara inconsciente de Norman —Mas te vale no hacer que me arrepienta de esto.

...{💮}...

Poco a poco los ojos de Norman se abrían, el cantar de los pájaros de afuera y el viento fuerte que golpeaba las hojas se escuchaba y con ellos el subido de un terrible dolor de cabeza sin mencionar el de su cuerpo.

—Carajo... Me duele absolutamente todo— poco a poco se levantó del sofá donde estaba recostado, tenía un pañuelo húmedo en la frente para la fiebre y su torso estaba tapado con una cobija azul que antes no había visto en la casa —¿Que ocurrió? ¿Quién...?

Se quedó mirando a su herida la cual estaba cubierta con vendas, ya no sangraba y podía jurar que hasta tenía suturas pata evitar problemas futuros.

—¿Ray?— se pregunto a si mismo y se levantó con cuidado llendo hasta el cuarto, pero Ray no estaba. En la cocina, en la sala, en ningún lugar, y no había rastro de el —¿Entonces quien...?

Miro por la ventana hacia la gran ciudad y fue entonces que recordó.

—Ya se.

No pudo hacer nada más que tomar su abrigo y las llaves del departamento y salir corriendo mientras tomaba su abdomen con cuidado cuidando de no abrir la herida.

Su cadera dolía con cada paso que daba, su respiración era más agitada que otras veces pero aún así no dejo de correr hasta llegar a aquel lugar.

Se quedó recargado en sus rodillas un momento mientras recuperaba el aire y poco a poco fue caminando por alrededor de la gran fuente frente a el.

Cientos de niños jugaban a los alrededores por el parque, los padres estaban ahí, varios hablaban entre ellos, otros tenían una pequeña merienda con los pequeños e incluso otros más jugaban juntos a ellos en los juegos o incluso dentro de la fuente con el agua, pero solo había una persona que estaba al frente sin hacer nada más que mirar hacia la nada.

—Te encontré.

Norman suspiro y sintió como la tranquilidad volvía a su cuerpo con pesadez y cansancio.

Ray simplemente se limito a cruzar sus brazos y mirarlo.

—Me encontraste— el tono de voz de Ray era molesto y Norman podía jurar que en el aire se respiraba un aroma algo picoso proveniente de no muy lejos de ahí —Supongo que querrás una explicación pero que crees que yo...— Ray miro detenidamente a Norman dándose cuenta de su estado físico —¿Pero que te...?

Y antes de poder decir más Norman cayó en sus brazos abrazándolo fuertemente hacia el mientras comenzaba a llorar.

—Ray, lo siento mucho... Pero tengo mucho miedo— más y más lágrimas salían mientras Norman se abría a Ray para sacar todo lo que había guardado hacia tiempo —Tengo miedo y ya no puedo seguir así, ¡Por favor! ¡Ayudame!

Ray no pudo hacer nada más que abrazarlo hacia el y llorar por lo preocupado que estaba. Suspiro y acaricio la cabeza de Norman.

—Tranquilo, yo estoy contigo.

EL TIEMPO A TU LADO - TPN • NORRAY •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora