El viento se volvía cada vez más fuerte en esa temporada del año, estaban casi por invierno y el frío empezaba. Ray estaba recargado en la ventana que daba hacia la calle viendo la increíble vista de la ciudad, eran las cinco de la tarde y era su hora favorita para estar ahí ya que veía el atardecer y con el fumaba ya fueran dos o tres cigarrillos ya que solo a esa hora podía por qué era cuando Norman no estaba en casa.
—Últimamente a estado llegando más tarde.
Ray veía el reloj preocupado, también había pasado casi medio mes desde que Norman había vuelto a casa totalmente asustado y en pánico.
—¿Que habrá pasado ese día? No quise preguntar por qué pense que podria ser algo personal con su hermana... O incluso con el.
Ray suspiraba mientras el humo salía de su boca y se lo llevaba el viento.
—Si pudiera ayudarlo lo haría... Pero, ¿Que podría hacer alguien como yo? Yo no tengo el mismo poder qué el, además de que sus métodos son tontos y peligrosos...— Ray suspiro bajando la mirada, se había dado cuenta de que no podía ayudar a Norman por más que quisiera —No quiero ponerlo en peligro.
Ray volvió a suspirar, recargo su brazo en la ventana y en el su cara, apagó su último cigarrillo y cerró los ojos dejándose llevar por la calma que le generaba la brisa del viento.
—Te quiero, Norman.
Y así se durmió.
Por su parte, en ese mismo momento pero en otro lugar, Norman se encontraba caminando por los pasillos del hospital en el cual habia conseguido entrar. Ya había ayudado en numerosas veces y con los pocos descansos que tenía el se dedicaba a estudiar un poco para su examen que sería en menos de cuatro meses.
—¿Agotado?— Norman entraba en una de las oficinas, jalo un poco su corbata y se dejó caer en la silla apoyando su cabeza en el escritorio —Te ves horrible, ¿Acaso no duermes? ¿Tu esposo no te trata bien?
—No es eso, es solo que mis ojos no se juntan en las noches— Norman tallo ambos ojos con sus manos, después se quedó mirando hacia la nada.
—Bueno, sabes un poco de te con miel me ayuda mucho a mi y a mi esposo para poder dormir, ¿Por qué no lo intentas?
Norman se quedó mirando aún a la nada, podía intentar eso pero sus razones por las cuales no dormía superaban más a un simple te.
—¿O es que acaso aún estás preocupado por tu hermano?
—No puedo decirle a Anna lo que ocurrió en el pasado, está bastante ocupada con la empresa de papá además de la suya que ya tenía antes. No sé cómo es que lo hace... Es maravillosa.
—Y se que ella te ayudará y te comprendera, después de todo son hermanos— las hojas que estaban en las manos de la chica se acomodaron y se puso de pie —Aun así estoy para ti para lo que necesites así que tienes dos opciones, salir en este momento e ir a casa a dormir con tu espectacular marido, o ayudarme por unas cuatro horas más, ¿Que dices?— Norman se quedo pensando —A Ray le haría feliz pasar tiempo contigo, sal por la puerta de atrás para evitar problemas y usa aquella chaqueta que está en el pasillo de pediatria, Zack te la dará ¿Bien? Solo no la ensucies.
—Eres la mejor, Sonya.
—Lo se— Sonya acomodo sus lentes y le guiño un ojo a Norman, estaba sumamente cansado y agotado y todo era por una razón.
—Ve con cuidado.
Después de acatar las órdenes de Sonya, Norman salió por la puerta trasera cubriendo toda su cara para que no fuera visto ni reconocido por nadie ya que después de su encuentro con James el no dejo de seguirlo dando hasta el hospital donde Norman trabajaba siguiéndolo sin descanso alguno.
Las preocupaciones de Norman incrementan, entre si James haría algo en su contra o contra el hospital hasta si descubría a Ray y le hacía algún tipo de daño. El sabía perfectamente de lo que era capaz su hermano y por eso lo odiaba.
Miro por una de las esquinas del hospital mirando la camioneta negra dónde James esperaba a que saliera, últimamente había permanecido más tiempo en el hospital y salía junto con mucha gente mas para pasar desapercibido, pero ya era un tiempo así y el sueño y el cansancio le estaban ganando.
—Solo quiero ir a casa... Y poder abrazar a Ray.
...{💮}...
Eran las seis con cuarenta y ocho cuando Norman abrió la puerta de la casa, todo estaba muy cayado y después de ver hacia la ventana fue que vio a Ray quien se había quedado dormido mientras sostenía un cigarrillo en su mano.
—Al parecer no soy el único cansado.
Dejo sus cosas en la entrada, se quitó la chamarra, la corbata y seguido de ahí el cinturón, luego fue con los botones de la camisa hasta que está quedó fuera de su cuerpo encima del sofá. Se quedó mirando a Ray quien tenía solo unos shorts y una camisa larga que a decir verdad se parecía mucho a una de Norman que hacía tiempo no usaba.
Se quedó mirando a su postura y cuando se acercó a él se quedó mirando detenidamente a su nuca, exactamente en dónde estaba su collar.
—Como es que eres tan bonito— Norman sonrió mientras susurraba en el oído de Ray, después lo miro otra vez y con su mano acaricio delicada y sutilmente su collar para después dar un beso que causó escalofríos en Ray.
—¿Norman?
—¿No tienes frío?— Norman tomo a Ray en sus brazos quien no dudo en acurrucarse en su pecho cerrando los ojos cómodamente mientras era trasladado a la cama —¿Has comido algo? Podemos comer antes de dormir, aún es temprano.
—¿Tienes hambre?— Norman nego —Tengo más ganas de estar abrazado a ti que de hacer nada más a decir verdad— Ray sonrió y se recostó en la cama jalando a Norman a su lado acostándose encima de su pecho —¿No huelo a humo?
—Solo un poco— Norman suspiro aspirando el aroma de Ray abrazándolo a su cuerpo besando su frente y mejillas —Pero hueles mas a ser mi razón de ser feliz.
Con esas palabras Ray empezó a reír y beso los labios de Norman. Sus preocupaciones disminuían y se sentían cómodos, pero muy en el fondo del corazón de Ray algo pasaba.
La tranquilidad no dudaría mucho.
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EL TIEMPO A TU LADO - TPN • NORRAY •
Fanfiction-Un dia normal, un dia en el que no se me abria ocurrido que pasaria, pero simplemente nos conocimos. +-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+- DISCLAIMER: Los personajes de "The Promised Neverland" no me pertenecen, son propiedad de Kaiu Shirai y Posu...