♡|CAPITULO 45 - EL TIEMPO QUE ME QUEDE|♡

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—Bueno, fue una linda charla— Anna iba bajando la escalera de emergencia junto a Ray detrás de ella —Espero que esto se quede entre nosotros.

Ray miro a Anna y puso su dedo índice en su boca sonriendo.

—Supongo que no necesitas que me quedé contigo, te ves más que seguro con eso.

Anna señalo a la navaja y la pistola que estaban colgando de la cintura de Ray.

—Si, bueno...

—O será mejor que las escondas antes de que llegue Norman— Anna señalo el reloj de la sala de estar mientras caminaba a la mesa y tomaba una manzana del centro —¿Ya sabes que cenaran?

—Ahora que lo mencionas...

—Perfecto, tu solo ponte lindo y yo me ocupo de la cena— Anna lanzo la manzana al aire varias veces mientras veía hacia la puerta.

—¿Estás bien?

—¿Estar bien? Si, claro, ¿Por qué no lo estaría?

—Bueno, te ves algo... ¿Distraída?

—¿Distraída?— Anna dejo la manzana en la mesa con fuerza —No, no, no, yo no estoy distraída— y comenzó a caminar hacia Ray —Yo estoy bien, estoy muy bien, así que no te preocupes por mi por qué yo estaré bien mientras tú...

—¡Anna!— Ray la tomo de los hombros tratando de alejarla —¡Cálmate! Se que fue difícil, pero ya paso— Anna se quedó mirando a Ray. Después de bajar se dio cuenta de todo lo que había estado hablando con el, su mayor secreto entre otras cosas ahora el las sabía —Solo debes confiar.

La mirada de Anna estaba perdida, y después de unos segundos y un gran suspiro se calmo, sus manos dejaron de temblar, su corazón empezó a ir más lento, sus piernas se pusieron firmes y menos tensas.

—Lo siento... Jamás había dejado salir tanto que me sorprendí después de meditarlo todo— Anna alzó la mirada conectando sus ojos con los de el —Lo siento si te asuste, no volverá a suceder— Anna sonrió y después se acercó un poco a Ray —Deberías lavarte para... Pues tú sabes.

—Claro, claro— Ray se alejo de ella un momento cubriendo su pecho con su chaqueta —Gracias por la plática.

Anna se acercó a la puerta, tomo su abrigo y miro por el picaporte.

—Cuando quieras— sonrió mientras abría la puerta —Tienes mi número, así que no dudes en llamarme— Ray asintió —Suerte con hoy. La cena la mandaré en un rato, corre por mi cuenta.

—Gracias.

Anna salió y dejo a Ray solo en casa. Espero unos segundos y después miro por el picaporte para percatarse de que no había nadie. Todo se quedó el silencio, ni siquiera el viento al soplar hacia algún ruido, su respiración era baja y su corazón estaba tranquilo.

Rin

—¡Mierda!

Se recargo en la puerta de espaldas apuntando su arma hacía todos lados, su corazón empezó a latir más rápido, su respiración era agitada y el sudor empezaba a bajar por su frente.

—Carajo...— Y después se dio cuenta de que solo había sido el sonido de su teléfono celular —Casi me muero del susto— tomo el teléfono prendiendo lo en la oscuridad, mirando el mensaje que había recibido de Norman.

Sonrió a la pantalla que alumbraba su cara. Todo estaba a oscuras, su charla se había prolongado, más aparte el hecho de querer estar seguros de estar a salvo fue lo que hizo que mataran más tiempo.

—Sera mejor tener todo listo.

Al rededor de dos horas pasaron cuando el sonido de la puerta se escuchó. Ray asomó sigilosamente la cabeza para ver de quién se trataba.

—Cariño, ya llegué.

Pero solo era Norman. Su corazón se calmo y se volvió a acelerar al ver cómo se acercaba a el besando toda su cara.

—Me haces cosquillas— Ray reía mientras tomaba la cintura de Norman —¿Que tal te fue?

—Fue agotador.

Norman recargo su cabeza en el hombro de Ray suspirando.

—¿Que tal tu día?— levanto la cabeza mirando hacia el sonriendo de manera dulce —¿Ocurrió algo mientras no estaba?

Ray se quedó mirando hacia la mesa. Sus manos temblaron al tomar con fuerza las de Norman.

—¿Cariño?

Norman se levantó y miro a Ray tomando su cara, Ray solo se dejó ceder por su suave tacto y separó los labios.

—Es solo que te extrañe mucho.

Norman sonrió besando delicadamente los labios de Ray para después incrementar la velocidad mientras caminaba al sofá cayendo ambos encima de el.

—¿De verdad?— Norman sonrió mordiendo el dedo índice de Ray —Yo te extrañe aún más, mi querido Ray— su cara sonrojada hacia que el corazón de Ray latiera a mil por hora dejando salir su dulce aroma —¿Te gustaría continuar lo del otro día?— susurro Norman a un lado del oido de Ray haciendo que su espalda sintiera escalofríos.

—No necesitas preguntar.

Los labios de ambos se juntaron pasando por toda la piel del otro.

Y asi ocurrió una y otra vez. Cada que Ray esperaba tener el valor de contarle a Norman sobre lo sucedido de aquel día junto a los relatos relacionados a el, ocurría el mismo escenario. Ya fuera en el sofá, en la cama, en la mesa, o incluso en el baño. Ambos estaban en la fase de luna de miel sin aún estar casados.

—Norman... Detente...

—Solo un poco más...

Claro que sin llegar al final.

—¡Espera...!

Pero si al clímax para satisfacer las necesidades de ambos.

Y asi el tiempo paso.

Ray secaba su cabello con una toalla mientras veía a Norman dormido en la cama.

—Que lindo te vez— Ray sonrió mientras se acercaba a el y acariciaba su cabello —Tantas cosas han cambiado entre ambos.

Ray suspiro acostándose a su lado tapando a Norman con una cobija tomando su mano con la suya mirando sus dedos.

—Sabes ya hemos estado juntos por más de dos años y medio, y ya voy a cumplir diecinueve— Ray sonrió, habían pasado muchas cosas en ese tiempo —¿No sería bueno comprometernos ya?

Más de dos años habían pasado entre ellos y sus vidas habían avanzado sin complicaciones.

—¡Agh!— pero el intenso dolor en el pecho de Ray hacia que volviera a la realidad.

«Es verdad... Aunque ellos ya no nos vayan a molestar, aún está eso...»

Ray suspiro calmandose y tomando la mano de Norman nuevamente.

—Te disfrutaré el tiempo que me quedé de vida. Te amo, Norman.

Y sin más, Ray cerro los ojos en espera de un nuevo día al lado de su amado Norman.

EL TIEMPO A TU LADO - TPN • NORRAY •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora