Capítulo 10

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  12 de agosto, domingo.
Lautaro se despierta, tiende su cama y se viste para las tareas del hogar, pero antes agarra su celular y ve los mensajes que le llegaron durante la noche.

  «Felizzz cumpleeee
    Soy el primero en decirlo seguro
    De nada» De Ariel.
 
  «Feliz cumple, pasala lindo
    El regalo te lo debo» De Tiziano.

  «Feliz cumpleaños» De Nito.

Lautaro envía un mensaje al grupo:
 
  «Pueden venir a la noche, si quieren
    Pero no hasta muy tarde, mañana tienen escuela y yo trabajo»

  «👍👍👍» Nito.

  «En 5 te caigo» Ariel. 

  «Ariel esperame en la parada del colectivo y vamos juntos
    Vos también Nito» Tiziano.

  Lautaro deja su celular, toma su escoba y comienza barriendo la sala. Va a limpiar profundamente su casa, va a recibir visitas.
En medio de la limpieza, se hacen las 9 y Lautaro despierta a su hija.

  —Gracias por venir —agradece Tiziano.
  —De nada —responde Ariel.
Nito asiente la cabeza.
  —Bien, en como 3 horas anochece, y necesito comprarle algo a Lautaro, ¿ideas?
  —Le gusta la música de antes, esas en ese idioma muerto que ya nadie habla.
  —El inglés —responde Nito.
  —Eso. ¿Sabían que antes eso se enseñaba en las escuelas? Loquísimo —dice Ariel.
  —Por favor, concentración... No, no sabía, suena rarísimo ahora que lo pienso.
  —Concentración, Tiziano.
  —Sí, eso. Bien, yo pensé que podría ser un nuevo celular, el suyo está en las últimas.
  —Muy costoso.
  —Pensé también en una olla, le gusta cocinar.
  —No es un viejo de 40 años. Casi, pero no.
  —¿Una mochila nueva? El que usa para trabajar está roto.
  —Ese podría ser, pero no sé, no me convence.
  —Decime vos entonces, señor genio. Ya que tanto sabés.
  —No, yo ni idea, yo no iba a darle nada. Un abrazo, como mucho.
  —Sos chistoso.
  —Sí, me considero un poco.
  —¿Y si le regalamos algo de ropa? Siempre usa lo mismo —dice Nito, finalmente.
  —Mmm, no sé —dice Ariel.
  —Podemos pagar un conjunto entre los tres, y sería un regalo de los tres.
  —Listo, me convenció, estoy dentro. —Ariel se dirige a Tiziano—: ¿Y vos?
  —Me parece buena idea, pero ¿qué? No podemos regalarle cualquier cosa, justamente porque tiene poca ropa es que no sabemos qué estilos le gustan.
  —Además necesitamos un talle grande, de esos son difíciles de encontrar.
Nito asiente en silencio.
  —Tenemos 4 horas antes de las 7 PM, llegamos a pensar algo. Creo —dice Ariel.
  —Pensemos ahora entonces, rápido.
  —¿Un traje? —sugiere Nito.
  —¿Por qué un traje?
  —Bueno, él tiene uno muy gastado que suele usar para sus entrevistas de trabajo, quizá uno nuevo le guste. Además, tenía un traje puesto cuando lo conocimos. —Junta sus manos en su pecho—. Tiene valor emocional
  —Sos muy inteligente a veces. —Ariel se pone de pie—. Vamos, tenemos como 3 horas antes de las 7 PM para encontrar un traje talle 50.000 (o el talle que sea Lautaro), y para pagarlo y envolverlo y llevárselo...
  —Hay que ver de cuánto es nuestro presupuesto, primero —interrumpe Tiziano.
  —Podemos venderlo a Nito, es jóven y está saludable —bromea Ariel.
  —Mientras sea por más de 4 cifras —sigue Nito.
  —Basta. Serios, muchachos, los quiero serios.
  —¡Sí, señor! —dice Ariel mientras endereza su cuerpo.
Juntan todo su dinero disponible, siendo un total de 553 pesos, suficientes para un traje de segunda mano, entonces se ponen manos a la obra y comienzan a averiguar por internet posibles tiendas con la ropa que necesitan.
  —¡Chicos, Lautaro me dijo que es talle XXL! —grita Ariel mientras se adentra en la habitación con sus amigos.
  —¿Le preguntaste? —Dice Tiziano.
  —Sí, ¿qué tiene?
  —Sos muy inteligente vos. Ahora sabe que le vamos a comprar ropa.
  —Hey, yo ya le dije que le debo el regalo, va a ser una sorpresa.
  —Paz, chicos, debemos trabajar juntos en esto —Nito intenta calmarlos mientras hace señas de paz con ambas manos.
Tiziano y Ariel escuchan y continúan investigando.
Un traje talle XXL que cueste menos de 554 pesos, ese es el objetivo.

Los tres chicos se dirigen a un punto de encuentro para recibir el traje que encargaron por Instagram a un emprendimiento recién iniciado.
  —¿Seguro que no nos van a secuestrar? Parece demasiado bueno para ser verdad —dice Ariel.
  —Ni idea, elijo creer, es esto o nada —dice Tiziano.
Cuando llegan al punto de encuentro, Nito observa que es un lugar bastante desolado.
  —No es un lugar muy seguro, escuché historias de peleas de bandas de esas mafiosas por acá, tiroteos y eso —dice Nito.
  —Basta de malas energías, no atraigas mala yuyu, Nito —dice Ariel.
  —Ahí viene, debe ser ella.
Tiziano señala a una chica que está bajando por las escaleras de un alquiler.
La jóven llega con los chicos y realizan la compra.
Un traje talle XXL usado por 300 pesos.
  —Perdonen por hacerlos venir hasta acá, pasa que es un lugar peligroso, no me gusta salir —explica la chica.
Tiziano la disculpa y toma el traje mientras le da el dinero.
Apenas toma el dinero, ella se aleja y, mientras Ariel y Tiziano guardan el dinero sobrante y revisan el estado del traje, Nito ve cómo ella se limpia sus manos con alcohol en gel mientras maldice en voz baja.
  —¿Le dijiste que somos Benditos? —pregunta Nito a Tiziano.
  —No, ¿por?
  —Bueno, se dio cuenta ella sola. Nos insultó con mucho asco mientras se iba.
  —Es una boluda.
  —Quizá lo dedujo por el traje talle XXL, muchos Mutantes suelen comprarlo —dice Tiziano.
  —Bueno, al menos lo conseguimos.
Los tres se disponen a irse del lugar, cuando Nito se da cuenta que todos los que los ven los miran de forma extraña.
  —La chica lo dijo, este lugar es peligroso.
De repente, una moto para frente a ellos y un hombre armado baja mientras su compañero se mantiene en el vehículo.
  —¡Denme todo lo que tengan!
  —No.
Ariel ataca con una gran patada ultra veloz al hombre, desarmándolo y dejándolo en el suelo, adolorido.
Mientras Ariel se preparaba para hacerle lo mismo al del vehículo, este desapareció y reapareció detrás de él, y se adelantó golpeando sus piernas y haciéndolo caer.
  —Si no podés correr, sos inútil.
Tiziano suelta la bolsa con el traje e intenta defender a su amigo, pero el ladrón nuevamente desaparece.
  —¡Está atrás! —advierte Nito.
Tiziano no logra reaccionar y recibe de lleno un golpe al costado del estómago desde atrás.
  —Se teletransporta —dice Tiziano, balbuceando.
  —Maldito tramposo —gruñe Ariel mientras se pone de pie.
Entonces, activa su supervelocidad e intenta predecir hacia donde se mueve su oponente, pero es entonces cuando se da cuenta que él no se teletransporta.
  —¡El hijo de puta es un Velocista! —dice antes de recibir una patada en el pecho que lo deja en el suelo.
  Nito roba el arma del compañero caído del asaltante e intenta amenazarlo.
  —¡No, por favor, piedad!
El ladrón comienza a achicarse a sí mismo hasta ponerse casi de rodillas, suplicante.
  —Por favor, baja el arma, juro que no lo vuelvo a hacer.
Entonces, Nito recibe un rodillazo en el estómago del mismo ladrón, que rápidamente corrió hasta él en microsegundos. Suelta el arma y cae sosteniendo su estómago del dolor. Es cuando levanta la vista que nota que la gente de las casas de alrededor están observando todo.
  —Chismosos de mierda, seguro ya llamaron a la policía —susurra el ladrón, pero Nito alcanza a escucharlo—. Al menos yo tengo la máscara, ustedes tienen mala suerte.
El asaltante se arrodilla para tomar la bolsa con el traje y el dinero, cuando repentinamente se escucha un disparo que deja a todos aturdidos y asusta a todos los vecinos, quiénes se meten en sus casas.
Fue Tiziano, convirtió su manos izquierda es un arma pequeña de corto alcance y disparó al ladrón en el hombro desde el suelo, para agarrarlo desprevenido.
El asaltante grita de dolor y, antes de lograr acercarse para atacar a Tiziano, recibe otro disparo en la pierna de parte de su compañero.
  —Maldito fenómeno... y pensar que te invité a mi casa.
  Ariel se levanta y rápidamente pisa la mano del compañero para quitarle el arma, luego desenmascara a ambos y los deja tirados mientras ayuda a levantar a sus amigos y toma la bolsa con el traje. Tira el arma lejos y, usando su velocidad en un dedo, pincha una rueda de la moto.
  —No se nos vuelvan a acercar —dice finalmente.
Nito y Tiziano siguen a Ariel en su escapada y huyen lejos del lugar.

Ariel llama a la puerta y sorprende a Lautaro junto a Tiziano y Nito con una caja de regalo.
  —Era broma, no te debo el regalo.
  —Es un regalo que compramos en conjunto, esperemos que te guste —dice Tiziano.
  —Tenemos una gran historia que contarte que nos pasó consiguiendo esto —sigue Ariel, entusiasmado.
Los tres entran a la casa y, después de cenar, abren el regalo.
Lautaro queda encantado con el traje.
  —Chicos... Es increíble, necesitaba uno de estos, el otro ya no daba para más.
  —Lo sé, somos asombrosos —dice Ariel.
  —No sé cuándo podría estrenarlo la verdad, está en muy buen estado.
  —Podemos ir de traje para el Festival de San Nicolás, faltan unos meses —propone Tiziano.
  —A veces tenés buenas ideas —dice Ariel mientras comienza a aplaudir suavemente.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora