Capitulo 26

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  Asgard, tierra de los dioses.
Al límite de Asgard, se encuentra en una guerra contra los Gigantes. Thor, el más fuerte, se adelantó al resto siguiendo a Loki, esta guerra es otra de sus travesuras.
  —¡Imbécil! Dejas a mi esposa calva ¿Y ahora esto? ¡Madura de una maldita vez!
  —Oh, claro, debo ser más parecido a ti, ¿No? ¡Estupideces! Tú no tienes sentido del humor, ¡Amargado!
Thor carga su Mjolnir y se lanza contra su hermano. Loki modifica su cuerpo y se transforma en una serpiente.
  —¿Esto no te trae recuerdos, hermanito?
  —¡Sólo cállate de una vez!
Thor continúa atacando a Loki, ahora con sus dos mazos, y Loki continúa esquivando, hasta que finalmente, un golpe roza el cachete del Dios de las Mentiras.
  —¡Al menos dime por qué carajos buscas destruirnos!
—Bien, ya basta de juegos —dice Loki en voz baja—. ¡Jormungandr! ¡Sal!
  —¿Jormungandr? ¡Mierda!
Thor se lanza rápidamente contra Loki con un ataque mortal, pero este se vuelve una araña y ata el martillo de Thor al suelo, así, mientras Thor libera su arma, Jormungandr podría atacar primero, y así fue, apenas salió, Jormungandr soltó su poderoso veneno y cubrió con este al Dios del Rayo. Con sus últimas fuerzas, Thor envía sus tres armas más poderosas, el Mjolnir y sus dos mazos, y envía un mensaje con ellos:
"Vengame, hijo mío. Acaba con Loki ahora de que sea tarde. Llevas la sangre del Dios del Rayo en tu interior. Te lo encargo, me temo que fui my débil para él, y ahora mismo estoy en el Valhalla con mis compañeros guerreros. Acaba con él".

                                  *     *     *

  11 de enero.
  —Oscar —saluda Julio.
  —Julio.
  —Pensé que vivías al norte.
  —Oh, no. Eso fue una mentira, no quería que me busquen si sucedía algo así.
  —No estás obligado.
  —Lo sé, pero no quiero que me tomen como una opción si quiera, tengo que cuidar a mi hijo.
  —Entiendo.
Entonces Julio se aleja y Alan se le acerca.
  —¿Y? ¿No quiso?
  —No, supongo que aquel comandante que nos llevó a tantas victorias en la Cuarta Guerra Mundial ya no existe. Y no podemos culparlo.
Ese día, a la tarde, los soldados se preparan para atacar la guarida de Loki, apurados porque los zombis en cuestión de días llegarán a ciudades más al centro del país, entonces no esperan a que los Propulsadores estén listos y emprenden su viaje hacia el enemigo.
El plan es simple, Antonio y Ariel se encargan de atraer a los infectados a una pequeña cueva al costado de la montaña y luego explotarlo con varios kilos de pólvora con el fuego de Antonio, y escaparían del lugar con la velocidad de Ariel. Todo mientras el resto se enfrenta a la menor cantidad de infectados y atraviesan la montaña hasta llegar a Loki.
Se sabe que él posiblemente los observa desde los infectados, por eso el plan es ir todos juntos así los Benditos se unen y lo derrotan entre todos.
Atravesarán la montaña por ambos costados, para rodear a Loki. En el lado izquierdo van los Benditos y por la derecha los soldados comunes.
Lautaro propuso que sus armas se encuentran en aquel lugar, así que parte del plan es recuperarlos para así atacar con todas sus fuerzas.
Comienza a anochecer, así que se detienen para dormir mientras unos cuantos se turnan para hacer guardia. Nito y Ariel no pueden dormir por el miedo de volver a enfrentar a Loki.
  —Ese hombre me mató, como si fuese basura —dice Nito—. Es la segunda vez que muero.
  —¿Todavía no recuerdas qué pasó la primera vez? —pregunta Ariel.
  —Sólo recuerdo a ese extraño hombre, no sé qué me hizo para que no me pudiese defender.
  —¿Será un subordinado de Dylan? Todos sus hombres son Benditos, quizá vio el poder de Lautaro y decidió huir para que no lo atrapemos.
  —Él no parecía ser un subordinado más.
  —¿Decís que hay más como Dylan?
  —Puede ser, los que atrapamos no parecían ser tan capaces como para hacer atentados como el del Festival de San Nicolás. Eso significa que podrían haber más como Dylan y más subordinados como los que atrapamos.
  —¿Te puedo preguntar algo?
  —Adelante.
  —¿Qué sentiste cuando moriste?
Nito guarda silencio unos segundos.
  —Es como desmayarse, no veo nada más que oscuridad, hasta que me regenero y recupero mis sentidos. Es como si estuviese atrapado en un largo sueño.
  —Vaya.
  —A veces pienso, ¿Por qué no me sucede lo mismo que en el Delirio Colectivo? Morí en situaciones de peligro, ¿No es raro?
  —En una te volaron la cabeza, es normal que la parte que maneja tu Demonio no haya salido, y en la segunda fue una caída libre, no había una amenaza que se pueda evitar como para que salga tu Demonios a protegerte.
  —¿Decís que tienen consciencia?
  —Podría ser, aunque nunca vimos un caso donde razonen, siempre son salvajes.
  —Son como animales que se sienten en peligro.
  —Qué miedo. En unas horas estaremos peleando contra Loki de nuevo.
  —Vas a estar bien, con las enseñanzas de Antonio podrías usar tu Habilidad Especial.
  —Sí, esperemos que sí.
  Una vez que amanece y despiertan a todos, continúan su viaje.
Una vez llegado al pie de la montaña, bajan de los camiones, descargan la pólvora, se la dan a Antonio y, éste junto a Ariel, quién lo carga, van a la cueva atrayendo a los zombis que fueron persiguiendo los camiones
  —¡Avancen! ¡Ariel y Antonio nos alcanzarán más adelante!
Todos obedecen.
  —No te mueras, no es lindo —dice Nito.
  —Dejémoslo en manos del destino —responde Ariel.
Entonces inicia la misión.
Los infectados que venían persiguiendo los camiones se distraen con Ariel y Antonio, quiénes los atraen hacia la cueva. Una vez allí, bajan las bolsas de pólvora y Ariel se prepara para huir con Antonio lo más rápido posible, mientas esperan que entren la mayor cantidad de infectados.
Cuando Antonio está por disparar la pequeña llamarada para explotar todo, se detiene.
  —¿Por qué te detienes? Ya hay suficientes zombis.
  —No estamos solos.
Ariel mira hacia la entrada de la cueva y ve a un hombre y un chico entrar tranquilamente, los zombis intentan morderlos pero el hombre levanta una barrera de tierra para evitarlo. Una vez que están más cerca de Antonio y Ariel, el mismo hombre levanta una pared que cierra la cueva y los deja encerrados a los cuatro.
  —Tenemos un imprevisto, avancen sin esperarnos. Cambio —comunica Ariel a Alan.
  —De acuerdo, ¿Solicitan refuerzos? Cambio.
  —No —dice Antonio —. Estaremos bien. Avancen. Cambio y fuera.
Ariel se acerca a Antonio para que éste ataque directamente a ambos.
  —Hola, Antonio —dice el hombre.
  —Tanto tiempo, Javier —responde Antonio.
Ariel no entiende nada de lo que está pasando, así que guarda silencio.
  —Creo que no conoces al nuevo. —Toca el hombro del chico—. Se llama Mateo, es un Eólico, y hace poco lo nombramos un Élite, como nosotros dos.
  —¿No les parece que ese chico es muy joven? Digo, no debe tener ni 15.
  —Tiene 16, para tu información.
  —Cuánta diferencia.
  —Te extrañamos en La Sombra, ¿Sabés?
Entonces Ariel entiende.
  —¿La Sombra? ¡Antonio! ¡¿De qué habla?!
  —Es algo personal, chico. No te metas.
  —Oh, no, te confundís —dice Javier—, ese chico está muy metido en esto, ya nos enfrentó, es uno de los que derrotaron a Dylan.
  —Conque Dylan, ya veo, supongo que por fin pudo liberarse de ustedes.
  —Aún está prófugo, así que pronto aparecerá y ahí veremos si se pudo liberar.
  —¿Por qué están acá?
  —Nos escondimos fuera del refugio en Ciudad Entre Ríos para seguirlos y acabar contigo en una situación como esta, bastante conveniente para nosotros, ¿No te parece?
  —Sí, eso parece.
  —Tranquilo, vos vas a pelear con el jóven Mateo, yo me encargo del otro.
  —Supongo que no hay otra opción. Escucha, Ariel. —Se acerca a Ariel hasta poder susurrarle al oído—: no mueras. Javier es complicado de vencer. Y recuerda; no soy tu enemigo. Fui miembro de La Sombra un tiempo pero luego logré escaparme, hasta ahora. Ve a ver a Meredith, Gonzalo te dirá dónde está, ella sabe todo.
  —Mucha charla —dice Javier.
En un instante, Javier saca a Ariel de la cueva agujereando el techo y luego va detrás de él.
  —Sólo somos tú y yo, Mateo.
  —Estoy listo, señor.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora