11 de diciembre, 2036.
Ruf se encuentra corriendo tan rápido como puede hasta llegar a la casa donde vive con su novio. Se encuentra agitada, asustada, y ansiosa por el caos que vio: gente mordiendo a más gente, pasando el control mental de Loki a más y más personas.
Al llegar a su destino, descubre la puerta abierta y muchos objetos del novio que ya no están, incluida una gran parte de su ropa. La abandonó.
Ruf, ahora triste, se apresura en empacar sus cosas y salir de la ciudad.
Mientras empaca, escucha en la televisión:
—Tras ver el rápido y peligroso avance de este "virus", el gobierno decidió un plan de contingencia; sellarán la ciudad bajo un domo gigante de grueso cristal. Todos los habitantes que aún estén vivos o consientes, tienen tres horas para correr y llegar a Ciudad Entre Ríos, que ofrece un refugio bajo tierra para todos los habitantes de Ciudad Esperanza y Ciudad Entre Ríos.
Entonces la transmisión se corta y Ruf corre hasta la estación más cerca y sube al primer tren que para.
Toda la gente se sube de forma desesperada, empujando y golpeándose entre sí. Ruf logra abrirse paso y se adentra. Siente cómo el tren comienza a avanzar, sin siquiera terminar de cerrar las puertas. Todos los que no pudieron subir salgan al tren esperando agarrarse y subir, pero la mayoría cae a las vías. La gente grita y llora de desesperación. Madres intentando que los más pequeños suban, pasajeros intentando ayudar y tomar a los niños, hasta que el tren termina de salir de la estación y se encamina a Ciudad Entre Ríos. Durante el camino, cae gente de las puertas, hasta que finalmente las puertas dejan de ser obstaculizados y puedan cerrarse.
A la hora y media de viaje de las cuatro que son necesarias para llegar a su destino, en un muy elevado puente, los habitantes de los vagones de atrás escuchan a los de adelante gritar sin entender por qué. Entonces, todos los pasajeros ven por la ventana a un ser que hace temblar el suelo con sus gigantescos pasos, un zombi gigante, un Bendito de tipo Gigante infectado, que se acerca hasta llegar al tren y derribarlo con una poderosa patada, haciendo caer todo el vehículo con sus pasajeros dentro a una muerte segura.
Ruf despierta envuelta en un campo de energía, cubierto con sangre, con el cuál sobrevivió a la caída, el resto de pasajeros no corrieron la misma suerte, Ruf está rodeada de cadáveres que tiñen todo el resto del tren con un rojo realmente intenso.
El campo de energía desaparece y Ruf se mantiene en el suelo, casi sin pestañear. Su corazón late a mil por hora. Su cuerpo tiembla intensamente. Y su cerebro no logra procesar lo que acaba de pasar. Pasan varios minutos hasta que Ruf logra ponerse en pie hasta salir del destruido tren, ya afuera, vomita de la impresión que causó ver lo que vio, poco después comenzó a llorar, en silencio, para no atraer a ningún infectado.
Entonces, Ruf se aleja lentamente.Nito despierta en medio de un bosque, específicamente, en un cráter que dejó su cuerpo al caer y que no pudo regenerarse hasta ese momento, cuando recupera la consciencia.
Nito se levanta y comienza a caminar en busca de civilización. Su cabeza daba mil vueltas en lo último que vio: Lautaro herido, los zombis siendo creados , Ariel siendo superado, Tiziano y Zira enfrentando a los infectados, Ruf corriendo, y Loki golpeándolo con el Mjolnir, dejándolo inconsciente durante la major parte del tiempo, hasta que impactó contra el suelo.
Nito llega a la primer muestra de sociedad en el final de una ciudad. Estaba deshabitado, abandonado, aún estando en perfectas condiciones. Los supermercados se encuentran vacíos casi en su totalidad, está completamente devastado. Allí, a lo lejos, Nito ve gente, pero los reconoció como los infectados por Loki, entonces decidió evitarlos a toda costa.* * *
15 de diciembre, 2036.
Ruf está explorando distintos locales donde pueda haber comida y donde menos zombis vea desde afuera. Para su mala suerte, se encuentra con varios infectados dentro del local, y ella comienza a correr hasta llegar a un bosque y se mete dentro, dejando atrás a los zombis. Durante una bajada, se tuerce el tobillo y se cae. Rápidamente se pone de pie y sigue su camino, caminando con el pie lastimado. Pronto, llega a un pequeño río.
Nito baja de un manzano al que se subió para arrancar una manzana y poder comer, para recuperar energía. Nito sigue su camino evitando a los zombis y, con eso, evita que Loki lo controle mentalmente, buscando más supervivientes también. Durante su camino, se encuentra un pequeño río de donde toma agua para la deshidratación.
Entonces se ven, uno en cada lado del río.
Ruf se prepara para correr, hasta que escucha a Nito decir:
—¡Hey! No soy un infectado.
Ruf se calma.
—¿Eres —comienza a formular Ruf—... Nito? ¿El mismo que conocí?
—El día del torneo, sí, soy yo.
Nito y Ruf se acercan y ella lo recibe con un fuerte abrazo, lleno de alivio. Nito corresponde el abrazo para consolarla.
Luego de un rato, buscan un lugar donde pasar la noche, llegando a una pequeña cueva del mismo bosque, durante el camino compartieron sus experiencias y todo lo que vieron.
—¿Vos para dónde ibas? —pregunta Ruf.
—Buscaba cómo llegar hasta el estadio del torneo, quiero encontrar a Ariel y a Lautaro.
—No creo que sigan ahí, habrán ido a Ciudad Entre Ríos.
—¿Qué tiene esa ciudad?
—Lo dijeron en la tele, es una ciudad que ofrece refugio para nosotros.
—¿Y eso para donde queda?
—Al norte. Ahí estaba intentando llegar.
—Vi que te lastimaste el pie.
—Oh, nada grave, puedo seguir.
Nito hace señas para que Ruf lo siga, fueron al mismo río donde se encontraron y Nito limpia la herida con agua, luego lo envuelve con pedazos de su pantalón y finalmente vuelen al río, después de juntar palos y una piedra para hacer fuego.
—No es por subestimarte ni nada —dice Nito—, pero, ¿Cómo aguantaste hasta ahora? No sos una luchadora, tengo entendido.
—No, no soy una combatiente como ustedes.
—¿Entonces...?
Ruf lo piensa un momento.
—Está anocheciendo, ¿Viste?
—Está bien si no quieres contarme.
—No, no es que no quiera. Es que nunca se lo dije a nadie.
—Sin presiones.
—Supongo que te lo debo por ayudarme con el pie.
—No es necesario.
—Ya me decidí, te lo voy a contar... Pero después de que hagamos la fogata.
Pasan varios minutos con los dos intentando crear fuego, hasta que finalmente lo consiguen.
—Nací en una familia de Benditos —narra Ruf—, éramos una especie de clan. Aunque solo unos pocos sabían aprovechar algo del poder, yo no era una de ellos. Tenía tres años recién cumplidos cuando inició la Tercera Guerra Mundial, medio año después, inició la Cuarta, casi al instante que terminó la Tercera. Esta vez, mi familia no tuvo suerte que tuvo en la Tercera y, como a la mayoría de Benditos en esa época, fueron a reclutarnos a la fuerza, querían a toda la familia, incluso a los niños como yo. Yo me escondí en un mueble, desde donde vi cómo mataron a aquellos que no aceptaban irse. Luego de un rato, vino mi mamá y me dijo que no haga ningún ruido, hizo un portal hacía la casa de mis abuelos paternos, gente común, y les encargó cuidarme. Nunca más volví a verlos, toda mi familia materna fue asesinada en el campo de batalla de la guerra, tengo entendido que soy la última de mi clan. Desde que secuestraron a mi familia, en el lado paterno siempre me enseñaron una sola cosa muy importante: no revelar mis poderes, no revelar que soy una Bendita, no revelar que soy una Mágica, para evitar que el resto me repudie o que el gobierno me secuestre para experimentos. Nunca le conté a nadie de eso, ni siquiera a mi novio, y ya llevamos 5 años de noviazgo, tengo miedo de lo que pueda pensar de mí. Sé que se supone que si amas a alguien, no importa nada, pero esto es distinto, soy un fenómeno, no puedo asustarlo. Así que sobreviví gracias a esto, soy una Mágica, creo escudos, portales y armas blancas con magia, eso es lo que escuché que somos capaces de hacer. Y todo esto de lo que vi de niña que le hacían a mi familia no lo sabe ni Ariel, y eso que somos amigos desde la primaria en su antigua escuela.
—Así que me diste información clasificada.
—Sí, así que shh, o te voy a decapitar.
Nito asiente la cabeza.
—¿Puedo preguntarte algo? —pregunta Ruf.
—Claro.
—¿Por qué no sonríes? No te vi sonreír ni cuando estábamos en el torneo, noté que no te reís cuando los demás hacen chistes y así, y ahora lo mismo, ni una sonrisita.
Nito guarda silencio un momento.
—El primer recuerdo que tengo es a los cinco años, ya tenía a mi Demonio, recuerdo que desde entonces no sonreía. Recuerdo bastante bien el primer año de jardín y los siguientes años de primaria. En casa lo único raro era la libertad que me daba mi papá, podía llegar a cualquier hora sin que él pregunte por qué, solo me alimentaba y daba un hogar. No recuerdo a mi mamá, y papá nunca hablaba de ella, lo único que sabía era que murió de alguna forma y que nos mudamos de la casa donde me crió los primeros años de mi vida. Recuerdo a papá llorando viendo su foto, y luego golpeándome por estar espiándolo. Papá era bastante violento, y nunca me hablaba si no fuese para decirme que no debo dejar que me pisen. No iba a las reuniones escolares y, como yo era un Bendito, no les importaba al resto. No sé nada de mi familia más allá de mi papá. Él me enseñó a defenderme, aunque si intentaba protegerme de él, se enojaba más. Me enseñó que debo cerrarme al mundo, así nadie podrá lastimarme. Me enseñó que debo ser fuerte y no llorar, "llorar es para débiles que no aguantan nada", eso solía decirme. También me enseñó a no reír, ni sonreír, ni ninguna variante, porque era una forma de revelar a posibles enemigos qué y quiénes nos hacen feliz. Papá tampoco sonreía, entonces yo terminé imitándolo, y desde niño dejé de sonreír, y ya no sé cómo volver a hacerlo. Aún escucho su voz, de vez en cuando, recordándome sus enseñanzas. Aunque solo obedezco aquellos que no lastimen a nadie... Y hace alrededor de un año me abandonó y no sé nada de él desde entonces.
—Vaya.
—Vos me contaste de tu vida, debía hacer lo mismo. También es la primera vez que le cuento a alguien de esto.
—Gracias por contarme esto.
—Igualmente, gracias por confiar en mí. —Nito extiende su mano—. Estamos a mano.
—Estamos a mano. —Estrecha su mano.
—¿Puedo decirte algo? Acerca de ocultar tu poder.
—Claro que podés.
—Yo no pienso que tu familia tenga razón. Sos vos quien decide si es un poder peligroso o beneficioso. De vos depende a quien lastima y a quien protege.
Ruf guarda silencio por unos segundos.
—Gracias —responde finalmente.
Entonces, anochece y comienza a llover. Nito y Ruf se encuentran al lado del otro para soportar el frío nocturno y lluvioso. Mañana será otro día que aprovecharán para huir de la ciudad y llegar a Ciudad Entre Ríos.
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El Rol de la Muerte
General FictionEn un mundo sanando después de dos terribles guerras, cuatro jóvenes, Nito, Ariel, Tiziano y Lautaro, pertenecientes a una minoría despreciada de super humanos, deciden unirse por un propósito común y embarcarse en una peligrosa misión para investig...