Capitulo 37

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  Ruf se despierta por la mañana, prepara el desayuno para ella y para su novio, Joaquín, cepilla sus dientes luego del desayuno, se despide de su pareja quién se va a trabajar y se pone a limpiar la casa. Más tarde, prepara el almuerzo, llega Joaquín, almuerzan, y él le cuenta cómo le fue en el trabajo. Ruf escucha atenta y se ríe de sus chistes. Joaquín vuelve a salir ya que terminó su descanso y se dirige al trabajo. Ruf toma su celular, se saca una foto y la sube a Instagram. Al anochecer, vuelve Joaquín del trabajo y Ruf lo espera con la cena lista. Él, apenas la ve, se acerca y le da una cachetada.
  -—¿Y esa foto que subiste? ¿Acaso querés que todos te vean? Sos mía. Borralo ya. Pareces puta subiendo esas fotos.
Ruf se aguanta las lágrimas y se disculpa varias veces. Rápidamente borra la foto.
  —Dame ese celular, quiero ver con quién más estabas hablando.
Ruf se lo da y Joaquín ve que estaba hablando con Zira.
  —Ya te dije que no me gusta que estés hablando con esta cualquiera, es una Bendita, es mala influencia para vos.
  —Pero —dice, aterrada, Ruf—, es una amiga, bueno, creo que ella no me considera amiga, pero...
  —Cerrá el orto. Bloqueala.
  —Pero...
  —¡"Pero" nada! Ella y ese Nito y quién sabe quién más te hicieron usar tus poderes enfrente de todos, ¿No te das cuenta que te hacen mal?
Ruf se queda callada.
  —Bueno, amor. Perdón —dice Ruf.
  Al día siguiente, Ruf junta valor para decirle a Joaquín que terminaron, después de varios años de noviazgo. No sería la primera vez que Ruf lo intenta, y esta vez no fue la excepción.
  —Joaquín, tenemos que hablar.
  —¿Qué pasa, querida?
  —Terminamos, no quería estar más con vos, quiero...
  —¿Me estás dejando? —la interrumpe mientras se levanta de su asiento y se arrodilla—. ¡No, por favor! No soy nada sin vos, sos mi vida entera, ¿Qué voy a hacer? Te necesito. Si me dejás, me mato, no podré aguantar sin vos. Perdón por insultarte, no volverá a pasar, perdoname, por favor. Te amo. Voy a cambiar, te lo juro.
Ruf piensa un largo rato y, viendo a Joaquín llorar, decide perdonarlo.
  —¿Me prometés que vas a cambiar?

                                  *     *     *

  Tiziano y Zira se reúnen en el restaurante donde Nito es mozo y ella le cuenta lo que pasa con Ruf, mientras esperan al descanso de Nito.
  —Qué quilombo, che —dice Tiziano—, ¿Qué podemos hacer?
  —Primero que nada, contactarnos con ella. La última vez que pude hablar con ella fue por mensaje y traté de evitar preguntar sobre Joaquín, pero aún así, dejó de contestarme, así que supongo que él le confiscó el teléfono. Vos sos inteligente, planeá algo.
  Pasan bastantes minutos hasta el descanso de Nito, él se acerca a Zira y a Tiziano y este último le cuenta el plan que se le ocurrió.

  —Amor, voy a salir con mis amigos a ver el partido de Boca, no me esperes para cenar. Y como estoy de buen humor, te dejo tu celular. Solo no hagas pelotudeces como subir fotos y hablar con la pelotuda esa de Zira.
Ruf asiente.
  —Bueno, chau. Te amo.
  —Yo también.

  Joaquín es de Boca, y mañana juega. Ruf le contó a Zira que cada que Boca juega, su novio se junta con sus amigos a ver el partido, generalmente se junta en la casa de ellos y nunca en la de él.

  Ruf está viendo una película cuando de repente le llega una llamada de Zira. Ruf duda, pero decide contestar.
  —¿Sí?
  —¡Ruf, soy Tiziano, Zira parece que está teniendo un ataque cardíaco o algo parecido. La ambulancia no viene y no tenemos vehículo para llevarla al hospital, ¡te necesitamos para que abras un portal al hospital! ¡Vení rápido al monoambiente!
Ruf se asustan y rápidamente intenta salir de la casa, pero Joaquín se llevó la llave y la dejó encerrada. Ruf comienza a entrar en pánico, así que abre un portal al exterior y corre a toda velocidad hasta llegar a la casa de Zira. Golpea ansiosamente la puerta y la recibe Tiziano. Ruf pasa y se sorprende al ver a Zira sentada, completamente sana.
  —No entiendo —dice Ruf.
  —Era mentira, Zira está bien.
  —Queríamos hablar con vos, Ruf —dice Nito, sentado al lado de Zira.
  —No puedo estar acá, Joaquín se va a enojar. Tengo que irme.
  —Ruf.
  —No debí usar mis poderes.
  —¡Ruf!
Ella se voltea hacia Nito.
  —¿Recuerdas nuestra charla en la cueva?
Ruf asiente.
  —Acordate, vos tenés la última palabra sobre tus poderes. No dejes que los demás decidan por vos.
Ruf lo mira en silencio.
  —Él me ama.
  —Te abandonó a tu suerte dos veces. Te dejó sola.
  —Sí, pero estaba asustado.
  —¿Y vos no?
  —Yo, yo —tartamudea—, lo amo, y sé que va a cambiar. Solo necesita un poco de tiempo.
  —¿Hace cuánto tiempo llevas pensando lo mismo?
Ruf se queda callada.
  —Uste- ustedes no pueden entenderlo. Jamás lo van a entender.
  —Déjanos ayudarte —dice Tiziano.
  —No necesito ayuda, yo puedo hacerlo cambiar, lo sé.
  —Ruf —llama Nito.
Ella lo mira.
  —Por favor, no te maltrates así.
Ruf se da la vuelta y sale del edificio, entrando de nuevo a la casa de su novio mediante un portal, tal como hizo para salir.
  —¿Creen que con es alcanza? —pregunta Tiziano.
  —Sólo nos queda esperar, no podemos hacer más. Solo queda esperar que este empujón sea suficiente, el resto depende de ella.
  —Es frustrante no poder hacer más.
  —No podemos ayudar a nadie que no quiera ser ayudado, por más que queramos. Queda ser pacientes y esperar el mejor resultado, y apoyarla sea cual sea su decisión. No podemos hace más que estar para ella cuando lo necesite.
  —Es una tonta, pero aún así me da lástima.
  —No es tonta.
  —¿Eh?
  —Sólo tiene miedo.
Tiziano y Nito salen del monoambiente de Zira, se despiden de ella y cada uno va por su lado, Tiziano a la universidad, donde vive en el campus, y Nito a su departamento.
  —Ruf, ojalá puedas salir de esto —dice Nito como plegaria.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora