Capitulo 21

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1:32 AM, 24 de diciembre.
Ariel, Nito, Ruf, Zira y Lautaro llegan a Ciudad Entre Ríos. Mientras unos soldados los guiaban al refugio, Lautaro es separado del resto. Ariel protesta.
-¡Hey! ¡¿A dónde lo llevan?!
Nito intenta calmarlo.
-Seguro solo quieren hacerle preguntas acerca de Loki, es el que más sabe de él.
Ruf respira agitada por la tensa situación.
Zira guarda silencio.
Llegan a una gran puerta que los soldados guías abren y, del otro lado, todos se asombran al ver la cantidad de gente que hay en el lugar, miles de personas.
-Suban al escenario, así pueden encontrarse más fácilmente con quienes los conozcan, ustedes se quedan en el escenario a la vista de todos hasta que los encuentren sus familias -ordena un soldado.
Los chicos obedecen y suben al escenario, tomando toda la atención de todos los refugiados por varios minutos. Hasta que escuchan un grito: es Mia, que reconoció a Nito y a Zira. Luego otro grito: el novio de Ruf.
Todos bajan del escenario. Ruf corre, llorando, hacia su pareja y es recibida con un gran y fuerte abrazo, seguido de un beso igual de apasionado y lleno de alivio.
-Creí que te perdí -dice Thiago, el novio de Ruf.
-Yo también -responde Ruf-, te extrañé tanto.
Detrás de ellos, llega Mia y atrapa a Ariel en un abrazo al cual se une Nito.
-Gracias al cielo estás bien -dice Ariel.
-¿Estás sola? ¿Cómo estás? -pregunta Nito.
-Estoy con mi abuela, ella fue a casa y me llevó hasta acá -responde Mia.
Detrás de ella llega la madre de Lautaro.
-¿Está mi hijo bien? -pregunta casi llorando.
-Sí -asegura Nito-, lo llevaron a otro lado, pero está bien, se lo aseguro.
La abuela de Mia suelta un largo suspiro de alivio.
Ruf se va con su pareja, y antes de que el resto se vaya con Mia y su abuela, llegan dos caras conocidas.
-¿Ustedes son los amigos de mi Tiziano? -pregunta una señora de mediana edad.
-Sí -responde Ariel-, y usted es su madre, supongo.
-Sí, así es, querido.
-Mi hermano se unió como voluntario para pelear contra Loki -dice la hermana de Tiziano, Camila.
-¿Entonces está bien? ¡Qué alivio! Ya me estaba asustando de no verlo aquí. -Suspira alivianado Ariel.
-¿Se anotó como voluntario? ¿Dónde está entonces? -pregunta Nito.
-Los soldados están en un salón aparte del de los civiles, y solo los soldados, voluntarios o no, puede acceder a ese lugar -responde Camila.
Entonces todos vuelven a su pequeño espacio del refugio, junto a la familia de Tiziano y la de Lautaro. Zira se va por su parte, sola.
Y todos descansan por todo el día, hasta que llega el mediodía del 24 de diciembre, que un general del ejército, Alan, acompañado de Julio como capitán, dan un comunicado.
-¡Escuchen, tenemos noticias! -llama el general.
Todos los civiles guardan silencio y voltean a verlos. Cuando todos los civiles esperan impacientes el comunicado, el famoso Ragnarok sube al escenario con un micrófono en mano y, luego de ser rápidamente abucheado por el público, ya que culpan a Lautaro de atraer a Loki y cause todo el desastre hecho. Lautaro guarda silencio hasta que los abucheos terminan, y habla. Mia ve asombrada a su padre, que no ve desde que ocurrió el incidente.
-Primero que nada, quiero disculparme con todos ustedes por dejar que esta situación se salga de las manos, debí haber sido más precavido a la hora de enfrentar a Loki y no debí ser imprudente ni impulsivo. Cargo con toda la responsabilidad que esto implica. Lamento que tengan que dejar sus casas, lamento los civiles que perdieron la vida por mi culpa, lamento fallar como fallé. No pido que me perdonen, solo pido paciencia, paciencia para que pueda acabar con Loki apenas tenga la oportunidad. Les prometo a todos que venceré a Loki, sin importar qué.
Todos los civiles guardan un largo y pesado silencio, lo que Lautaro aprovecha para retirarse y nuevamente ser custodiado por soldados hasta salir de la sala. Es entonces cuando los habitantes comienzan a murmurar, algunos culpando a Lautaro de todo, y otros confiando en que él será su salvación. Mia intenta ir con su padre, pero es detenida por su abuela.
-Pero papá está ahí, ¿Por qué no podemos verlo? ¡Quiero a mi papá! -Protesta Mia.
-Shh, querida, no hace falta tanto escándalo, cuando todo acabe, podrás verlo tanto como quieras -dice la madre de Lautaro.
-Pero quiero darle el dibujo que le hice, de cuando ganó el torneo.
-Se lo vas a dar en otro momento, por ahora no, solo aguanta un poco más.

-Ese maldito de Julio -maldice Ariel-, jamás nos llamó para decirnos los avances de la investigación de Maximo.
Ariel se encamina firmemente hacia Julio y el general, pero es detenido por Nito.
-No es necesario que hagas una escena ahora, los civiles ya tienen mucho que soportar.
-Ariel se calma-. Me voy a unir como voluntario, quiero hablar con él cara a cara, y ayudar a vencer a ese desgraciado de Loki.
Nito guarda silencio y mira al suelo.
-Vos también te unís, ¿Verdad?
Nito levanta la mirada y lo clava en la de Ariel, fijamente y en silencio.
-Oh -dice Ariel-, entiendo. Está bien, no estás obligado.
-Perdón.
-No, está bien, vos tranquilo.
-En serio, perdón.
-En serio, vos tranquilo, no pasa nada.
Vuelven a su pequeño espacio en la gran sala y Ariel se despide de Camila y su mamá, de Mia y su abuela, de Zira y Ruf, y, finalmente, de Nito.
-¿Vas a estar bien? -pregunta, preocupada, Ruf.
-Sí, vos tranquila y yo nervioso.
-No te vayas a morir, boludazo -ordena Zira.
-No prometo nada.
-Cuidate, por favor, y cuidalo a mi papá también -suplica Mia.
-Lo haré.
-A mi hermano también cuidalo -pide Camila.
-Estará a salvo, yo lo protegeré.
Entonces llega el turno de Nito.
-No vuelvas a pedir perdón.
-Lo intentaré -responde Nito.
Ariel abraza fuertemente a Nito, y él corresponde el abrazo con la misma fuerza, y se mantienen de esa forma por varios minutos, hasta que finalmente se sueltan y Ariel se encamina a inscribirse como voluntario, y todos lo ven alejarse.
-¿Vos no te vas a unir? -Pregunta Mia a Nito.
-No -responde Nito-... No soy tan fuerte.
Zira voltea hacia Nito, pero desvía la mirada después de unos pocos segundos.
-No soy como tu papá o como Ariel -sigue Nito-, yo no soy tan valiente como ellos.

24 de diciembre, 11:53 PM.
Los encargados de manejar el refugio preparan una gran comida dividida para cada habitante resguardado, además, alzan un árbol de navidad en el escenario, para celebrar la navidad con todo el espíritu, y así levantar el ánimo de los refugiados.
Nito se queda con Mia y su abuela, Ruf se queda con su novio y la familia de éste, y Zira no se queda en un lugar fijo, hasta llegar con Nito, donde le hace compañía, ya que Mia y su abuela fueron a conseguir comida.
-¿Crees que si esta gente supiera dónde estamos los Benditos, causarían quilombo? -pregunta Zira.
-Seguramente, pero es mejor que por ahora se mantengan ignorantes, así hay paz.
-¿Te puedo decir algo?
-Adelante.
-No me pareces un tipo débil.
-¿Eh?
-Ya sabés, lo que dijiste antes, eso de que sos débil a comparación de Lautaro o Ariel. Yo no pienso lo mismo.
-¿Qué pensás entonces?
-Que sos más valiente de lo que pensás que sos, no creo que hubieses sobrevivido a este apocalipsis de bajo alcance si no lo fueses.
-Eso es otra cosa, era vivir o morir, no es lo mismo que querer enfrentar a Loki, me venció una vez en cuestión de segundos, ¿Qué me asegura que no volverá a hacerlo? Voy a estorbar, eso es todo.
-Pero estás dudando de unirte o no, eso ya es de valientes. Si dudas, eso significa que hay, al menos, una parte tuya que es valiente. Después estamos los cobardes como yo, que nos preocupa más perder nuestra vida que salvar a toda esta gente.
Nito guarda un silencio largo y efímero a la vez.
-No estás obligado a unirte, pero ten en cuenta que si no lo hacés, no sos cobarde.
Entonces llegan Mia con su abuela y traen consigo comida para ellas y para Nito.
-¡Zira, querida! Nos hubieses avisado y te traíamos para vos también -dice la madre de Lautaro.
-No hace falta, ya me iba -dice Zira-. Vos, Nito, acordate lo que hablamos acá.
Y Zira se aleja, dejando a Nito con su charla.

25 de diciembre, 11:17 AM.
-Cuídense, por favor. Les confío a Mia -dice Nito.
-Todo va a estar bien, soy buena niñera -bromea Zira.
-Usted tranquilo, mi niño, con la abue va a estar bien -dice la madre de Lautaro.
Entonces Nito se aleja y se dirige a la puerta de inscripciones, no sin antes ser detenido por Ruf.
-¿De mí no te despedís?
-Mis disculpas, madame, error mío.
Ruf rodea a Nito con sus brazos y le da un fuerte abrazo.
-Cuidate, por favor, no vayas a morir de vuelta.
-Vos tranquila, yo nervioso. Todo va a salir bien.
-Confío en tu palabra. Más vale que así sea.
Y Nito vuelve a encaminarse a la puerta de inscripción.
-Nombre completo, por favor.
-Nito Torres.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora