Capitulo 14

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  12 de enero, Dylan, ya sano de sus heridas, se encuentra sentado en el interior de un edificio abandonado en un barrio abandonado.
De pronto, la puerta del desgastado y fúnebre cuarto se abre.
  —¡Hey! Tanto tiempo, Dylan.
  —Hola, Javier —responde Dylan sin siquiera mirarlo a los ojos.
Entonces entra otro hombre, al que apenas se le ve la cara por la enorme capucha que lleva puesto, Carlos. No dijo nada desde que entró.
Luego entra Luca.
  —Javier, ¿Qué onda? Hace mucho no nos reunimos todos, ¿Sabés por qué nos llamó el jefe?
  —No, ni idea...
De pronto entra Kevin a la habitación con bastante molestia en su rostro. No dijo una palabra.
  —¿Por qué la cara larga? ¿Te dejó la novia? —Dice Jesús, que entró justo por detrás de Kevin.
  —Cállate, Jesús, no estoy de humor para aguantarte hoy.
  —¿Qué pasa? ¿Estás en tus días?
Entonces, Kevin crea un cuchillo con aguas de la humedad del edificio y lo apunta hacia el cuello de Jesús.
  —Wow, tranquilo, era un chiste nomás. Además, ¿Crees ñque con eso me ganarás? —Acerca su mano derecho y acaricia suavemente la cabeza de Kevin—. Podría hacerte volar la cabeza aquí, sin esfuerzo siquiera.
Entonces Kevin deshace su cuchillo y se va al otro extremo de la habitación para estar lo más lejos de Jesús.
Finalmente, entran Mateo y Braian. Mateo no dijo ninguna palabra y Braian no disimulaba estar quejándose de estar ahí.
  —Hey, tú, ¿Eres el nuevo, verdad? —pregunta Jesús.
  —Así es, me nombraron Élite la semana pasada —responde Mateo.
Entonces Dylan suspira y rápidamente activa una granada que tenía guardado bajo sus brazos cruzados. La explosión crea un agujero en la pared del edificio y Dylan rápidamente corre hacia el exterior, aprovechando la confusión para correr por los techos.
  —Ahora sí que estás muerto —dice Kevin, y rápidamente salta detrás de Dylan.
Mateo intenta alcanzarlos pero se queda atrás.
Luca utiliza su supervelocidad para ser el primero en llegar a Dylan.
  —Imbécil, ¿Por qué viniste siquiera?
  —Me iba a dejar asesinar, pero conociéndolos dudo que me diesen una muerte indolora —responde Dylan mientras sigue la persecución.
Cuando Luca casi logra agarrar el brazo de Dylan, este le lanza una bomba de humo directo a su cara para poder dejarlo atrás.
El siguiente en llegar hasta Dylan es Kevin.
  —Maldito inútil, ¡Solo tenías un trabajo!
Dylan no responde y Kevin usa todo el agua de su alrededor para atacar a Dylan de distintas direcciones, llegando hasta rozarle, entonces Dylan se clona y envía a varios clones a derrumbar a Kevin y logran hacer que caiga dentro de una de las casas.
Los techos por los que Dylan estaba huyendo se acaban, entonces baja y se encuentra a Javier, quién manipula la tierra para intentar aplastar a Dylan, pero este logra esquivar sus ataques y con un cuchillo que él manifestó logra apuñalar a Javier directamente en el estómago, dejándolo fuera de combate, lo que Dylan aprovecha para seguir huyendo.
Pero no tan lejos, llega Braian, quién tiene el poder de la teletransportación y de teletransportar a cualquiera que toque con sus manos.
Logra alcanzarlo y se teletransporta junto a él y lo lleva de nuevo con el resto. Jesús, con una gran sonrisa de punta en punta toca su pecho con su mano derecha y Dylan solo se desvanece. Era un clon.
Carlos hace una mueca de desaprobación hacía Braian y luego hace un portal hasta donde está el verdadero Dylan.
  —¿No te cansas de correr? —pregunta, irónicamente, Carlos.
Dylan no responde, en su lugar, manifiesta una espada y trata de enfrentarlo, pero Carlos manifiesta otra espada con su magia, y usando sus portales crea varias heridas al traje de Dylan, ataques que apenas conseguía evitar.
La batalla continúa hasta que finalmente Dylan es atravesado.
  —Maldito, sí que eres escurridizo —murmura Carlos para sí mismo.
Entonces Dylan se deshace. Era un clon.
Carlos advierte que perdieron a Dylan.
  —Idiota, ¿Por qué no ayudaste? —pregunta Kevin a Jesús—, ¡Tú podías matarlo!
  —Jesús sonríe y responde—: Se perdería la emoción.

                                  *     *     *

  —Yo tenía 16 años, casi 17 —cuenta Lautaro—, cuando inició la Tercera Guerra Mundial, fui de los pocos que tuvieron suerte en no ir a la batalla, en parte, porque aún era menor de edad. Tenía novia, el rol de padres lo ocuparon mis abuelos. No sabía nada de mi papá ni de mi mamá. Una noche, muchos años antes de la guerra, cuando yo tenía 13 años, cayeron tres objetos del cielo e impactaron en mi patio, eran dos mazos y un martillo de manco corto, ese último tenía un mensaje:
  "Vengame, hijo mío. Acaba con Loki antes de que sea tarde. Llevas la sangre del Dios del Rayo en tu interior. Te lo encargo, me temo que fui muy débil para él, y ahora mismo estoy en el Valhalla con mis compañeros guerreros. Acaba con él."
Cuando lo leí por primera vez no le di importancia, no fue hasta que me di cuenta que tenía (y sigo teniendo) una conexión rara con la electricidad que pensé que podría ser real. Fui al patio de nuevo y los martillos seguían ahí, nunca pudimos moverlos. Lo raro fue que el mensaje del martillo pequeño desapareció, entonces me puse una meta: ser tan fuerte que pueda levantar y controlar los tres martillos. El más fácil fue el más pequeño, que descubrí, después de investigar, que se llama Mjolnir, los otros dos no tenían nombre.
Luego inició la Cuarta Guerra Mundial y no tuve la misma suerte que con la Tercera, esta vez sí fui convocado. Un día desperté y mis abuelos no estaban, en su lugar habían soldados del ejército, quienes habían secuestrado a mis abuelos y a mi novia para chantajearme y obligarme a participar en la guerra, y yo cedí.
Mis habilidades y resistencia sorprendió al ejército, por lo que decidieron ponerme a prueba sometiéndome a varios experimentos. Aún los recuerdo con mucho detalle, fue horrible.
A los pocos días, un infiltrado enemigo comenzó un tiroteo en el laboratorio, así que me enviaron a detenerlo, y lo maté. No lo sabía aún, pero esa era la primera vida que arrebaté de muchas. Al día siguiente, supongo que por haberme manchado las manos y por el estrés constante de los experimentos que sufría, nació en mí un Demonio tipo Mutante, desperté midiendo 2 metros, con piel celeste y una cabeza de tele. Al comienzo pensaron en matarme ya mismo, pero decidieron dejarme con vida por los beneficios que otorgaba mi poder. Con mi nueva forma, podía levantar los tres martillos, aunque me acostumbré a usar solo los mazos.
Pronto me enviaron a mi primera batalla, fui un refuerzo, ya que el enemigo iba ganando terreno. Caí cual rayo al lugar de la batalla y rápidamente aniquilé a todos, quise hacerlo rápido para que no sufran dolor y para que tenga menos tiempo para pensar en lo que estaba haciendo. Así fueron varias batallas; llego, mato a todos los enemigos, me retiro. Aunque lo repetí incontables veces, nunca me acostumbré. Tres años después, en el 2023, terminó la guerra, me dieron una medalla por mi indispensable papel y volví a ver a mi familia. Mis abuelos no veían bien, así que no les importó mucho mi nueva apariencia, mi novia tardó en acostumbrarse, pero no le molestó y me siguió amando. Yo era el único que no se había acostumbrado. Ni siquiera creía que merecía vivir, después de arrebatar tantas vidas, después de volverme un genocidio, ¿Cómo podía vivir tranquilamente? No podía, mis manos estaban teñidas de toneladas de sangre. Pocos meses después, en el 2024, tuve a mi primer y única hija, su mera existencia me devolvió un propósito de vida, la madre falleció durante el parto, pero gracias a Mia pude seguir adelante, entonces me propuse dos metas que debía cumplir antes del 2040: cuidar y criar lo mejor posible a Mia y matar a Loki. Por eso nunca dejé de entrenar.
—Vaya —responde Ariel—. Entonces eres un semidiós.
  —Así es. ¿Sabés por qué te cuento todo esto?
  —No.
  —Porque me enteré que van a liberar al asesino de tu madre y no quiero que cometas ninguna estupidez.
  —¿Qué pensás de mí? No voy a ir a matarlo.
Lautaro guarda silencio.
  —Confía en mí, puedo manejarlo.
  —Está bien. Más te vale. Ahora vaya, sigan entrenando, terminó su descanso.
  —¡Sí, señor! —dicen Ariel y Tiziano al unísono y obedecen.
  —Pasaste por mucho —dice Nito.
  —Sí, y no quiero que le pase lo mismo a él, aún es muy jóven. Una vez te manchas las manos, es imposible limpiarlo, sus fantasmas te persiguen por el resto de tu vida.

Termina el entrenamiento del día y cada uno se va a su casa.
Nito llega, se baña y comienza a limpiar su casa.
Tiziano llega y juega con su hermana a las cartas y luego se baña.
Lautaro retira a su hija del club deportivo y en casa ambos se bañan.
Ariel llega, se encierra en su cuarto, abre su computadora y teclea "Sebastián Ferrero", entonces el buscador muestra una noticia en primer puesto: "Sebastián Ferrero será liberado en la siguiente semana, 17 de junio, tras cumplir casi su condena y por buena actitud"
  —Hijo de puta —susurra Ariel.
 

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora