2023, 28 de enero.
Una pareja de treintañeros españoles dan a luz a un niño y lo llaman Maximo. Poco después, la economía española, que ya venía tambaleándose, termina de caer, la inflación sube hasta las nubes y sufre una gran crisis sin precedentes. Debido a la Cuarta Guerra Mundial, tanto Europa como el resto del mundo, sin contar la recién nacida Unión Latina, sufrió una crisis en todos los sentidos. A causa de esta crisis, muchas familias, desesperados, vendieron todas sus pertenencias, e incluso llegaron al extremo de vender a sus propios hijos. Ese fue el caso de aquella pareja de treintañeros, unos meses después de haber parido a Maximo, lo venden a un extraño hombre extranjero de aproximadamente 40 años. Unas semanas después, acabó la guerra y el país dejó de hundirse más y más, para así poder levantarse una vez más, aunque lo lleva haciendo muy lentamente.
Pasan unos años, el extraño hombre crió a Maximo hasta que aprendió a caminar y comenzó a hablar, fue entonces cuando comenzó a usarlo para experimentar. Lo sometió a inhumanas prácticas con el objetivo de crear su primer superhombre, ya había experimentado con otras personas pero todas murieron o perdieron su identidad antes de terminar.
—Dentro del ADN, en la sangre, se encuentra la causa de los poderes en los Americanos como yo, llamado Gen Z. Cada gen tiene una estructura distinta dependiendo el poder.
Dijo para sí mismo antes de inyectar una muestra del Gen Z en Maximo. Apenas se mezcla su sangre con la muestra, el niño comienza a retorcerse del dolor y a gritar con todas sus fuerzas. Sus gritos apenas salen del profundo sótano donde está siendo experimentado.
Después de varios años experimentando con Maximo, acaba por dejarlo deforme, del tamaño de un niño de 5 años, cuatro dedos en lugar de cinco, ojos saltones y sin capacidad de comunicarse, perdió completamente su identidad.
Después de doce años de su nacimiento, un día, el extraño hombre lo encierra en una caja, y mientras lo encierra, dice para sí mismo:
—Señor, ¿Lo estoy haciendo bien?
Y luego lo envía por correo por avión a Unión Latina, en la provincia Argentina, a un sujeto que Maximo no conocía, pero su comprador sí. Así, un 20 de julio de 2035, Maximo llegó a las puertas de William y fue descubierto por Nito.
Entonces, abren las puertas de los camiones, Maximo se exalta y siente su corazón latir con fuerza. Recordó todo. Incluso cuando estaba en su forma deforme. Recuerda a Ariel y el resto y entiende por qué le eran familiares.Saliendo de las camiones y dirigiéndose a la zona militar, Maximo se encuentra a Ariel. Quiere acercarse y decirle gracias, pero algo lo detiene.
«¿Estará bien? Si descubre quién soy, no dejará de protegerme, y no quiero volverme una carga para él».
—¿Te puedo ayudar en algo? —Ariel se rasca la cabeza—. ¿Qué miras tanto?
—Perdón —Maximo baja la cabeza—. No fue mi intención.
—Te conozco.
Maximo se sorprende, cree que lo descubrió.
—Sos ese amigo nuevo de Nito,, ¿Cómo era tu nombre?
Maximo se alivia.
—Maximo.
—Oh.
«¡Mierda! No pensé antes de contestar» piensa Maximo.
—¿Qué pasó? —pregunta.
—Nada —contesta Ariel—, es solo que tenía un amigo que se llamaba así.
—¿Qué le pasó?
«Debo despistarlo» piensa Maximo.
—Es una larga historia, pero creo que ya no está con nosotros. Ya no creo que sean capaces de encontrarlo.
—La esperanza es lo último que se pierde, dicen por ahí.
Ariel ríe en voz baja.
—Gracias, entiendo por qué Nito es tu amigo. Los amigos de Nito son mis amigos. Me llamo Ariel, por cierto.
Ambos estrechan sus manos y se despiden.
En el camino, Maximo se encuentra a Dylan.
—¿Escuchaste todo? Chismoso —dice Maximo.
—¿No pensás decirle?
—No. Creo que es mejor así, que siga como estuvo yendo.
El Gigante se dirige a un soldado con ambas piernas rotas por escombros que aún seguía vivo, mientras se acercaba, el Gigante se quedó paralizado. Entró en un trance.
—¿Por qué lo hiciste? Llevábamos varios meses limpios de asesinatos —dice una voz saliendo de una mancha azul con expresión triste.
—Qué importa, para esto es mejor que se suicide de una vez, nos haría un favor a todos —dice otra voz, una mancha roja con una expresión furiosa.
—Oigan, oigan, no sean malos con él, tuvo una vida difícil, es normal que haga esto —habla una tercera voz de una mancha gris con una expresión alegre.
—Cállense, por favor —ruega el Gigante.
De pronto, siente un disparo que golpea su dura piel y lo saca del trance. Era el soldado.
—Maldita sea, era mi última esperanza —se lamenta el soldado.
—Tú podrías servirme —dice el Gigante.
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El Rol de la Muerte
General FictionEn un mundo sanando después de dos terribles guerras, cuatro jóvenes, Nito, Ariel, Tiziano y Lautaro, pertenecientes a una minoría despreciada de super humanos, deciden unirse por un propósito común y embarcarse en una peligrosa misión para investig...