Capitulo 33

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  Lautaro cae y se impacta fuertemente contra el suelo. Se levanta al instante y ve caer a Nito, impactando también contra el piso.
  —¡Nito! —grita desesperado Lautaro.
  Ariel y Tiziano se encuentran celebrando la derrota de Jormungandr y Fenrir, hasta que ven a Lautaro correr apresurado hacia Nito.
Todos llegan al cuerpo inerte de su amigo y se ponen ansioso de verlo despertar.
  —Tranquilos —dice Ariel—, ya va a abrir los ojos, sólo hay que esperar un poco.
  —Le cayó veneno de Jormungandr —dice Lautaro—, no sabemos qué tan potente es, no sabemos cuánto dura su efecto, solo nos queda esperar que cuando se agote, Nito despierte.
  —¿Acaso el Demonio puede sanar heridas no externas? —pregunta Tiziano.
  —Rápido —susurra Loki—, sólo necesito una gota o dos.
Lautaro siente la presencia de su tío por detrás y voltea a verlo rápidamente. Ariel y Tiziano hacen lo mismo y los tres lo descubren sacando gotas de veneno de Jormungandr y guardándolo en un pequeño frasco. Loki luce su forma humana, con un arco y flechas colgados en la espalda.
Lautaro llama a sus mazos para acabar finalmente con el Dios de las Mentiras. Este último reacciona rápidamente y comienza a huir del lugar transformado en águila.
Lautaro usa su mazo para volar, sosteniendo a Tiziano y a Ariel en su espalda, pero Loki es más veloz ya que tiene más energía y carga menos peso que Lautaro.
Tras una larga persecución, Loki llega a una extraña estructura con un raro monumento en su interior. Apenas llega, comienza a tocar unos botones al Aldo del monumento y luego se para en el centro de este, comienza a desprender un rayo de luz sobre Loki que lo hace levitar. En ese momento, Lautaro y compañía llegan, pero Loki desaparece en el rayo de luz. Lautaro lanza uno de sus mazos al monumento para destruirlo mientras entra a ese rayo de luz, tomado de la mano de Tiziano que, a su vez, sostiene la de Ariel, así, los tres y los mazos de Lautaro son teletransportados donde Loki.
Al llegar, se sorprenden por lo que ven, un reino brillante y lleno de oro y construcciones llamativas y maravillosas, imposibles de imaginar y creer.
  —¿Esto es Asgard? —pregunta, incrédulo, Tiziano.
  —¡Este no es momento para mirar casitas de oro, hay que ir tras Loki! —grita Lautaro.
La persecución continúa, en el gran palacio divino, lleno de brillantes joyas y construcciones, hasta que llegan a una zona de tierra menos llamativa. Al parecer, el palacio termina en una gran bajada hacia un gran terreno plano con un río al final de éste, donde se suele pescar.
Ariel corre detrás de Loki primero gracias a su súper velocidad, Lautaro carga a Tiziano y lo lleva con él. Ariel alcanza a Loki y lo ve usando su arco y flechas, apuntando a un brillante hombre a lo lejos.
  «¿Esas flechas están envueltas en una planta? No puede ser, ¡Es muérdago! ¡Y ese de ahí debe ser Baldur!» piensa Ariel.
  —¡Detente! —grita desesperado.
Ariel logra empujar a Loki, haciendo que falle su disparo.
  —¡Maldito! —Loki se recompone y contraataca.
Ariel recibe de lleno una patada y responde con otra. Lautaro llega junto a Tiziano y embiste a Loki con toda su fuerza, haciendo que ambos caigan rodando por la bajada. Al impactar el suelo, Lautaro ve a Loki introducir una flecha en el veneno de Jormungandr que tenía en un frasco. Loki se prepara y se acerca a Lautaro.
  «¡El maldito quiere envenenarme!» piensa.
Lautaro esquiva el ataque y golpea a Loki en la cara, haciéndolo caer. Lautaro toma la flecha y la parte en la mitad. Luego alza su mano llamando sus mazos.
  «El primer mazo destruyó el portal pero también lo atravesó. Tengo mis dos mazos aquí, es todo lo que necesito para ganar»
Loki, sabiendo lo que Lautaro hacía, se apresuró a detenerlo, ya que sabe que si Lautaro usa todo su poder, morirá.
El dios se transforma en serpiente y se envuelve en el brazo de Lautaro intentado llegar a su cabeza para apagarlo de nuevo, pero él acumula electricidad en ese brazo, electrocutando a Loki.
  —¡Mierda!
Ariel y Tiziano bajan con ellos y comienzan a apalear a Loki, golpe tras golpe, sin parar, tal como Lautaro les enseñó.
Loki se cansa y grita fuertemente del dolor, un grito tan desgarrador y fuerte que incluso Baldur lo escuchó. Él, que estaba pescando, voltea hacia atrás y ve la batalla. Al verlo a Loki, se paraliza del miedo.
Tras el grito, Loki se divide en cuatro, uno fue contra Tiziano, otro contra Ariel, y los dos restantes contra Lautaro.
Tiziano recibe un potente golpe en el estómago y posteriormente es pateado hacia un lado. Ariel resiste los débiles golpes del Loki que le tocó.
Lautaro tiene problemas esquivando los ataques combinados de dos Lokis con una flecha envenenada. Entonces, los tres lo entienden. Loki dividió su poder total entre los cuatro, el que lucha contra Tiziano mantenía su fuerza, el otro su poder de cambio de forma, y los de Lautaro sólo su habilidad en combate.
Mientras pensaba cómo atacar, Tiziano pierde la consciencia por un fuerte empujón de Loki. Ariel intenta ir a ayudarlo, pero el dios se adelanta y fusiona ambos clones, transformándose en un gran oso pardo que rasguña el pecho de Ariel y lo lanza lejos. Ariel amortigua la caída con sus piernas, en consecuencia, queda inmóvil por el dolor infligido en la caída.
Los tres Lokis finalmente se reúnen y unen sus fuerzas, pero Lautaro no deja que haga un solo movimiento, golpeando una y otra vez, cada golpe con más fuerza que el anterior, tanto que incluso casi logra desmayar a Loki. Hasta que logra idear una forma de tocar su corazón.
Loki modifica rápidamente su cuerpo e imita el de Nito, esto detiene a Lautaro, momento que el dios aprovecha y nuevamente trata de apagarlo, Lautaro logra reaccionar y lo evita tomando la mano que intentaba presionar el botón de apagado, pero, con la otra mano, Loki atraviesa el pecho de Lautaro con la pinta de una flecha. En ese mismo instante, Loki empuja a Lautaro a varios metros de él. El Dios de las Mentiras, ahora sin molestias, apunta a Baldur  con una flecha envuelta en muérdago y se prepara para disparar.
Ariel ve todo y trata de forzar a sus piernas a moverse. Aún así, corre como puede, intentando llegar antes que la flecha sea disparada.
Loki dispara.
Pero a último momento, Lautaro se atraviesa y recibe el flechazo en su hombro.
Loki se desespera y carga otra flecha, pero en ese momento, escucha una voz familiar.
  —Supuse que serías tú, Loki.
Loki voltea, asustado, y ve a Odín, padre de todo, junto a otros dioses.
  —¿No crees que ya nos cansaste suficientes problemas con tu estúpida guerra usando a los Gigantes como marionetas para tu ilógico plan de traer el Ragnarok a nosotros?
Loki lo ignora y vuelve a preparar otra flecha. Odín mueve sus manos de forma extraña y la flecha y arco de Loki se vuelven cenizas.
  —Se ve que ningún castigo es suficiente para ti si sigues pudiendo volver.
  —¡Cállate! —grita Loki.
Odín vuelve a mover sus manos y comienza a susurrar un hechizo.
  —Tú, Loki, Dios de las Mentiras, y ustedes, seres de otra tierra, Lautaro Fernández, Tiziano López y Ariel Álvarez, quedan completamente expulsados de este reino, y su mundo perderá forma alguna de venir a este. —Odín atrae los mazos de Lautaro hacia él—. Esto nos pertenece.
Loki comienza a gritar desesperado y asustado.
  —¡No pueden hacerme esto! ¡Alto!
Todos, Tiziano inconsciente, Ariel debilitado, Lautaro sin sus mazos, y Loki, habiendo fallado su objetivo, vuelven forzosamente al Midgard.
Ya en la tierra, en el mismo campo de batalla de antes, un desolado terreno fuera de la ciudad, Loki deja a Tiziano a un lado, ya que aún está inconsciente. Lanza lejos a Lautaro. Y se dirige lentamente hacia Ariel.
  —No pienses que les tuve piedad, no volví a apagar a tu amiguito el grandote porque quiero que vea todo lo que le haré a este mundo ahora que arruinaron mis planes. Y tú serás el primero en verlo.
Loki saca su bastón y apuñala a Ariel en la pierna derecha. Ariel grita de forma desgarradora. Siente entumecido todo su cuerpo. Entre gritos, ve el cuerpo de Nito, aún inerte.
Loki lo nota y ríe a carcajadas.
  —Cierto, tienen otro amiguito. Se ve que el veneno de mi hijo es tan fuerte que ni ustedes y sus demonios pueden otra él.
El dios se aleja de Ariel, levanta el cuerpo de Nito y lo tira a pocos metros de él.
  —Mira bien, imbécil.
El cuerpo de Nito comienza a quemarse en una intensa llamarada que Loki creó, y comienza a consumir al inerte Nito.
Ariel grita desesperado mientras Loki ríe tan fuerte que hasta Lautaro, débil por las flechas y la falta de sus mazos, logra escucharlo, e intenta levantarse y pelear, pero su cuerpo no responde.
Ariel comienza a recordar todos los momentos que pasó con su amigo y grita que Loki se detenga.
  —¡Sufre, tanto como tú me hiciste sufrir al hacerme fallar mi misión!
Pasan varios minutos así, Ariel desgarrando su voz, Lautaro intentando moverse, Tiziano inconsciente, y Loki riendo.
Hasta que los gritos de Ariel paran.
  —¿Eh? —se desconcierta Loki—. ¿Ya se te pasó?
Por detrás de Loki, se levanta una silueta del fuego, regenerando su cuerpo aún entre cenizas. Nito sale de la llamarada y se regenera totalmente, pero había algo en él, sus ojos rojos, sus uñas filosas y largas, sus dientes afilados, Nito resurgió tal como en aquel trágico Delirio Colectivo, el cuerpo de Nito fue consumido por su Demonio.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora