Capitulo 29

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  Luego de que la profecía que narraba el fin del mundo, el Ragnarok, que iniciaría con la muerte de Baldur, Odín se encargó de que todo y todos juraran no dañar a Baldur. Una vez logrado, todos celebraban y jugaban tirando armas y objetos a Baldur, quién, gracias a su padre, era inmune a todo, inmortal.
Entre toda la celebración, Loki, disfrazado de una mujer mayor, se acerca a Höðr, el dios ciego de la oscuridad y hermano de Baldur, dios de la luz.
  —Hey —susurra Loki disfrazado—, ¿No te quieres unir a la fiesta? —acerca una flecha envuelta en muérdago—. Eres un buen lanzador de flechas, ¿Verdad?
  —Por supuesto —responde Höðr.
Loki ayuda a apuntar la flecha hacia Baldur.
  —Entonces sabrás disparar. Hazlo cuando te toque el hombro.
Höðr espera pacientemente la orden de la supuesta anciana. Loki, saboreando lo que está por suceder, da la señal.
  —¡Baldur! —grita Odín, el padre del todo. Y rápidamente lanza su bastón y empuja a Baldur, haciendo que la flecha se clave en una zona fuera de peligro mortal, salvando su vida.
Odín le grita a Höðr por lo que hizo, pero al ver a la señora a su lado, inmediatamente supo que se trataba de Loki, este último se da a la fuga transformado en un pez y se pierde en el mar. Todos los dioses comienzan una encarnizada búsqueda, en especial Thor, que ya estaba cansado de las pesadas bromas de Loki.
Pasan los días sin que se sepa el paradero del dios del engaño, hasta que Heimdall finalmente lo ve. Rápidamente alarma a los dioses de la ubicación del dios.
  "Mierda, me encontraron" piensa Loki, posteriormente se transforma en una foca y trata de huir por el mar nuevamente, pero Heimdall se adelanta y lo persigue hasta atraparlo y comienza una batalla letal, Loki con su bastón y Heimdall con una espada. Heimdall ataca sin parar, intentando apuñalar a Loki y rematarlo. Loki es ágil y esquiva todos sus ataques, hasta que logra atravesar el hombro de Heimdall y, antes de dar el golpe de gracia, llega el resto de dioses. Loki intenta escapar de nuevo como pez, pero Thor se adelanta, lo atrapa y lo encierra en un jarrón indestructible para inmobilizarlo.
Luego de unos días, Loki es liberado pero inmovilizado, y lo primero que ve es a sus dos hijos, Vali y Naarfi.
  —¿Qué hacen aquí? —pregunta, desconcertado, Loki.
  —Ya verás —responde Odín.
  —A ver si esto te parece divertido —dice Thor.
Odín comienza a susurrar un hechizo que Loki no logra oír, pero pronto descubre de qué se trata, al ver a uno de sus hijos convertirse en un lobo, que voltea a ver al otro hermano.
  —¡Espera, no! ¡No lo hagas, es tu hermano! ¡Paren esto! —suplica Loki.
El lobo devora a su hermano y luego es masacrado por Thor de un golpe con el Mjolnir, ignorando las plegarias de Loki.
Luego toman las tripas que quedaron de Naarfi y atan a Loki a una roca de gran tamaño, y dejan una serpiente que salpique su veneno la cara del dios de las mentiras, así por la eternidad.

Pasan decenas de años, Loki nunca pudo liberarse. Hasta que un día, llegan unos gigantes donde él y lo liberan.
  —¿Eh? —dice Loki, sin entender lo que está sucediendo debido al efecto del veneno de la serpiente.
Cuando recupera la compostura, Loki entiende que lo liberaron porque se desató una gran guerra entre los dioses y los gigantes, estos últimos buscaron a Loki, un gigante, para liberarlo y que los lidere a la victoria. Loki, lleno de odio y resentimiento hacia los dioses, en especial Odín y Thor, acepta y huye junto a sus rescatistas, jurando venganza.

  Durante el camino de regreso después del enfrentamiento contra Loki, lograron evadir cualquier enfrentamiento contra los infectados.
  —¿Por qué no te adelantas? Puedes volar, llegarías en cuestión de minutos. Tal cual hiciste desobedeciendo mis órdenes —pregunta, molesto, Alan.
  —Disculpe mi insolencia, señor. No volverá a ocurrir.
  —Más te vale, Ragnarok.
  —Oiga, no lo llame así a Lauta...
Lautaro interrumpe a Ariel y le da una pequeña sonrisa, diciendo con su cara: "está bien".
Durante el viaje, Adrián se preocupa por Alex.
  —Le envié mensajes pero no contesta, ¿Le habrá pasado algo?
  —Tranquilo —calma Tiziano—, es muy fuerte, estará bien. Nos hizo pedazos en el torneo, podrá contra unos zombies frágiles y tontos.
  —Si vos decís.
Más tarde, llegan al refugio.
Todos los refugiados esperan noticias positivas respecto al distópico momento que están pasando.
  —¿Papá estará bien? —pregunta Mia a su abuelo.
  —Sí, querida, es el más fuerte del mundo, yo sé que está bien.
Zira lo oculta, pero está claramente preocupada por su amigo, Ariel. Aunque sea inmortal por su Demonio, todavía puede sufrir.
En la zona de los soldados, guardan un minuto de silencio por aquellos que no sobrevivieron. Entre ellos, está Antonio Sánchez. Gonzalo mira, triste, la imagen de su casi padre.
Ariel se acerca a consolar a Gonzalo.
  —Era un buen hombre.
  —Sí —dice Gonzalo.
  —Lo siento.
  —¿Por qué?
  —No pude salvarlo.
  —Está bien, no creo que haya sido tu culpa.
Por los ojos de Ariel comienzan a salir pequeñas gotas tal cual llovizna.
Gonzalo lo consuela con un pequeño golpe en el hombro de Ariel y se aleja, pero es detenido por el mismo.
  —Antes de morir, Antonio me dijo que te pregunte por una tal Meredith, ¿Sabes cómo contactarla?
Gonzalo asiente y le pasa el número de ella. Luego se aleja.
Más pronto que tarde, Alan sale a dar la cara junto a Julio y Lautaro, informan de lo acontecido.
  —Lamentamos decirles esto, pero aún no acabamos con el problema, Loki. Logró huir de nuestras manos. No puedo asegurarles esto, pero si volvemos a encontrarlo, ¡Acabamos con él!
El público comenzó a abuchear y tirarle basura a Lautaro, culpándolo de todo.
  —¡Vete! ¡Morite! ¡Andate a la concha de tu madre! ¡Inútil! ¡Inservible!
Mia intenta que su voz se escuche defendiendo a su papá, pero fue en vano.
Mientras Lautaro y compañía se retiran, una mano gigante levanta el techo del refugio, dejandolo expuestos al exterior. El causante era un Gigante infectado, que tenía a Loki en su hombro con un megáfono.
  —Nos volvemos a ver, público mío, pero esta vez, será nuestro último encuentro.
Lautaro ve a lo lejos la silueta de una serpiente titánica con un lobo gigante en su cabeza.
Entre gritos, Lautaro exclama:
  —¡Huyan! ¡Esta vez no lo dejaré ir!
Y se lanza a toda velocidad hacia el Gigante, con ambos martillos y un fuerte grito de guerra.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora