Capitulo 46

0 0 0
                                    

  Todos los civiles llegan a la zona militar, bajan de los vehículos y se adentran al refugio improvisado.
Una vez adentro, todos los civiles comienzan a pedir respuestas: ¿Qué tan fuerte es ese gigante y su ejército? ¿Por qué decidieron huir en lugar de acabarlo? Se supone que el ejército del país es el más poderoso del mundo, además, son el único país con Benditos, ya que no existen fuera de América.
Alan sale después de unas horas a responder.
  —¡Se dio la evacuación porque ese gigante y su ejército no son humanos, acabaron con más de cien de nuestros hombres en cuestión de minutos!
Todos los refugiados dejan de gritar, la sala fue dominado por un silencio tan ruidoso que todo el ambiente se volvió pesado.
  —¡No se preocupen, ya estamos planeando una repuesta que acabará con el enemigo, solo les pido paciencia!
Alan se despide y sale a la sala de los militares y manda a llamar a todos los voluntarios que lucharon contra Loki.
  —Cuidate, por favor —dice Zira.
  —Voy a estar bien —responde Ariel.
Se despiden y Ariel entra en la sala militar.
  —¿Por qué no puedo ir? ¡Ya puedo manejar el Mjonir! —protesta Mia.
  —Porque todavía sos una niña —dice Nito—, no puedo dejar que te expongas a tal peligro. Lautaro quería que te mantengas alejado de estos conflictos. Y como tu mentor, por así decirlo, no considero que estés lista para una batalla así.
Camila y su madre se quedan con Mia y Nito se dirige a la zona militar. Allí, Ruf lo intercepta.
  —No mueras.
  —No podría.
  —No. Estoy diciendo que no mueras, no que mueras y luego revivas.
Nito entiende.
  —Voy a intentarlo.
Se despiden y Nito entra en la sala militar, se registra y se encuentra con Adrián.
  —¿Cómo va la búsqueda de Alex? —pregunta Nito.
  —Nada nuevo. Después de su avistamiento en ese parque no se volvió a registrar una aparición suya, ningún civil lo vio.
Mientras charlaban, Nito ve a Ariel a lo lejos. Se despide rápido de Adrián y corre hacia Ariel.
Ariel lo ve y baja la cabeza de la vergüenza. No podía mirarlo a los ojos.
  —¡Ariel! Hace mucho no te veía. ¿Estás bien? No contestabas mis mensajes.
  —Hola —tartamudea—, sí, pasó mucho tiempo.
Nito se sorprende al ver un porro en la mano de su amigo.
  —¿Ahora fumas?
  —No estoy orgulloso de eso.
Cruzan miradas. Nito ve en Ariel la profunda depresión que le carcome la cabeza. Nito se acerca y le da un fuerte abrazo.
  —Te extrañé. Por favor, no vuelvas a desaparecer, sabés que siempre podés contar conmigo, perdón si alguna vez te hice creer que no.
Las palabras de Nito golpean en Ariel y comienza a llorar.
  —Esta es la última vez que toco una droga, lo juro.
Nito lo contiene y lo abraza con más fuerza.

  Al anochecer, Julio llama al hospital de Montevideo y pregunta por Modesta Gutiérrez. Se sorprende al oír que un familiar ya la retiró del lugar unos días después de que despertó.
  —Eso no puede ser, ¿Quién dijo ser el que la retiró?
  —Un tal Thiago Gómez.
Julio sospecha que se trata del mismo Thiago que unió a Tiziano a la organización.
  —Mierda, no tengo tiempo para encargarme de esto ahora.

                                  *     *     *

  Al día siguiente, Nito se encuentra con Maximo, y habla con él, ya que lo conoce como el que liberó a Dylan y salvó a todos en su enfrentamiento contra los infectados de Loki al hacerlo.
  —Hace mucho no te veía, ¿A qué ciudad te fuiste a vivir? —pregunta Nito.
Maximo guarda silencio, en señal de vergüenza.
  —Estuve en la cárcel, me dejaron salir ahora porque me uní como voluntario.
Nito se sorprende.
  —Pasa que estuve matando criminales, justicia por mano propia.
  —¿Pero cuántos años tenés?
  —Creo que 14.
  —¿Y aún así te dejaron ser voluntario?
  —Soy un Bendito, por eso. A nadie le importa lo que nos pase a nosotros.
  —¿Y a qué te referís con "creo" sobre tu edad?
  —Mis recuerdos son muy borrosos, no puedo acordarme de nada de mi infancia, sólo recuerdo a partir de...
Maximo hace una pausa. El verlo a Nito le devolvió recuerdos.
  «Este chico, lo conozco, ¿De dónde? Ya sé. Es uno de los que me cuidaron mientras estaba deforme. ¿Los otros quiénes eran? Tiziano, Ariel, Lautaro. ¿Debería decirles quién soy? No. Prefiero no hacerlo.»
  —De mis 12 años, hace unos años.
  —¿Y por qué te uniste a esto?
  —Porque quiero que me quiten mi condena y así poder seguir mi travesía. ¿Alguna vez pensaste cómo acabar con la delincuencia y los crímenes?
  —La verdad que no.
  —Yo sí. Lo pensé mucho, desde que recuperé mi consciencia. Y llegué a la conclusión de que la solución es infundir miedo, ¿Quién cometería un crímen si sabe que el castigo es la muerte? Este país, lamentablemente, es muy débil como para hacer legal la pena de muerte. Por ello, me propuse acabar yo mismo con los criminales, ser ese miedo. Mi poder como Bendito es convertir mis manos en armas blancas o de fuego.
Nito, anonadado por lo que escuchó, sólo puede hacer una pregunta:
  —¿Estás bien?
Maximo se sorprende al oír la pregunta y contesta:
  —¿Qué?
  —Sí. Quizá sólo es mi parecer, pero suenas como alguien que sufrió mucho.
  —Sí. Creo que estoy bien. Quizá tendría más seguridad sobre eso si supiera quién soy. Pero por ahora, me mantendré fiel a mis principios. Pienso ser la salvación de este país.
Se despiden y Nito, pensando en Maximo, recuerda a Tiziano y a Lautaro.
  «Tiene la determinación de Lautaro y el ingenio de Tiziano, además de su poder».
Por su parte, Maximo piensa en sus primeros recuerdos:
Estar en el piso con Jesús enfrente y Dylan a su lado, para luego ser llevado por Dylan a, según él, su líder, pero, en su lugar, lo llevó a una cueva, y al día siguiente, luego de regresar herido, lo liberó. Vagó varios días en las calles hasta que descubrió su poder y aprendió a usarlo. Luego fue acogido en un orfanato y posteriormente se escapó durante el ataque de Loki. Le devolvió el favor de liberarlo a Dylan y después comenzó a matar criminales como ladrones o incluso raptores y demás. En la actualidad, donde sobrevive comiendo sobras de los restaurantes y vaga por las noches matando, hasta que fue arrestado y, por ser un Bendito, lo condenaron a varios años en prisión.

                                  *     *     *

  Tras dos días, los militares y voluntarios ya están preparados para su enfrentamiento contra el gigante y su ejército. Con Alan al mando, se dirigen a la última ciudad donde llegó el humanoide y sus subordinados.
Al cabo de unas horas llegan y comienzan a buscar a sus enemigos entre las casas ya destruidas. Luego de un rato de búsqueda, encuentran a un hombre, aparentemente en sus treinta tantos años.
  —¡Vos, el hombre de allá, ¿Qué hacés acá?!
El hombre no contesta.
  —¿Y si es uno de esos súper soldados? -pregunta Julio.
Alan ordena proteger la zona y así poder llevar al misterioso hombre dentro de un edificio e interrogarlo, acompañados de varios soldados de élite y Óscar, uno de esos soldados.
Nito busca a Ariel con la mirada y lo descubre fumando un cigarrillo. Se acerca para preguntarle cómo estaba, ya que sabe que controlándolo no logrará nada.
De repente, del edificio sale el gigante de piel blanca y pega un fuerte rugido que, al parecer, activó al ejército de súper soldados, que salen de las sombras y comienzan a atacar a los militares. Nito, Ariel, Dylan, Maximo, elegidos por ser Benditos, y otros 6 soldados de élite elegidos por su gran capacidad, se encargaron de manejar los Propulsadores, una herramienta que les permite volar y planear y, además, disparar con balas de un material muy resistente y ligero.
  Estas armas se vienen preparando desde la Segunda Guerra Mundial, y, con la tecnología actual, finalmente se pudo fabricar y volverlos funcionales.
  Con Dylan al mando, todos se dirigen al gigante, pero dos de ellos son rápidamente aniquilados de un espadazo. El Gigante creó un arma de la nada a partir de su mano. Todos entran en pánico y disparan balas a lo loco al Gigante, pero no consiguen dañarlo, entonces se esconden en los edificios de los alrededores, mientras que el resto de soldados mantienen a raya a los enemigos aprovechando que tienen ventaja numérica.
Maximo se siente raro al haber visto al Gigante y a sus subordinados, como si le fuesen familiares.
Ahora, con Ariel tomando el liderazgo, ordena atacar al Gigante desde varios ángulos usando espadas hechas de un material artificial liviano y resistente a la vez, así, podrían acercar al menos dos espadazos e incluso inmovilizarlo si le dan en lugares vitales, como el pecho, la cabeza o las piernas.
Ariel se lanza hacia su talón izquierdo, Nito hacia su pecho, Dylan hacia su cabeza, y los otros cuatro soldados al otro talón, su frente, y sus rodillas. Maximo quedó inmóvil.
Para su sorpresa, el gigante salta, pisa al soldado que atacaba su talón derecho, intenta golpear a Dylan pero este logra esquivarlo a tiempo. Cabecea al que atacaba su frente, golpea a Nito y patea a los que atacaban sus rodillas, matando a los soldados de élite en un instante.
Entonces, ven la señal de retirada salir del edificio donde surgió el Gigante. Unos soldados corren al edificio y encuentran a Óscar debajo de unos escombros con la pistola de humo en mano. Lo liberan y se lo llevan cargándolo hacia un vehículo del ejército.
Nito y Ariel, que sobrevivieron al ataque del gigante, corren rápido del lugar, Nito y Dylan van con Maximo y lo hacen reaccionar paga huir del lugar, siendo ellos los únicos sobrevivientes de su pelotón. Dylan, un poco dañado, logra llegar a un helicóptero y todos se van del lugar. Óscar se desmaya mientras viajaban y sufría un desangramiento, que fue contenido por unos médicos que le dieron primeros auxilios.
Maximo sigue en shock durante el camino de vuelta, y comienza a recordar todo.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora