Capitulo 11

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  Domingo, 23 de diciembre.
En el gran supermercado de MarketMall se celebra un gran festival por navidad, festival que dura todo el día y noche, iniciando en la tarde del 23 y finalizando en la noche del 24. Es una tradición muy importante del país. El festival inicia suave pero su final es un verdadero espectáculo gratuito al que todos los jóvenes y familias desean ir cada año. Es un festival de luces, colores y un gran espíritu navideño, llamado El Festival de San Nicolás, el más importante del año, esperado por todos los habitantes del país.
  Ariel envía varios textos a sus amigos con un solo mensaje:
  «No se olviden,
    Mañana a las 3
    Todo festival»

  «Más vale que esté bueno, no quiero haber desperdiciado mi día libre» Respuesta de Lautaro.

  «Ooaaa» Respuesta de Nito.
 
  «Ustedes confíen, yo fui el año pasado y estuvo buenísimo, por poco y bajaba Michael Jackson del cielo» Mensaje de Tiziano.

  Mientras Ariel prueba su ropa para el día siguiente, un traje, ve como Máximo lo mira fijamente.
  —¿Listo para ir?
Máximo sacuda su cabeza de arriba a abajo, es un sí.
Repentinamente entra Román a la habitación.
  —Escucha, mañana tengo una reunión con unos amigos, así que llévate las llaves de respuesto por si vuelves del festival y no estoy.
  —Fuerte y claro, señor —responde Ariel sin quitar sus ojos del espejo.
  —¿Y esa ropa tan elegante? Pensé que solo ibas con tus amigos, ¿Va alguna chica?
  —Ojalá, tío, pero ninguna soporta algo de mi calibre, ¿sabes? —Ajusta su corbata—. Se lo pierden. —Ajusta sus mangas—. Había que destacar, entonces se nos ocurrió ir de traje.
  —Siempre tan ocurrentes ustedes.
  —¿Cuando no? Somos re divertidos. Envidianos por ser jóvenes.
  —Mirá que puedo dejarte encerrado si quiero, no me hagas llevarme la llave de respuesto. —Román señala su ojo mientras se aguanta una pequeña risa—. Ojito con lo que me decís.
  —Fuerte y claro, señor. —Levanta su brazo y hace una seña militar—. Como usted ordene, señor.

  Tiziano prepara junto a su hermana la mesa, están por cenar.
  —¿Cuando va a venir papá? —pregunta Milagros.
  —Cuando lo echen del festival por empezar peleas con todo el que se cruza —responde Tiziano.
  —¡Tiziano! —reprende su madre—. No hables así de tu padre.
  —No es mi culpa que siempre que tenga días libres salga a pelear con desconocidos, no entiendo qué problema hay con reconocerlo.
  —El problema es que es tu padre, y tenés que tratarlo con respeto. Ya hablamos de esto, solo está estresado con el trabajo y es fácil de irritar.
  —¿Entonces reconoces que se pelea con cualquiera por borracho?
Su madre guarda silencio y fulmina a su hijo con la mirada.
  —...Perdón... no volveré a hablar así —dice Tiziano finalmente, y continúa preparando la mesa.
Milagros lo mira en silencio y luego se acerca a darle una palmada de apoyo, y le susurra "No te preocupes, mamá sabe que tienes razón".

  Nito se encuentra terminando una limpieza profunda de su casa. Guarda los artículos de limpieza y se sienta en la escalera, en silencio. La casa tampoco emite ruido alguno. Solo hay silencio. Luego se levanta a preparar su cena, una tostada de queso.

  Lautaro está ocupado preparando la cena para su hija.
  —¿No te vas a arrepentir de no ir al festival con nosotros? —Dice Lautaro mientras condimenta la comida—. Va a ser muy divertido, te aviso. Somos muy divertidos.
  —Nah, tranqui, me voy a divertir igual.
  —¿No te vas a asustar con espíritus navideños o algo así?
  —Ya estoy grande, no me asusto.
  —Me hacés acordar a Joana.
  —¿Y esa quien es?
  —¿No escuchaste su historia? Es la chica que vivía en esta casa antes de nosotros.
  —¿Y qué tiene? ¿Le pasó algo o qué?
  —Por lo que escuché de sus papás, un día salieron a cenar en navidad y ella desapareció cuando volvieron. Sus vecinos dicen haber visto personas "fantasmas" merodeando por aquí esa noche. Eran personas medio trasparentes en realidad. Hasta ahora no apareció.
  Mia abraza con fuerza una almohada que estaba a su lado—. ¿Fantasmas?
  —Oh, sí, ¿por qué pensas que el alquiler es tan barato?
  —¿Estás seguro que ella no apareció?
  —Segurísimo, salió hasta en las noticias.
  —¿Hace cuánto pasó?
  —Nunca, me lo inventé todo.
Lautaro comienza a reírse de Mia por haberse asustado realmente y ella responde lanzando la almohada directo a su cara.
  —¡Cuidado con la comida! —dice mientras continúa riendo a carcajadas.

El Rol de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora