Capítulo 33

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*NARRA HARRY*

Tocaron la puerta, seguro era Taylor que venía por sus cosas.

-Hola-dijo ella. 

No pude evitar morderme el labio, se veía tan hermosa como siempre.

-Pasa-dije dándole campo. 

-Gracias.

-¿Tienes en que llevarte las cosas?

-Oh, si. Tengo unas bolsas aquí.

Las saco y me sonrió con tristeza. Estábamos siendo bastante maduros.

-¿Me ayudas?

-Con gusto.

Subimos a mi habitación y la ayude a doblar su ropa en silencio. Ninguno cruzaba la palabra. 

En eso sonó el timbre.

-Yo iré-dijo Taylor-, igual quiero un vaso de agua, si no te molesta.

-Claro-dije haciendo una falsa sonrisa.

Ella bajó, la escuche abrir la puerta.

Minutos más tarde subió con dos vasos de agua.

-¿Quien era?

-Eeh, sólo un vendedor ambulante. 

-¿Un vendedor?-era la peor excusa que podía inventar.

-Sí, vendía lentes de sol y chicles.

-Ah-no me lo creí. 

Ella sonrió y siguió guardando sus cosas. 

-Adiós, Harry.

-Adiós-dije y la vi subir a su auto y marcharse.

Entonces llego Niall.

-¡Hola!

-¿Qué hay?-dijo entrando.

-¿Qué te trae por aquí?

-Eh, bueno hay dos chicas haciendo un océano en mi casa, y no podía estar ahí.

-¿Anna y quien más?

-Sara.

Me preocupe.

-¿Porqué lloran?

-Anna llora, Sara le dice que se calme.

-¿Porqué?

-Amigo, no tengo idea que se traen entre manos... En fin, aquí te manda Sara-dijo dándome mi camiseta y mis bóxers.

-Oh, gracias.

Niall se quedo un rato más en mi casa y se despidió cuando le llego un texto.

-Es Sara, aparentemente ya se va y no quiere que Anna se quede sola.

-Bueno, me la saludas,¿eh?

-Jaja, claro.

Se fue y me quedé sólo.

Vaya que es aburrido estar sólo. Y no podía dejar de pensar en Sara. Si Anna lloraba y Sara la consolaba, eso quería decir que algo había pasado. ¿Y si había pasado algo con Sara? ¿Y si le decía que aún sentía algo por Niall y que no quería que Anna y el tuvieran algo? Bah, eso era estúpido. ¿Porqué me atormentaba tanto la última idea?

Si sentía cosas por Sara, pero...¿tanto? Podía ser. Ella me hacia sentir molesto, feliz, confuso, me hacia odiarla y me hacia querer besarla, ¡todo al mismo tiempo!

Cuatro días pasaron y Sara no respondía mis mensajes. La iba a esperar a la universidad hasta que ese Jake llegó a hablarme:

-Amigo, pierdes tu tiempo. 

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