Capítulo 55

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-Hola, Matthew-saludé con una falsa sonrisa.

-Hola, Sara.

Ed le pegó en la cabeza a Matt. 

-¡Te dije que no!

-Calla, nada pasa-dije calmando la situación.

Me levanté, lavé los platos, tomé la botella de vino y salí de la cocina. Pasé por la sala y los amigos de Ed me miraron con la boca abierta.

Salí al jardín, me senté en el césped y tomé un buen trago de vino.

-¿Acaso te estás acostando con ella, Ed?-preguntó alguno de sus amigos.

Los que antes eran mis amigos también...

-Deja de decir idioteces.

-Cuanto a que sí. Si siempre le gustó Sara.

-Fue hace años.

-¿Se están acostando o no?

Me levanté, con la mitad de la botella de vino en mi mano y caminé hasta la casa. Abrí la puerta de golpe, bebí un trago y tiré la botella al suelo, quebrándola en mil pedazos. 

-Sara... Relájate-dijo Ed acercándose lentamente hasta mi.

Mi respiración estaba agitada, mis ojos tiraban chispas y los chicos me miraban asustados.

-Sí, Sara: cálmate-dijo uno. 

Me acerqué con el puño cerrado y sin pensarlo dos veces le pegué, provocando que se cayera sobre unas botellas vacías.

Los demás me miraron perplejos. Ed se llevó la mano a la cara, con decepción.

-Mueve tu culo al jardín, Charlie-le hablé al que antes había dicho que me acostaba con él. 

-Sara... Yo sólo esta..–

-¡QUE TE MUEVAS!-señalé la puerta. 

Caminó sin decir nada, al igual que los demás.

-Sara, debes calmarte-dijo Matthew.

-No te metas-lo señalé.

-Sara, basta-dijo Ed al ver lo violenta que estaba.

-No-dije entre dientes.

-Llamaré a Harry.

-No le tengo miedo a Harry.

-Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí? Sara, te volviste ruda, ¿eh? 

-Cállate, Charlie-dijo Ed mientras se colocaba entre él y yo.

-¿Qué piensa hacerme la huérfana?

Un rugido salió de lo más profundo de mi ser. Me tiré sobre él con el puño cerrado, mientras evitaba a Ed.

-¡Llama a Harry!-gritó Ed a Matthew mientras intentaba separarme de Charlie. 

-¡Eres un maldito imbécil!-le decía.

-¡Déjame, déjame ya, Sara!

Golpe tras golpe, sentía como mis puños iban acumulando dolor. 

-¡Sara, vas a matarlo!

-¡No me importa!

Con más fuerza, le seguía pegando.

El tipo giró, dejándome debajo de él mientas me pegaba.

-¡Charlie, no te atrevas a tocarla!

-¡Deja de protegerla!

Levanté la rodilla, pegándole donde no daba el sol, dejándolo con un dolor más grande que el de mis puños en su rostro.

-Maldita perra-dijo entre dientes.

Y entonces, ya no lo tenía sobre mi.

-¡¿Cómo mierda la llamaste?!-gritó Harry.

Me puse de pie de un salto, me encaminé hacia el desgraciado de Charlie pero Harry me tomó de la cintura.

-¡Te voy a partir la madre, desgraciado!-gritaba.

-¡Ven!, a ver si te atreves.

-¡Suéltame, Harry, suéltame! 

Charlie se puso de pie, pero el hermano de Ed, Matt, se encargó de detenerlo de un sólo golpe.

-¡Hey!-grité molesta-¡Yo debía hacerlo!

Harry me puso sobre su hombro, entró a la casa y subió las escaleras hasta mi cuarto, cerrando la puerta de este de un sólo golpe.

-¡Yo debía pegarle!

-¡Basta, Sara!

Me puso contra la pared, con sus manos al costado de mi cabeza. Molesto y con la respiración agitada me dijo:

-¿Qué te pasa? No eres violenta, no eres así.

-Se lo merece-dije bajando la mirada. 

-No se puede andar por la vida haciendo peleas.

-Sí que se puede. Él lo hace.

-Bueno, pues ¡no eres como él!

Bajé la cabeza, apenada. 

Vi sus músculos relajarse un poco, suspiró y su respiración se niveló. 

-Escucha:-levantó mi cara para que se encontrara con la suya- ¿quieres que le vaya a sacar la mierda?

Reímos bajo.

-No puedes. En tres días comienza la gira y no puedes hacer el espectáculo con el labio roto y un ojo morado.

-¿Me dejas besarte?

-¿Cómo vas a preguntar esto?

Me besó con mucho cuidado de no lastimar mi labio masacrado por un golpe y víctima de sus dientes anteriormente. 

-¿Qué es lo que te hizo pegarle así?

Negué con la cabeza, para hacerle entender que no podía decirle.

-¿Porqué no?

Sonreí débilmente. 

-Nada importante. Viejas deudas.

Me miró extrañado, pero no iba a insistir. Me llevó al baño a limpiar mis heridas.

-Cálmate, el dolor se pasará. 

-¿Te peleaste alguna vez?

-Sí, con otro chico; no con una chica. 

Bajé el rostro y suspiré.

-Debes prometer que no irás por él.

Asintió. 

-Él fue quien me dejó en el hospital una vez. Él era quien me pegaba cuando éramos novios.

Subí la vista con temor. No sabía como lo tomaría y que haría. 

-¿Harry?

Me puse de pie y me acerqué a él. Respiraba pesadamente y tenía los ojos cerrados y los puños apretados. 

-Hey, bebé, estoy bien. Mírame, mírame, estoy bien-intenté calmarlo mientras ponía una de mis manos alrededor de su cuello y lo atraía a mi. 

Sus ojos se abrieron, encontrándose con mis ojos inundados de preocupación y temor. 

-Prometí no hacerlo. 

Suspiré aliviada. 

-Te amo tanto-dije acercándome a sus labios. 

-Yo más. Ahora, bajemos a buscar un poco de hielo para tus heridas.


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