Secrets.

Capítulo 47

*Narra Sara*

Apenas las puertas del elevador se cerraron, Harry soltó las bolsas y se abalanzó sobre mí, obligándome a seguirle el beso.

Las puertas se abrieron y Harry se detuvo; tomó las dos bolsas en una mano y me jaló con la otra.

-¡Harry!-exclamé en voz baja para no despertar a los huéspedes.

-Shh.

Entró rápidamente a la habitación, dejó las bolsas a un lado, cerró la puerta con rudeza y me acorraló contra la pared.

-Escucha, esta noche, te haré el amor como nunca antes, ¿escuchaste?

No pude responder, quejarme o siquiera cambiar mi expresión porque, ya lo tenía sobre mí, besándome.

Instintivamente, mis manos rodearon su cuello, mis dedos jugaban con sus rulos y mi lengua y la suya de disputaban en nuestras bocas.

Llevó sus manos al frente de mi vestido para desabrocharlo; llevé las mías a su pantalón para hacer lo mismo.

Acto seguido, me encontraba tumbada en la cama, sólo con mis bragas; Harry sobre mí, besando mi cuello.

Gemí, ante el contacto de sus labios en mi piel.

-¿Crees que Anna y Niall estén en lo mismo?-pregunté.

“Mierda, ¿a ti que carajos te importa estúpida?” me dijo mi subconsciente.

Harry dejó de besarme un segundo para reir y contestar.

-No, ellos están teniendo sexo salvaje. En cambio, yo te haré el amor.

-Oh.

Sentí sus labios presionados contra la piel de mi cuello, continuó su acto para excitarme, succionando mi piel hasta tal punto que gemí de dolor; estando satisfecho con eso, la punta de su lengua tocó el área anteriormente succionada y calmó el dolor, seguido de unos cuantos soplos que me pusieron los pelos de punta y me obligaron a volver a gemir. 

-¡Harry!-exclamé corvándome.

-Shh-me besó de nuevo en los labios pero esta vez, rozaba mis pezones.

¿Acaso me quería matar? Sólo había tenido sexo con él una vez en mi vida, y no había hecho esto; ahora me estaba matando.

Lo escuché rasgar la bolsa del condón; dejó de besarme por un segundo y después vi sus bóxers volar por la habitación. 

-¿Hace cuanto no tienes un orgasmo?- ¿qué rayos?

-Uh, nunca tuve uno antes-admití avergonzada.

Levantó sus cejas y dejó ver su perfecta fila de dientes.

Volvió a besarme, pero esta vez, mientras lo hacía me sacó las bragas; jugaba con sus dedos en mi clítoris, me hacia querer pedirle que terminara con todo de una vez y que me follara, que tuviéramos sexo salvaje.

-Ha...-intenté hablar, pero volvió a ocupar mi boca mientras sumergía uno de sus dedos en mi área. 

Me corvé mientras un gemido con su nombre de escapaba de mi boca.

Lo besaba, me besaba; lo acariciaba, me acariciaba. 

-Cuanto te extrañé-me susurró al oído mientras se tumbaba a mi lado, jadeante.

-Yo también-respondí girándome hacia el; entrelacé mi mano con la suya.

-Te dejé el cuello marcado-soltó pícaro.

-Me voy a vengar-respondí mientras me metía en las sábanas.

-¿Ah, si?-me retó sarcástico.