Capítulo 52

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-¿Te gustó el concierto?-pregunté cuando salimos de ahí. 
-Estuvo genial, y cuando me subió al escenario y me dio un pequeño beso...–seguía hablando, pero se vio interrumpida cuando mi celular sonó. 
-Disculpa-dije mientras atendía-. Hola, Harry.
-Hola, ¿salimos a comer?
-Estoy de niñera.
-Tráela, pensaba ir a comer a algún restaurante de comida rápida.
-¿Quieres ir a McDonalds?-le pregunté a Lucy.
-¡Si! Estoy muriendo de hambre. 
-Vale, ¿en dónde estás?
-En McDonalds.
-Sé más específico. 
-En el McDonalds del centro. 
Bufé. Sus explicaciones no eran muy buenas, y habían bastantes McDonalds.
-Llego en cinco,¿ok?
-Está bien.
Colgué el teléfono y me desvíe para llegar al lugar donde me esperaba Harry.

-El es Harry, es mi novio-le expliqué a Lucy. 
-Lo sé. Recuerdo que una vez fue a mi casa. Es lindo volver a verte. 
-Digo lo mismo-sonrió Harry.
-¿Bueno, vamos a comer? Debo llevarte a casa antes de la una de la mañana.
-Quiero una 'cajita feliz'.
Estuvimos comiendo y bromeando un rato.
-Ven detrás de nosotras para irme contigo, el auto es de la Señora Meyers.
Asintió, dejando que sus rizos cayeran sobre su frente; provocando que me mordiera el labio y controlara mis ganas de tener sexo salvaje. 
Se acercó a mi oído,mientras Lucy se montaba al auto, mordió el lóbulo de mi oreja y susurró:
-Hoy no duermes en tu casa...-hizo una pausa- Y para los vecinos que no se saben mi nombre... Se lo aprenderán hoy.
Una sonrisa se dibujó en nuestro rostro, me mordí el labio y él me besó. 
-Voy detrás de ustedes-se giró y entró a su auto; aunque no pude reconocer cual de todos andaba. 
-Sara,¿te gustaría casarte con él?
-¿Por qué me preguntas eso?-reí.
Se encogió de hombros y miró por la ventana.
-¿Te lo preguntó mientras estaba en el baño?
-Me dijo que le gustaría que fueras la futura señora Styles... Es muy lindo el chico, ¿tiene algún hermano de mi edad?
-¡Lucy!-ambas reímos. 
-Hablo en serio, ¿te gustaría? Se ve que se quieren mucho. 
-No lo sé... No planifico el futuro-mentí.
«Muero por entrelazar mi vida con la suya, por ser la señora Styles; por tener hijos, una casa y un perro».

-Lucy, llegamos, despierta.
-Uhm, sí...
-Muchas gracias por todo, Sara-me dijo la señora Meyers al abrir la puerta-. 
-No hay de que; aquí está el resto del dinero que...–
-Quédatelo, de verdad. Buenas noches-y cerró la puerta en mi cara. 
«Quien sabe que estará escondiendo». 
-¿Vamos?
Me giré y me encaminé hacia la hermosura que estaba recostada al auto, con las manos en sus bolsillos, su cabello despeinado y sus ojos verdes desnudándome con la mirada. 
-No podremos tener sexo hoy-dije antes de abrir la puerta con una sonrisa maliciosa.
-¿Qué? ¿Porqué?
-Estoy en mis días-dije haciendo pucheros. 
-¿Es en serio?-había cierta decepción en su voz.
-Sí, me vino justamente ayer.
-Ah, ya veo el porqué estabas tan irritable. 
-No estaba irritable. 
-Sí.
-No.
-Que sí.
-Urgh.
-Eres hermosa cuando te molestas, cásate conmigo.
-Jaja, llévame a casa y deja de decir tonteras. 
-Duerme conmigo.
-No.
-¿Por...?
-No tengo toallas.
-Yo te compro. 
-Mañana debo despertar temprano, al igual que tú. 
Bufó, pero no discutió. 

-Servida, señorita.
-Es usted un caballero, señor Styles-bromeé. 
-Ya lo sé, soy perfecto.
Puse los ojos en blanco y me acerqué para besarlo. 
-Te amo, mucho más de lo que te imaginas-susurré con una sonrisa sobre sus labios. 
-Que mierda, moriré estando ocho meses sin tus labios y tu amor. 
Reí y después salí del auto. 
-¡Saluda a Ed de mi parte!
-¡Está bien!

Entré a la casa, y me sorprendí al ver a Nina Nesbitt en el sofá viendo una película junto a Ed. 
-¿Hola?-pregunté y ambos se giraron para mirarme. 
-¡Llegaste! Pensé que dormirías en casa de Harry...
-No, mañana debo ir a buscar trabajo y eso. 
-Ah. Bueno, Sara, ella es Nina.
-Yo sé-miré a Nina-. Hola, es un gusto, amo tu música. 
-Es un placer conocerte, no dejo de escuchar de ti por ningún lado; gracias. 
-¿Ah si? ¿Al menos fue bueno?
-¿Bueno? Por poco pensé que eras una santa.-dijo y los tres reímos.
-¿Qué te trae por aquí?
-Oh, andaba de visita y decidí venir a ver a este tonto-dijo y despeino el cabello de Ed.
Lo miré levantando una ceja; la única persona a la que el dejaba tocar su cabello, era yo. 
-¿Quieren tomar algo? Yo muero por un té-me encaminé hacia la cocina y escuché como Ed y Nina me seguían. 
-Yo también quiero uno, por favor-dijo Nina tomando asiento y Ed también. 
-Claro. 
Comencé a prepararlos y después de servirlos, me senté en los regazos de Ed.
-Te dije que debíamos comprar más sillas y no sólo dos-reprendí a Ed y Nina se rió.
-Pero si sólo somos dos.
-Pero en ocasiones como esta...
-Está bien, está bien, entendí... Compraré una silla plegable.
-Eso es mejor que nada-dijo Nina señalando a Ed.
-Sí...-dije. 

-Yo los dejo, iré a dormir-me excusé y salí en dirección a mi habitación.
-Buenas noches-hablaron ambos. 
Entré a mi habitación, me saqué la ropa y el sujetador y Ed abrió la puerta de golpe. 
-Claro, pasa-hablé sarcásticamente. 
-Ya se fue, dijo que mañana debía tomar un avión.
-¿Hace cuanto sales con ella y cuando pensabas decirme?-caminaba de un lado a otro sólo con las bragas, buscando alguna camiseta de dormir.
-Hace un mes...
-Genial, gracias por decirme-levanté mi pulgar, indicando que estaba bien en forma sarcástica. 
Encontré una camisa, me la puse y me fui a cepillar los dientes.
-¿Estás molesta?
Escupí, me enjuagué y le cerré la puerta en la cara para orinar.
-Vamos,Sara, perdona-sabía que tenía la cabeza apoyada contra la puerta.
Salí del baño, destendi la cama y entré.
-Está bien; ahora fuera.
-No.
Se sentó frente a mi, con las piernas cruzadas y cara triste.
-Es tu segundo día aquí y ya la cagué.
-No la cagaste.
-¿Ah no? Te debí decir que había comenzado a salir con Nina hace un mes.
-¿Son novios?
-No, pe...–
-Uf, entonces no estoy molesta-me tiré sobre él.
-¿Ah no?
-Para nada, en ese caso: ¡Estas saliendo con Nina Nesbitt, AHH!
Se rió y después de poner uno de los cariñosos besos de siempre sobre mis labios se levantó.
-Buenas noches, tonto.
-Buenas noches, tonta.

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