33. call me

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-¡Maldición!, ¡¿tu que haces aquí?! -pregunté viendo a Marck, levantándome de inmediato-

-Papá lo invito a dormir.

-Por cierto, ¿de que basurero sacaste esa ropa? -comento la bola de nieve con patas en un tono educado, pero jodidamente exasperante-

-Y a ti que te importa -Bufé envolviendome con la bata para escabullirme dentro de casa-

-¿De donde vienes? -preguntó Marck y negué irritado-

-Me estaba prostituyendo Marck. -ironizé-

-¿Cuanto cobras?

-Que mierda te pasa -lo empuje molesto y este solo sonrió-

-Tu dijiste que eras una puta, ¿por que te molesta una simple pregunta sobre tu trabajo?.

-Por que ni con mil millones de dólares me acostaría con alguien como tu. -demande irritado, asqueado con su presencia, manteniendo aquel movimiento involuntario en mi nariz-

-Tampoco pagaría más de 5 dólares por una noche contigo Conrad, tengo estándares -sus palabras impertinentes me colapsaron, me humillaron lo suficiente. Sin querer detenerme mi mano aterrizó con fuerza en su mejilla, dejándolo confundido mientras Alana me afirmaba-

-¡Suficiente de los dos! -nos separo pero este solo tomo su cara manteniendo aquella sonrisa burlona y abrumadora para mi ser.- y tu maldito cerdo, más te vale largarte de esta casa y espero no ver tu jodida y horrible cara cuando vuelva al salón. -se dirigió a Marck pero este solo se limito a sonreír-

-Claro, no sin antes decirle que Conrad se escapo, y volvió a estas horas de la madrugada vestido de vagabundo. -amenazó y sentí como todo colapsaba mi mundo.-

-¿Enserió? -sonreí- hazlo, adelante. Y yo abriré mi boca para comentarle como se está yendo a abajo la empresa producto los robos de tu padre. -me crucé de brazos y este enmudeció- juguemos a ver quien pierde. -solté caminando fuera de la caseta directo a mi habitación con Lanny a la siga-

-Como es que no habías dicho nada sobre eso Conrad, si papá pierde la empresa estamos acabados. -soltó con cierta desesperación-

-No lo sabía, solo lo supuse, su reacción lo confirmó. -llegué finalmente a mi habitación- buenas noches Alana. -cerré la puerta y mire la hora en mi celular-

2 am..

Un pitido.. uno más.. y tres..

-¿Hola? -sonó al otro lado de la línea la voz de Azora-

-Zeta.. -hable en un suspiro, mi voz se quebraba, mi pecho comenzaba a doler-

-Ey, ¿que pasa niño? ¿Te encuentras bien? -preguntó y negué sin que el pudiera verme-

-Yo.. no.. no lo sé...

-Estoy allá en 20 minutos. -colgó-

Cambie mi ropa escondiéndola en el fondo de mi closet, caminando de lado a lado en mi habitación hasta que vi como una luz se reflejo en mi ventana y baje corriendo las escaleras. Ahí estaba el, con un jeans y con el repuesto de aquel buzo blanco que le manche al principio de todo esto.

-Que tienes -preguntó en cuanto salí y lo abracé hundiéndome en su aroma.-

No dije ninguna palabra, tome su mano y nos adentramos con sigilo hasta mi habitación, entre la poca oscuridad de la mansión. La puerta fue cerrada y me abalance contra sus cálidos labios siendo separado casi al instante.

-Conrad.. dime que tienes -suplicó y evite su mirada confuso- bien, si no quieres hablar esta bien, continuemos besándonos -ofreció y reí tontamente mientras este me tomaba entre sus brazos, manteniéndome seguro entre estos- quién tuvo la osadía de arrebatarle la felicidad a mi conejito..-sus manos acariciaron mi mejilla con dulzura y yo solo me deje amar con cuidado, sintiendo sus cálidas caricias por sus manos tan frías.-

Metanoia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora