42. Después

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—Entonces me vas a explicar que sucedió.. —preguntó recostado a mi lado, con su cabeza reposando cómodamente en mi pecho—

—Es difícil de Explicar niño.

—creo que tenemos algo de tiempo ¿No crees?.. —pregunto con dulzura, con una voz suave, acariciando mi pecho, delineando mis manchas—

—Talasa volvió.. —conteste dudoso, topándome con sus ojos que inmediatamente se tornaron preocupados— pero ya se fue, no hay de que preocuparse. Tenía mi número, rastreo mi teléfono entonces Bleu me obligó a deshacerme de el. Por eso no respondí a tus llamadas.

—¿Estas seguro que todo esta bien ahora?.. —preguntó y asentí dejando un beso cálido en su frente, revolviendo sus rizos—

—Tomaré un baño, duerme si quieres..

—¿Podemos tomar una ducha juntos? —preguntó con nervio y reí— ahora si podemos ¿no?

—Yo me ducho con agua fría. —advertí y este rió dulcemente—

—He soportado cosas peores Azora. —dijo sin más levantándose de la cama, arrastrando una sábana consigo para ocultar su cuerpo, quedándose tenso en cuanto estuvo de pie—

—¿Te duele mucho?—pregunté y este soltó una risita caminando con dificultad, negando para que le restará importancia. Negué con la cabeza levantándome, acercándome a él mientras el retrocedía con una sonrisita juguetona—

—no me duele.. —sonrió ladeando su cabeza cubierto con la sábana, retrocediendo lentamente a medida que avanzaba— es solo.. qu- —sin querer piso la sábana con la que se cubría, tropezándose pero siendo atrapado por mi, tomándolo entre mis brazos hasta el baño mientras esté alegaba de camino— ¡he dicho que estoy bien! —aviso aún envuelto en la sábana y reí entrando a la ducha, viendo cómo me miraba con atención de pies a cabeza—

—¿vas a venir? —pregunte dejando que el agua fría me recorriera, resonando contra los azulejos en cuanto caía. Aquel sonrió y asintió dejando caer la sábana con delicadeza. Descubrió sus rizos, sus hombros, su pecho, sus caderas, y finalmente sus piernas, dejándome ver nuevamente su cuerpo desnudo.—

Ahora estoy jodidamente seguro de que luciría fenomenal en un lienzo..

Movió sus caderas hasta la ducha, entrando de espaldas a mi. Observe su espalda, sus pecas en esta, y en como sus hombros se tensaron en cuanto deje que el agua rozará su piel, temblando por el frío del agua. Me acerqué a el dejando besos en sus hombros, el agua se encargó de limpiar el rastro. Su cabello se organizo, quedando completamente peinado hacia atrás, dejando lucir así su bello semblante pecoso.

—Adoro tu cabello Conrad. —murmure y este se ahogo con su risa y el agua— bobo..

Con cuidado mis manos comenzaron a limpiar su cuerpo con dulzura, siendo gentil con mis roces. Su cuerpo temblaba por el agua fría, y se estremecía con mi tacto. Mis manos se fueron a su cintura, se deslizaron con facilidad hasta su abdomen apegándolo a mi cuerpo.

—¿Ya te había dicho lo mucho que me gustan tus manchas, Azora?

Solté una risita y lo voltee quedando frente a frente. Lo bese, algunas gotas se colaban en esa cercanía, en esa muestra de afecto.  Lo apegue a mi aún más, sintiendo su piel fría por el agua, y su corazón contento por nosotros. Sus ojos tan dulces como la miel me observaron de cerca, como esperando algo.

—Je t'aime Mon lapin..

—Je t'aime aussi. —sonrio dejando un mechón de pelo tras mi oreja— ¿pero que significa "Mon lapin"?

—mi conejito. —sonrei burlón y aquel rodo los ojos saliendo de la ducha con aquel movimiento en su nariz, envolviendo sus encantos en una toalla— la ropa que dejaste aquí manchada de café, está lavada en mi closet.—avise y este asintió saliendo del baño mientras yo acababa de ducharme.—

Metanoia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora